En octubre de 2018, apenas dos meses después de su lanzamiento, la sonda Solar Parker se convirtió en el objeto creado por humanos que más se había acercado al Sol. Fue un récord que ella misma ha ido rompiendo una y otra vez con nuevos acercamientos, más y más próximos al astro rey. Sin embargo, en abril de este año se superó por completo al introducirse de lleno en la corona solar.

Aunque este gran hito ocurrió hace ocho meses, no ha sido hasta ahora que los científicos detrás del mismo lo han dado a conocer en un estudio publicado en Physical Review Letters.

En él, además, cuentan los datos que la sonda solar ha enviado a la Tierra y cómo nos ayudarán a conocer mejor al Sol. Pero no solo eso, pues este conocimiento nos ayudará a entender mejor las normas que rigen el resto de estrellas del universo. Todo esto no ha hecho más que empezar, pues se planea que Parker realice nuevos acercamientos en los años que le quedan de trabajo. Pero, por ahora, los científicos de la NASA tienen ya muchísima información para empezar a investigar los misterios del astro que nos calienta. 

Los misterios del Sol y la corona solar

El Sol, como buen astro rey, está rodeado de una corona de más de un millón de kilómetros de extensión. 

Está compuesta por plasma. Es decir, materia en un estado de agregación que no es ni líquido, ni sólido, ni gaseoso. Y aunque en un principio no es visible desde la Tierra, sí que podemos verlo alrededor del Sol durante un eclipse. 

La corona solar se ve desde la Tierra durante los eclipses solares

La corona solar tiene una densidad muy baja, mil millones de veces inferior a la de la atmósfera terrestre, y una temperatura altísima, superior al millón de grados centígrados. Podríamos pensar que es el efecto de su cercanía a la superficie solar, pero en realidad no, pues esta se encuentra solo a 5.800ºC. Por lo tanto, debe haber otro motivo. Se cree que puede estar relacionado con el campo magnético del astro rey, pero no es seguro.

Otro dato interesante relacionado con la corona es la presencia de vientos solares, que son corrientes de partículas cargadas que se liberan desde ella. 

Para conocer la naturaleza de todos estos fenómenos, sería interesante poder adentrarse en la superficie crítica de Alfvén. Este es el punto que delimita la superficie solar, pues en él la gravedad y los campos magnéticos son demasiado débiles para contener el plasma. Así, si queremos conocer más sobre los misterios de nuestro Sol, desde su corona y más allá de ella, sería interesante llegar a esa superficie crítica. Lo malo es que esto no es fácil, por motivos obvios.

Por eso, la sonda Sola Parker se diseñó con un blindaje térmico de alta tecnología, dirigido a poder adentrarse en este entorno tan hostil. Han sido necesarios tres años para comprobar que, efectivamente, sería capaz de hacerlo. Pero esto no ha hecho más que empezar. 

Parker solar probe
Fuente: NASA

Lo que nos contará la sonda Solar Parker

Si todo va bien, la misión iniciada en 2018 durará 7 años, durante los cuales la sonda Solar Parker realizará hasta 28 acercamientos al Sol, conocidos también como perihelios. En cada uno de ellos enviará a los científicos de la NASA información muy importante sobre nuestra estrella. 

Se planea que la misión dure 7 años en total

El de abril fue el octavo de estos perihelios, pero realmente el primero que se adentró en la corona solar. Ahora bien, ¿cómo sabemos que realmente logró atravesarla? La clave, según ha explicado en un comunicado de la NASA el astrofísico Nour Raouafi, está en los datos del campo magnético y el viento solar. Pero también en imágenes: “De hecho, podemos ver la nave espacial volando a través de estructuras coronales que se pueden observar durante un eclipse solar total”.

Esta estancia duró unas cinco horas, durante las que midió las fluctuaciones del campo magnético solar y tomó muestras de partículas. 

Y de momento el análisis de todos esos datos ya ha arrojado información interesante. Por ejemplo, las condiciones magnéticas de la corona parecían darse esporádicamente, lo cual supondría que la superficie crítica de Alfvén está arrugada. Esto podría explicarse con algo detectado a profundidades más bajas. Allí, la sonda Sola Parker se encontró con una estructura magnética conocida como pseudostreamer, en la que el campo magnético estaba mucho más ordenado y las partículas ya no golpeaban violentamente la nave, como en otros puntos de la corona solar. Esta estructura ya se conocía previamente, porque se ve arqueándose desde el Sol durante los eclipses solares. Ahora, los científicos creen que podría estar detrás de la deformación de la superficie crítica de Alfvén, aunque los motivos no están claros.  

Finalmente, en esta primera incursión en la corona solar la sonda Solar Parker ha investigado otro fenómeno, conocido como switchbacks solares. Se trata de torceduras en forma de Z en el campo magnético asociadas al viento solar. Aunque se conocen desde los años 90, su origen es totalmente desconocido. Ahora, sin embargo, esta nave ha logrado detectarlo dentro de la atmósfera del Sol, por lo que al menos algunos de los cambios que lo originan podrían proceder de la corona solar inferior. 

Todo esto podría parecernos el culmen de la sonda Solar Parker, pero lo cierto es que aún le quedan muchos perihelios y, ojalá, muchos misterios resueltos. Al menos ya sabemos que su coraza es capaz de resistir las brutales temperaturas de la corona solar. Es un enorme alivio para empezar.