Vivir en el espacio ya no es una quimera restringida a la ciencia ficción, tal como lo demuestra la sostenida presencia de astronautas en la Estación Espacial Internacional. Ahora, un científico propone un excéntrico plan para las estadías de largo plazo fuera de la Tierra: convertir los asteroides en hogares y, en una primera instancia, generar 1.000 millones de metros cuadrados para establecer los hábitats humanos.

De acuerdo al sitio Universe Today, las propuestas para crear asentamientos en rocas espaciales existen hace tiempo, aunque son inabordables con las tecnologías actualmente disponibles. La idea que postula David W. Jensen, un científico jubilado de la empresa Rockwell Collins, establece un método económico y factible. Al menos a priori.

En un documento de 65 páginas, el investigador detalla su plan para vivir en el espacio empleando como base a los asteroides. Su proyecto se enfoca en tres tareas, principalmente. La selección de los objetos espaciales más adecuados a esa finalidad, la elección del tipo de hábitat, y de la tecnología necesaria para llegar hasta ellos.   

Vivir en el espacio: el excéntrico plan para crear hábitats humanos en asteroides

El punto de partida de Jensen es la elección de los mejores candidatos para vivir en el espacio. En otras palabras, ¿qué características deben tener los asteroides para servir como hábitats humanos, que por cierto estarán perpetuamente en movimiento? Las variables centrales son las siguientes: la composición del objeto, su tamaño y proximidad a la Tierra. La última es especialmente relevante: determina cuánta energía se necesitará para llegar a destino.  

Vivir en el espacio: ¿será posible usar los asteorides como hogares?
Vivir en el espacio: ¿será posible usar los asteorides como hogares? (Crédito: NASA)

En función de tales aspectos, el exintegrante de Collins Aerospace —una firma estadounidense especializada en electrónica aplicada a la aviación— escogió a su candidato ideal: el asteroide Atira. Se trata de un objeto espacial que tiene un diámetro aproximado de 4,8 kilómetros y su propia luna. Además, cuenta con un asteroide menor que lo orbita. Un dato a considerar en este análisis: esa roca se encuentra a una distancia 80 veces mayor de la que nos separa de nuestra Luna.

Asteroide Atira: ¿por qué es candidato a convertirse en un hábitat espacial?

Según explica Jensen en el mencionado documento, el objeto escogido presenta condiciones favorables para ser reconvertido en un hábitat humano fuera de la Tierra. Su principal argumento se basa en la órbita estable de Atira en la “zona Ricitos de Oro” de nuestro Sistema Solar, una localización que ayudaría a controlar su temperatura interna.  

Atira, el candidato de Jensen para vivir en el espacio. (Crédito: NASA)
Atira, el candidato de Jensen para vivir en el espacio. (Crédito: NASA)

Entre los diversos desafíos que surgen al idear planes para vivir en el espacio, emerge el siguiente: soportar durante largos períodos la microgravedad. En función de ello, se torna necesario abordar alternativas artificiales. Por ejemplo, hacer girar el asteroide hasta conseguir una velocidad que imite la gravedad de la Tierra. Al respecto, Atira tiene otro punto a favor: ya tiene una rotación ligera.

Entre otras consideraciones, Jensen señala que el hábitat deberá solucionar otros retos relevantes, como la selección de materiales que resistan las condiciones espaciales, que además brinden protección contra la radiación y los meteoritos. En cuanto al tipo de construcción, el especialista propone una estructura toroide, que se caracteriza por tener una forma hueca, similar a un anillo o un neumático. Se fabricaría con robots, que serían enviados desde la Tierra al asteroide candidato.

¿Una propuesta factible?

Siguiendo a la fuente, el plan presuntamente “accesible y factible” de Jensen para vivir en el espacio esconde una serie de obstáculos. En paralelo a la dificultad que supone el envío de la maquinaria y una estación inicial, es preciso considerar aspectos como los tiempos de trabajo y los costes asociados.

Jensen trabajó casi 20 años en Rockwell Collins. (Crédito: LinkedIn)

Los cálculos del propio Jensen detallan que el plan requeriría poco más de 4.000 millones de dólares. Es un tanto más inverosímil la estimación de tiempo para esta faena, que según el científico se completaría en solo 12 años.

Si nuevos estudios e investigaciones confirman las previsiones de Jensen (tanto su presupuesto como su ambicioso cronograma), es posible que los magnates que ahora participan en la industria espacial también se interesen en este tipo de iniciativas.

Siguiendo a la fuente antes citada, la construcción de hogares en asteroides para vivir en el espacio podría ser la próxima gran competencia en el sector. En especial, porque un gasto de 4.000 millones es abordable para empresarios como Jeff Bezos y Elon Musk, líderes de Blue Origin y SpaceX, respectivamente.

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