En el último año, un fármaco, hasta hace poco bastante desconocido, ha protagonizado titulares en todo el mundo. Se trata de Ozempic, aunque este es su nombre comercial. El compuesto es la semaglutida, un medicamento que aumenta la secreción de insulina, favoreciendo el metabolismo de glucosa. Precisamente por esto, se utiliza en el tratamiento de la diabetes. Pero lo que lo ha hecho viral ha sido uno de sus efectos secundarios, pues quienes lo toman a menudo experimentan una importante pérdida de peso. El revuelo ha sido tan grande que en países donde no está regulada su comercialización ha llegado a producirse un desabastecimiento cuyos principales afectados son los pacientes diabéticos. Uno de estos países es Estados Unidos, donde se puede comprar tanto en farmacias como en supermercados tipo Walmart.
De hecho, las compras de Ozempic en Walmart han aumentado tanto que la cadena de supermercados ha llevado a cabo una investigación tan curiosa como polémica. Con ella, han dado a conocer un cambio en los hábitos de compra de las personas que toman semaglutida. Son datos que pueden resultarles útiles tanto a ellos como a otras cadenas de supermercados de cara a un futuro. Pero también es una intrusión en la intimidad de los consumidores, que no ha sentado nada bien.
Se abre el debate sobre la legalidad de la investigación que han llevado a cabo. Parece que han aprovechado ciertos vacíos legales. Pero, aun así, no resulta muy ético utilizar datos médicos de las personas que compran en sus establecimientos. Es algo cuestionable. Ahora bien, ¿qué tiene que ver tomar un fármaco concreto con las compras generales en el supermercado?
El deseado efecto secundario de Ozempic
Ozempic ayuda a los pacientes diabéticos de dos formas. Por un lado, como ya hemos visto, aumenta la secreción de insulina. Esto favorece que la glucosa que se estaba acumulando en la sangre pueda ser utilizada por las células, evitando muchos de los efectos perjudiciales que esta causa.
Pero, por otro lado, la semaglutida ayuda a que el movimiento de los alimentos a través del estómago sea más lento. El resultado es una disminución del apetito, que se traduce en la ingesta de menos glucosa y un claro alivio de las células del páncreas.
Y claro, si alguien come menos, también engordará menos. Por eso, el Ozempic se ha convertido en un fármaco eficaz contra la obesidad. Hasta que lleguen a las farmacias los medicamentos que favorecen la reducción de peso imitando el ejercicio físico, este es el que más éxito está teniendo, a pesar de no estar indicado para ello y de conllevar efectos secundarios por los que no debería usarse con este fin.
Pero esa reducción del apetito también tiene otros efectos, según han comprobado en Walmart. Aprovechando que esta cadena de supermercados tiene su propia sección de farmacia, se han comparado las compras de productos de alimentación con el consumo de fármacos. Así, se ha visto que las personas que suelen comprar Ozempic han reducido la cantidad de calorías que adquieren en sus incursiones al supermercado. Y también el número total de productos.
¿Es legal lo que ha hecho Walmart?
Que una cadena de supermercados haga estadísticas sobre las compras de distintos tipos de productos de alimentación no es extraño. De hecho, es algo habitual. Sin embargo, los datos de las personas que adquieren fármacos están sujetos a muchas más restricciones legales. Lo están en países como España, donde es impensable comprar algo así en un supermercado. Pero también en Estados Unidos. Aunque allí es legal comprar Ozempic en Walmart, sí que se espera confidencialidad.
La compañía ha asegurado que su estudio, cuyos resultados no se han hecho públicos más allá de algunas declaraciones, ha sido totalmente confidencial. ¿Pero es realmente ético y legal lo que han hecho?
Según explican desde The Verge, a pesar de que el país norteamericano tiene bastantes lagunas legales en este aspecto, los datos de los consumidores de fármacos sí que están protegidos por la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA). Por eso, habrá que ver si este estudio se ha hecho con todas las garantías legales y éticas. Para compañías como Walmart es muy importante conocer los hábitos de consumo de sus clientes. Pero no todo vale. La confidencialidad y la intimidad de los consumidores debería ser siempre esencial. Incluso cuando se dejan llevar por consejos virales muy poco procedentes.