John Riccitiello, el polémico directivo de la industria de los videojuegos, ha dejado de ser el CEO de Unity Technologies. Según el comunicado compartido por la compañía, Riccitiello se está retirando, aunque su salida se producirá con efecto inmediato. Curiosamente, este movimiento se da semanas después de que Unity realizara cambios en el modelo de negocio del motor gráfico, situación que provocó una avalancha de críticas por parte de la comunidad de desarrolladores.

Evidentemente, Unity ha iniciado un proceso de búsqueda para elegir al sucesor de John Riccitiello. Mientras eso sucede, James M. Whitehurst se hará cargo de la dirección de forma interina. Cabe mencionar que el susodicho no trabajaba en Unity. En el pasado fue CEO de Red Hat y, tras la adquisición del sistema por parte de IBM, funge como asesor senior de la tecnológica.

"Ha sido un privilegio liderar Unity durante casi una década y servir a nuestros empleados, clientes, desarrolladores y socios, los cuales han sido fundamentales para el crecimiento de la empresa. Espero apoyar a Unity durante esta transición y tras el éxito futuro de la empresa", comentó Riccitiello.

Por su parte, Whitehurst declaró: "Para mí es un honor unirme a Unity como director ejecutivo y presidente interino en este momento tan importante de su evolución. Con el experimentado liderazgo y los empleados apasionados de la compañía, estoy seguro de que Unity está bien posicionado para continuar mejorando su plataforma."

El día que John Riccitiello y Unity rompieron internet

Unity, John Riccitiello

Es evidente que Whitehurst conoce muy bien lo que está pasando actualmente en Unity Technologies. El pasado 14 de septiembre, la compañía anuncio una serie de cambios que afectaron directamente los bolsillos de los desarrolladores. En concreto, planeaban introducir una tarifa adicional (20 centavos de dólar) por cada vez que alguien instalaba un juego creado con el motor Unity.

"Estamos introduciendo una tarifa de Unity Runtime que se basa en cada vez que un usuario final descarga un juego calificado. Elegimos esto porque cada vez que se descarga un juego, también se instala Unity Runtime."

Unity.

Desde luego, la ira de los desarrolladores no se hizo esperar. La nueva política ponía en riesgo el estado financiero de muchas empresas de videojuegos, tanto medianas como pequeñas. Estudios como Innersloth (Among Us) o MegaCrit (Slay the Spire), por mencionar solo algunos, expresaron su descontento públicamente. La comunidad de jugadores no tardó en unirse a su causa.

Las críticas no solo iban dirigidas a Unity como empresa, sino también a John Riccitiello. Al directivo se le tiene bien fichado por ser una de las mentes maestras detrás de las odiadas microtransacciones.

Pocos días después, Unity reculó y prometió cambios en sus normas tras escuchar la opinión de los desarrolladores. "Los hemos escuchado. Nos disculpamos por la confusión y la angustia que causó la política de tarifas de Runtime que anunciamos el martes. Estamos escuchando, hablando con los miembros de nuestro equipo, la comunidad, los clientes y los socios, y haremos cambios en la política. Compartiremos una actualización en un par de días. Gracias por sus comentarios honestos y críticos", dijeron.

Pese a la ola de comentarios negativos en su contra, John Riccitiello y Unity apenas hicieron modificaciones. Únicamente dejaron claro que la nueva política entrará en vigor con el lanzamiento de la versión LTS de Unity que llegará en 2024.

"La política de tarifa de tiempo de ejecución solo se aplicará a partir del envío de la próxima versión LTS de Unity en 2024 y en adelante. Los juegos que se envían actualmente y los proyectos en los que estás trabajando actualmente no se incluirán, a menos que elijas actualizarlos a esta nueva versión de Unity"

Unity.

No es coincidencia que John Riccitiello esté abandonando Unity tras este caos. De hecho, era un suceso que tenía que llegar si la compañía realmente aspiraba a reparar una imagen que quedó gravemente dañada.