Napoleón, de Ridley Scott, ya llega a los cines. La épica película protagonizada por Joaquin Phoenix relata toda la vida del legendario militar francés. Bonaparte comenzó como un pequeño soldado en una Francia muy agitada tras la revolución de 1789. Poco a poco, empezó a escalar gracias a sus brillantes tácticas estratégicas en la batalla. Y así, finalmente, llegó a hacerse con el país. A partir de ahí, inició una campaña expansionista por toda Europa, autoproclamándose Emperador.

Dentro del mundo del cine, sus andanzas han sido retratadas en múltiples ocasiones. En algunos filmes, ha sido presentado como un verdadero héroe. En otros, como un feroz y malévolo dictador. Lo que es evidente es que Napoleón ha suscitado el interés de los directores prácticamente desde que existen las películas. Ya los hermanos Lumière llevaron a cabo algunos cortos basados en él. Sobre su vida existen miles de libros, cuadros y testimonios de la época. Por eso, cada uno se ha querido quedar con una parte distinta. Porque, más de 200 años después, como Scott acaba de comprobar amargamente, sigue siendo una figura muy controvertida a nivel mundial.

De hecho, también existen innumerables cintas ambientadas durante las guerras napoleónicas, aunque Bonaparte no aparezca en ellas. Es el caso de Master and Commander o Los duelistas, del propio Scott. En otras, Napoleón aparece aunque de manera breve. Algunas de ellas son verdaderas joyas como Guerra y Paz (1966) o El Conde de Montecristo (2002). Pero aquí recogemos una lista con cinco películas en las que se retrata al brillante estratega en profundidad desde diferentes ángulos.

Napoleón (1927)

Napoleón

Napoleón es una de las películas más famosas de la historia del cine mudo. Se trata de un proyecto descomunal obra del director francés Abel Gance. Con una duración de cuatro horas, fue la primera parte de una idea imposible por parte del cineasta, que quería filmar toda la vida del Emperador en seis películas diferentes. Los elevados costes de esta le hicieron abandonar antes de arruinarse.

La cinta contó con una gran cantidad de técnicas muy innovadoras para la época, tanto en el propio lenguaje cinematográfico (primeros planos) como técnicas (rodaje en exteriores o multicámara) y en el montaje y edición. Para su proyección se utilizó la técnica de Polyvision, creada para la escena final. Esto consistía en la proyección simultánea de tres rollos de película diferentes con imágenes distintas aunque relacionadas entre sí.

El actor Albert Dieudonné fue el encargado de dar vida a Napoleón. La trama de la película comenzaba en la niñez del protagonista. Una excelsa secuencia presenta una batalla de bolas de nieve en la que el pequeño organiza a sus aliados para derrotar a sus rivales. Posteriormente, se salta a 1781, cuando Bonaparte está en la academia militar. Gance incluyó momentos de la Revolución Francesa y llevó el filme hasta 1796, cuando ya es general y se dispone a luchar la batalla de Montenotte. Una obra maestra en todos los sentidos.

Desirée (1954)

Desirée Napoleón

A diferencia de la anterior, Desirée es una película más dramática y romántica. El director fue Henry Koster y, gracias a su cuidada producción, recibió dos nominaciones a los Premios Oscar. Una de ellas fue por Mejor dirección de arte y la otra por Mejor vestuario. La recepción del público no fue extraordinaria y ha caído algo en el olvido. Sin embargo, cuenta con un ingrediente fundamental para rescatarla.

Marlon Brando, uno de los mejores actores de la historia del cine, es el encargado de dar vida a Napoleón. Lo hace en un tono que varía a medida que Desirée avanza. Primero, se muestra a un joven locamente enamorado de Désirée Clary, hija de un aristócrata y, a la postre, reina consorte de Suecia y Noruega. Pero con el paso de los minutos, Bonaparte se deja seducir por el mundo de la política y de la guerra, mostrando un carácter cada vez más frío, distante e imponente.

Austerlitz (1960)

Austerlitz

Aunque Waterloo es su batalla más famosa y también su derrota definitiva, Austerlitz pone el foco en una de las victorias más brillantes de Napoleón. Dirigida, como la primera película de esta lista, por Abel Gance, esta vez el proyecto no fue tan extenso. Tampoco ha pasado a la historia como el otro, aunque resultará interesante para quienes quieran ver más sobre la vida de Bonaparte. Conocida como la batalla de los Tres Emperadores, la contienda tuvo lugar en 1805 y en ella las tropas francesas derrotaron a un ejército combinado de rusos y austríacos.

En realidad, la primera parte de Austerlitz no se centra en la batalla propiamente dicha. Por el contrario, presenta la coronación de Napoleón como Emperador, así como algunos momentos de su vida política en Francia. Es en la segunda parte cuando el militar lidera a su ejército hacia una victoria magistral desde el punto de vista táctico y que al día de hoy se estudia en las escuelas. Pierre Mondy interpreta al protagonista. Orson Welles, el afamado director de Ciudadano Kane, tiene un cameo como Robert Fulton, el desarrollador del barco de vapor. Y también aparece el director italiano Vittorio De Sica como el Papa Pío VII.

Waterloo (1970)

Waterloo

Atendiendo exclusivamente al enfoque más bélico de la vida de Napoleón, Waterloo es quizás la película más acertada. El director soviético Sergei Bondarchuk acababa de realizar la anteriormente mencionada Guerra y Paz. Tras esa película, quiso adentrarse más de lleno en la propia historia de Bonaparte y ejecutar su legendaria derrota. La icónica batalla de Waterloo supuso el punto y final a las guerras napoleónicas, con el Emperador siendo apresado y exiliado a la isla de Santa Elena.

El propio ejército soviético dispuso a miles de sus hombres como extras para Waterloo. El actor que interpretó a Napoleón fue Rod Steiger. En el bando británico, Christopher Plummer dio vida al Duque de Wellington. Jack Hawkins fue el teniente-general Thomas Picton. Y Orson Welles vuelve a aparecer, aunque esta vez como el rey Luis XVIII. La película en sí no es una obra maestra, pero cuenta con grandes interpretaciones y, sobre todo, con potentes secuencias bélicas llenas de efectos prácticos a gran escala. Una gozada para los fans de este tipo de cine.

La última batalla (Monsieur N.) (2003)

Monsieur N. Napoleón

Tras el desastre de Waterloo, Napoleón fue enviado a una pequeña isla en mitad del océano Atlántico. En Santa Elena, el otrora Emperador pasó desterrado sus últimos seis años de vida. Y es en ese período de tiempo es donde se ambienta La última batalla (Monsieur N.). Coproducción franco-británica, la cinta está dirigida por Antoine de Caunes. En contraposición a las anteriores, esta película es un thriller con elementos de misterio como traiciones, mentiras y un gran interrogante. El actor de Bonaparte es Philippe Torreton.

Atrapado en Santa Elena, Napoleón reniega a darse por vencido definitivamente. Así, poco a poco comienza a urdir un plan de huida. Para ello, deberá evitar llamar la atención del gobernador Hudson Lowe, a quien da vida Richard E. Grant. El filme juega con las distintas hipótesis sobre los últimos días de Napoleón. La versión más extendida es que murió por una afección de estómago (puede que por un cáncer, una úlcera o un envenenamiento accidental). Pero también hay quienes creen que el cuerpo que fue llevado a Los Inválidos en París no es el suyo. En esta alternativa, algunos dicen que el verdadero cadáver fue enviado al rey Jorge IV. Y otros intuyen que Bonaparte consiguió escapar de Santa Elena.