¿Y si tu médico de cabecera pudiera recetar arte? Puede parecer descabellado, pero es algo que ya se ha hecho, gracias a un proyecto puesto en marcha en Reino Unido en 2019. Este consistió en que los doctores de medicina familiar incluyesen a los pacientes mayores de 65 años que ellos considerasen necesario en un plan dirigido a interaccionar con otras personas a través de las disciplinas artísticas. Con esto, querían comprobar si los beneficios del arte podrían mejorar la salud de estas personas, reduciendo la necesidad de medicación.

Los resultados fueron tan positivos que sus autores animaron a la implantación del proyecto en otros países del mundo. No hay muchos más proyectos de este tipo, pero sí bastantes estudios sobre los beneficios del arte, en todas sus formas.

Generalmente estos estudios hablan de beneficios del arte a nivel mental. No obstante, también ser han observado beneficios físicos, básicamente porque nuestra mente y nuestro cuerpo están mucho más conectados de lo que a veces pensamos. Alimentar a la primera, también se refleja en la salud del segundo. Y no hay forma mejor de alimentar la mente y el alma que a través del arte. 

Arte por prescripción médica

En aquel estudio realizado en Reino Unido, con la intervención también de científicos australianos, se organizaron una serie de talleres de artes visuales, fotografía, danza y movimiento, teatro, canto o música. Todos ellos fueron guiados por artistas profesionales.

Las personas asistentes a dicho plan fueron individuos mayores de 65 años, que no tuvieron que pagar nada. Es más, los talleres fueron pautados por sus médicos.

Antes de iniciar los talleres, que se impartieron semanalmente durante 8-10 semanas, se hizo a los participantes una serie de encuestas dirigidas a evaluar su bienestar emocional. Después, se repitieron exactamente las mismas preguntas, con el objetivo de comprobar si había mejoras al respecto. Y así fue. La explotación de la creatividad y la disminución del aislamiento social llevarona  una mejora estadísticamente significativa en su bienestar emocional, medido en una escala conocida como Escala de Bienestar Mental de Warwick-Edimburgo (WEMWBS).

Esto, como bien informan, también puede traducirse en beneficios físicos. Y lo mejor es que no solo pueden obtenerse con la realización de actividades artísticas, como se observó en esta investigación. El propio consumo de arte, como un espectador más, también puede acarrear beneficios de lo más variados.

Los beneficios del arte medidos en el teatro

El teatro es una de estas disciplinas artísticas en las que más se pueden experimentar los beneficios del arte.

Practicarlo estimula la memoria, refuerza la autoestima y  mejora las destrezas comunicativas y las habilidades psicomotrices, entre otros efectos. Pero consumirlo también es muy beneficioso.

Estos beneficios del arte son diferentes, según la clase de teatro que veamos. Por ejemplo, si la obra nos hace reír, estimularemos los pulmones y el corazón, a través de un consumo más intenso de oxígeno. También liberaremos neurotransmisores causantes de bienestar, como la serotonina o la dopamina, que a su vez tienen efectos beneficiosos sobre la salud.

El teatro también ayuda a estimular la empatía, ya que se nos exponen de cerca las emociones y vivencias de otras personas, aunque sean falsas. Por lo tanto, ir al teatro no es simplemente una actividad lúdica. También es muy beneficioso para la salud.

Música para reducir el dolor

Entre los beneficios del arte que se manifiestan más físicamente que mentalmente, nos encontramos con la reducción del dolor fomentada por la música.

Se han realizado multitud de estudios que demuestra que, si bien no puede paliar dolores muy intensos, escuchar música puede ayudar a reducir los niveles de dolor, tanto en niños como en adultos. En bebés se ha comprobado que una nana de Mozart puede reducir el dolor en los pequeños sometidos a la prueba del talón.

En adultos, se han realizado muchísimos estudios en los que se observa una reducción significativa del dolor informado. No obstante, según uno de los más recientes, para que esto sea así es recomendable que la música sea de sus artistas favoritos. Si no, estos beneficios del arte son mucho más reducidos.

Pero la música no ayuda solo a reducir el dolor. También puede calmar la actividad neuronal en el cerebro reduciendo la ansiedad. Incluso parece que puede ayudar a restaurar el funcionamiento efectivo del sistema inmunitario, en parte a través de las acciones de la amígdala y el hipotálamo.

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Tanto cantar como ver a otras personas hacerlo es beneficioso para la salud. Crédito: Elizeu Dias (Unsplash)

Canta y baila, lo notarás tanto a nivel físico como mental

Tanto de forma profesional, como aficionada, o simplemente si asistimos a un concierto, es beneficioso cantar y bailar. Hay muchísimos estudios que demuestran estos beneficios.

Por ejemplo, se ha observado que tanto cantar como escuchar a otras personas hacerlo estimula la liberación de un tipo concreto de anticuerpos: la inmunoglobulina A. Esto indica que ayuda a fortalecer el sistema inmunitario. Pero no es el único beneficios e cantar. Cantar también mejora la oxigenación y la respiración, de manera que es muy beneficioso para personas con afecciones respiratorias

En cuanto al baile, sus beneficios asociados a la forma física y el bienestar mental están más que claros. Pero también se ha visto que puede ayudar a personas mayores o con enfermedades que afecten la movilidad e incluso que es muy interesante en pacientes con afecciones neurodegenerativas.

Esto es así, porque la simple observación de un espectáculo de baile activa zonas del cerebro asociadas al movimiento, sin necesidad de mover ni un solo músculo, por lo que se convierte en una forma muy novedosa de rehabilitación.

Más beneficios del arte: no te olvides de mirar un cuadro

También hay beneficios del arte para los amantes de la pintura. Se ha observado que mirar una pintura bonita puede aumentar el flujo de sangre en el cerebro hasta en un 10%. Lo equivalente a mirar a la personas a la que amas.

Esto puede tener beneficios a nivel cognitivo, que se suman al bienestar emocional asociado al flujo de determinados neurotransmisores. No es necesario llegar a sufrir un síndrome de Stendhal para experimentar los beneficios. Basta con apreciar el arte escondido detrás de una pintura bonita. Aunque no entremos en esa especie de trance, experimentaremos los beneficios del arte. Desde luego, sobran los beneficios para que nos lo recete el médico.

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