La hormiga roja de fuego ya está en Europa y viene de camino a España. Un estudio recién publicado por científicos italianos y españoles registra por primera vez la presencia de estos insectos en el viejo continente, concretamente en la isla de Sicilia, en Italia. Su capacidad para colonizar nuevos territorios es bien conocida, por lo que estos científicos no descartan que siga extendiéndose por el Mediterráneo y que no tarde en llegar también a nuestro país. Por eso, es inevitable que nos hagamos dos preguntas: cómo podemos distinguirla y qué hacer ante la picadura de hormiga roja de fuego.
Esto último es importante; ya que, al contrario que otras hormigas, esta no solo muerde. También tiene un aguijón a través del que inyecta un veneno, causante de una sensación de ardor muy característica. De hecho, es justamente esa sensación la que le da nombre al insecto.
La parte buena es que, por lo general, la picadura de la hormiga roja de fuego no es mortal para los humanos. Aunque hay excepciones. Se han registrado unos 80 casos mortales en todo el mundo, debido a shocks anafilácticos, por lo que, en caso de detectar síntomas de una reacción alérgica intensa, como hinchazón de la cara o dificultad al respirar, se debe acudir rápidamente a un médico.
Una especie invasora que ya está en Europa
La hormiga roja de fuego (Solenopsis invicta) es característica de Sudamérica. No obstante, en la actualidad hay colonias en varios lugares de Estados Unidos, Australia, China y las islas Filipinas.
Esta expansión de la especie comenzó en 1930, con la llegada al puerto de Mobile (Alabama) de varios buques mercantes procedentes de Brasil. Ocultas entre las mercancías, había varias colonias de hormiga roja de fuego, que se extendieron primero por Alabama y luego por otros puntos de Estados Unidos.
Más tarde, en Australia pasó algo parecido. Se detectaron por primera vez en 2001, en Queensland, aunque se cree que pudieron llegar 20 años antes. El origen no está tan claro como en Alabama, pero se cree que también pudo ser con contenedores de mercancías, esta vez procedentes de Estados Unidos.
Y así, poco a poco, se han ido extendiendo, cada vez por más territorios. Se reproducen con mucha facilidad y, dada su violencia y competitividad, pueden desplazar a otras especies de hormigas, de ahí que tengan un grandísimo potencial invasor.
¿Cómo podemos reconocerla?
Cuando llegue a España, lo sabremos. Es cierto que en Australia se tardó en detectar, por haber mucho terreno deshabitado, pero generalmente este insecto no es un animal que pase desapercibido.
Tienen un tamaño muy variable, de entre 2,4 y 6 mm para las obreras. Su color es rojizo o marrón y su pedicelo, el equivalente a la cintura, tiene dos segmentos. También llaman la atención sus antenas, con 10 segmentos, las mandíbulas, con cuatro estructuras similares a dientes, y el aguijón. Esto último no se ve bien a simple vista, pero no tardaremos en experimentarlos si nos topamos con ellas, pues la picadura de la hormiga roja de fuego causa un dolor muy característico.
También se distinguen porque reaccionan con mucha más violencia de la habitual si pisamos sus hormigueros, en forma de montículos. Estos también son muy variables, pueden llegar incluso a los 45 cm de altura si las condiciones son propicias, y destruyen los suelos y las raíces de plantas a su paso.
¿Cómo debemos reaccionar a la picadura de la hormiga roja de fuego?
En Sicilia ya ha habido muchas personas que se han quejado de la picadura de la hormiga roja de fuego.
Generalmente pican en las piernas y los pies descalzos, cuando caminamos sobre terreno lleno de insectos. Pueden picar varias veces y en grupo, por lo que la sensación es muy dolorosa. Las picaduras suelen ir en círculos o semicírculos, de modo que esta es también una forma de reconocerlas.
No suelen ser mortales para humanos, pero sí se han documentado casos de pequeños animales muertos por una respuesta inmunitaria excesiva por la inoculación de grandes cantidades de veneno. Estos pueden ser pequeños roedores, pájaros o incluso terneros recién nacidos si no se levantan rápido del suelo.
Si sufrimos la picadura de hormiga roja de fuego lo primero que sentiremos será un dolor muy intenso, como si la zona nos ardiera. Después, empiezan a aparecer burbujas, a veces llenas de pus, con un color amarillento o blanco. En algunos casos, dado que el veneno afecta al sistema nervioso, se han llegado a reportar incluso alucinaciones.
Lo primero que debemos hacer es retirar hormigas, si quedaran, y lavar bien la zona, con agua y jabón. Después se pueden poner paños de agua fría, para refrescar la zona y bajar la inflamación y, si lo vemos necesario, recurrir a un antihistamínico.
Si sentimos síntomas como dificultad para respirar o inflamación más allá de la zona de la picadura, deberíamos ir cuanto antes a urgencias. No es lo más habitual, pero en personas sensibles la reacción alérgica puede ser sistémica o incluso desembocar en un shock anafiláctico. Aun así, esto no quiere decir que venga hacia España el demonio en forma de hormiga. No es un animal extremadamente peligroso, pero sí un insecto muy peligroso que posiblemente nos obligue a cambiar la forma en que nos comportamos en prados y parques.