En algunas cafeterías japonesas están comenzando a instalarse cápsulas para dormir la siesta de pie. Pagas el equivalente a 5 euros y puedes pasar 20 minutos durmiendo dentro de un cubículo, justo lo necesario para que empiece a actuar el café. Cabría pensar que esta es una malísima idea y que habría que despedir a los responsables de márketing de la empresa que las instala. Pero, si bien en el resto del mundo no tendrían sentido, en Japón son más que necesarias.

Esto se debe a que estas cápsulas facilitan el Inemuri, un hábito nipón consistente precisamente en eso. En tomar pequeñas siestas sentados o de pie en el metro, en la cafetería o incluso en una reunión de trabajo o una clase del colegio. No está mal visto, sino todo lo contrario, pues significa que no se ha dormido suficiente la noche anterior a causa de una jornada extenuante de trabajo.

Los japoneses valoran muchísimo el trabajo. Para ellos, dormir es una pérdida de tiempo, por lo que descansan lo justo para seguir vivos. Se calcula que duermen una media de 7,22  horas al día, aunque muchos apenas superan las 6. Esta es la más baja de las medidas tomadas en países de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económicos (OECD), donde la media es de 8 horas y 24 minutos. Pero, curiosamente, Japón también se suele situar entre los países con la esperanza de vida más alta. ¿Cómo consiguen llegar a este equilibrio, teniendo en cuenta lo necesario que es el buen descanso para la salud?

Siestas de pie como solución desesperada

Se suele hablar mucho de la melatonina como sustancia causante de nuestro sueño. Es cierto que esta hormona, que se libera en condiciones de oscuridad, nos ayuda a dormir, pero no es la única sustancia que tiene esta función. También hay otras, como un neurotransmisor, llamado adenosina, que provocan la famosa sensación de somnolencia que sentimos tanto por la noche, antes de dormir, como por la mañana, si no hemos descansado adecuadamente.

Justamente, la adenosina es la responsable de que la cafeína nos mantenga despiertos, ya que compiten por los mismos receptores. Si el café se une a ellos, evita que la adenosina ejerza su función y tendremos menos sueño.

Esta es la forma artificial de combatir la adenosina. La natural es, simplemente, dormir. Este neurotransmisor se va degradando a medida que dormimos. Por lo tanto, si no dormimos lo suficiente, al día siguiente tendremos mucho sueño.

Eso es lo que le pasa a los japoneses. Cuanto menos duermen, más somnolencia arrastran, por lo que necesitan recurrir a esas siestas de pie o sentados en situaciones cotidianas.

De hecho, Inemuri significa “estar presente mientras se duerme”, porque su función es justamente esa. Descansar un poco, pero sin llegar a caer en la fase REM, de sueño mucho más profundo, en la que se pierde la consciencia de buena parte de lo que nos rodea.

Mejor acompañados

Algo curioso del Inemuri es que a los japoneses parece relajarles tomar siestas con desconocidos a su alrededor. De hecho, durante el tsunami de 2011, hubo muchos que, al ser evacuados y dormir en masificados pabellones, aseguraron que eso les ayudó a descansar mejor.

Esto es algo que se observa en este país incluso en los bebés y niños pequeños. Si bien en Occidente hay cierta división de opiniones sobre la necesidad del colecho, en Japón el consenso es recomendarlo, ya que enseña a los niños a no necesitar soledad absoluta para dormirse. 

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Dormir en el trabajo no está mal visto, porque significa que se lleva una rutina extenuante. Crédito: Gavin Anderson (Wikimedia Commons)

¿Para qué sirven las cápsulas de Inemuri?

Las cápsulas de Inemuri de Japón, ubicadas en las cafeterías Nescafé, están diseñadas a conciencia por la compañía Giraffenap. El nombre no es una casualidad, pues las jirafas son de esos animales que duermen de pie.

Pero con estas cápsulas duermen algo más cómodos que las jirafas. Se colocan almohadillas a la altura de las rodillas, el pecho, los pies y los glúteos, de manera que se pueda mantener una posición erguida, pero descansada. Después, una vez que el café hace efecto, los japoneses ya estarían listos para continuar con su día extenuante.

¿No es malo dormir tan poco?

Dormir poco es peligroso a muchos niveles. Se afecta la salud cardiovascular, el sistema inmunitario, el metabolismo y empeora el estado de ánimo.

De hecho, Japón cuenta con su propio término para hacer referencia a morir por trabajar demasiado: karoshi.

Un exceso de trabajo, junto a una falta de sueño extrema, seguro que están afectando a la salud de los japoneses. El asunto es que lo compensan con un buen sistema sanitario, una alimentación muy saludable y unas rutinas de ocio que no suelen incluir hábitos nocivos.

Todo eso, unido a la genética, llega incluso a compensar su falta de sueño. Pero en Occidente no tenemos esa suerte. Por eso, aquí jamás dormiríamos una siesta de pie. No solo por considerarlo un sacrilegio, sino también porque posiblemente sería señal de que hemos dormido poquísimo la noche anterior. Y eso, a nosotros, está claro que no nos conviene. 

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