Una marca más para los registros históricos. La sonda espacial Parker de la NASA completó su decimoséptimo acercamiento al Sol este 27 de septiembre. Con esta maniobra, rompió su propio récord de distancia, al pasar a solo 7,26 millones de kilómetros de la superficie solar. Es el objeto más rápido construido por los humanos en la historia y el que más se ha aproximado a nuestra estrella.

Parker logró el hito gracias a un empujón de Venus. Asistida por un impulso de gravedad de este planeta el pasado 21 de agosto, la sonda solar alcanzó una velocidad de 635 mil 266 kilómetros por hora. Rompió su propio récord como el objeto más veloz.

La NASA confirmó que la nave está en buen estado y que todos sus sistemas siguen funcionando con normalidad. Con cada acercamiento, la sonda enfrenta unos niveles de calor y radiación brutales.

La NASA lanzó a Parker al espacio en agosto de 2018, con el objetivo de llegar a «besar» al Sol. En 2021, se convirtió en la primera nave espacial en volar a través de la corona —la atmósfera superior del Sol— en 2021. No paró allí. Desde entonces, se va acercando poco a poco cada vez más, con el objetivo de ayudarnos a comprender mejor la estrella de nuestro sistema planetario.

Por un lado, es la estrella más cercana que podemos estudiar. Por el otro, las condiciones cambiantes del Sol pueden propagarse hacia el resto del sistema y, por lo tanto, afectar la vida en la Tierra. La nave ha recabado información sobre el flujo de energía, el calentamiento de la corona y el viento solar.

Los secretos revelados por la sonda Parker de la NASA

La NASA informó que está previsto que la sonda solar Parker entre en contacto con los operadores de la misión el próximo 1 de octubre. La nave espacial transmitirá entonces los datos recogidos de este último acercamiento al Sol: información sobre las propiedades, la estructura y el comportamiento del viento solar.

Parker voló a principio de septiembre a través de una de las eyecciones de masa coronal (CME) más poderosas jamás registradas. Además de ser una impresionante hazaña de ingeniería, iluminó a la comunidad científica. Con este vuelo, Parker validó una teoría que lleva dos décadas en desarrollo: la noción de que las CME interactúan con polvo interplanetario. Es un descubrimiento clave para la predicción del clima espacial.

Las CME son erupciones gigantescas de la atmósfera exterior del Sol. Estas pueden afectar los satélites de la Tierra, alterar las tecnologías de comunicación y navegación. Podrían, incluso, desactivar las redes eléctricas de nuestro planeta. Comprender cómo interactúan estos eventos con el polvo interplanetario podría ayudar a los científicos a predecir mejor la rapidez con la que las CME podrían viajar desde el Sol a la Tierra. De esta forma, saber con más precisión cuándo el planeta podría ver su impacto.

Dos poderosas llamaradas solares consecutivas se registraron a principio de agosto de este año. La última de ellas, ocurrida el 7 de agosto, afectó las comunicaciones de radio de alta frecuencia en el lado de la Tierra iluminado por el Sol mientras duró la llamarada, informó entonces la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE. UU.

Enfrentarse al poderoso calor del Sol

La sonda solar Parker, del tamaño de un coche pequeño, cuenta con un escudo compuesto de carbono de 11,43 cm de espesor. Gracias a esto, puede soportar temperaturas que alcanzan casi 1.377 °C.

Esta misión de la NASA está planificada, en principio, para que dure siete años. El más reciente acercamiento es el 17 de un esperado de 24. El gran objetivo: llegar hasta unos 6,2 millones de kilómetros del Sol.

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La sonda Parker fue desarrollada como parte del programa Living With a Star de la NASA. Este proyecto es administrado por el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la agencia en Greenbelt, en Maryland.

La Parker no es la única sonda que navega por el espacio para estudiar el Sol. La Agencia Espacial Europea, por ejemplo, ha tomado grandiosas imágenes gracias a su nave Solar Orbiter. Y la India, luego de conquistar el polo sur de la Luna, lanzó a principio de mes su propia nave, con el objetivo de enviar un satélite hasta un lugar conocido como L1. Este punto está a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra y permite una vista ininterrumpida del sol.

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