Sudar en verano es normal, pero las temperaturas de este año están haciendo que la normalidad se convierta en tortura. A veces, ni el desodorante ni una buena higiene parecen ser suficientes para mantener la sudoración a raya y terminamos pasando por algunos momentos incómodos. Por eso, puede ser necesario dar un paso más y recurrir a medidas drásticas para reducir el sudor.

Vamos a ver algunos trucos, pero no sin antes recordar la importancia de sudar. Si nuestro cuerpo no produjese sudor, no podría regular su temperatura cuando hace mucho calor fuera y podríamos sufrir consecuencias fatales para la salud. Por eso, sí, podemos reducir el sudor, pero sin olvidar que no nos podemos obsesionar con eliminarlo. Y es que, si lo hiciésemos, estaríamos en serio peligro.

Dicho esto, sí que hay ciertos productos, alimentos y prendas que podemos incluir o desechar de nuestras rutinas para reducir el sudor. Eso sí, todo esto es aplicable si la sudoración, aun siendo excesiva, se encuentra dentro de lo considerado normal. Si es extremadamente abundante, puede tratarse de un caso de hiperhidrosis, y ahí sería necesario buscar ayuda médica para que nos paute un tratamiento.

¿Para qué sirve la sudoración?

Sí, la sudoración nos mantiene vivos, no es ninguna exageración. Esto se debe a que los seres humanos somos animales homeotermos. Es decir, tenemos la capacidad de mantener una temperatura constante, independientemente del frío o el calor ambiental. En nuestro caso esta temperatura es aproximadamente de 36,5ºC. Si aumentara mucho cuando hace calor, los órganos empezarían a fallar. Por eso, nuestro cuerpo cuenta con varios sistemas de refrigeración, de los cuales la sudoración es el más importante.

Esto consiste en la liberación de un líquido, compuesto mayoritariamente por agua, que se queda inicialmente sobre la piel. Una vez ahí, debe evaporarse, para lo cual extrae calor del cuerpo, reduciendo la temperatura del organismo. A esto contribuyen otros mecanismos, como el aumento del flujo sanguíneo en los vasos cercanos a la piel, de manera que sea más fácil extraer ese calor. Por lo tanto, sudar es importante, pero a veces no viene mal reducir el sudor, sobre todo en zonas como las axilas, donde hay mucha acumulación de bacterias y es fácil que termine oliendo.

Productos para reducir el sudor

Los desodorantes convencionales combaten el olor del sudor, pues suelen dirigirse a las bacterias que lo causan. A veces, además, llevan perfumes que contribuyen a enmascararlo. Sin embargo, no nos ayudan a reducir el sudor, por lo que llega un momento en el que, si sudamos mucho, dejan de ser eficaces.

En esos casos, pueden ser necesarios los desodorantes antitranspirantes. Estos llevan sales de aluminio, que taponan temporalmente los poros, disminuyendo la sudoración. Se ha llegado a hablar sobre que estas sales de aluminio puedan ser cancerígenas, por lo que son productos muy mal vistos en algunos sectores de la población. No obstante, según relatan desde la OCU, los estudios científicos que se han realizado al respecto no han encontrado evidencias de que sean perjudiciales a esos niveles. Lo que sí es cierto es que resecan mucho la piel, de modo que tampoco es bueno abusar de ellos. Por eso, se deben buscar otros métodos para reducir el sudor.

La alimentación también influye

Si queremos reducir el sudor, también debemos fijarnos en lo que comemos y lo que bebemos. La sudoración no solo se produce como respuesta al calor. También puede ser un mecanismo natural del cuerpo para eliminar el exceso de sodio. Este es un ión importante para muchos procesos fisiológicos; pero, si se acumula, puede producir síntomas peligrosos, como la hipertensión. Por eso, debe eliminarse, tanto a través de la orina como del sudor.

Por otro lado, la sudoración está controlada por el sistema nervioso autónomo. Es decir, el que lleva a cabo actividades automáticas, sin que tengamos que controlarlas. Por ese motivo, los alimentos que actúan sobre el sistema nervioso, como el café y las bebidas alcohólicas, pueden aumentar la sudoración. 

Ocurre lo mismo con el picante, ya que actúa sobre los receptores del calor. Esto provoca un aumento de la temperatura corporal, que desencadena la sudoración para refrigerar el organismo.

Por eso, para reducir el sudor debemos evitar la cafeína, el alcohol y los alimentos picantes. Además, es importante evitar los alimentos muy grasos. Pero eso no es todo. También hay alimentos cuyo consumo nos puede ayudar. 

Sobre todo, son beneficiosos los alimentos con un alto contenido en agua. Y es que, aunque pueda parecernos que más agua nos hará sudar más, también nos ayuda a refrescarnos y eso hará que no sea tan necesaria la sudoración. En resumen, para reducir el sudor, más sandía y menos café.

sandía
Los alimentos ricos en agua nos ayudan a mantenernos más frescos y sudar menos. Crédito: Unsplash

Prendas para reducir el sudor

En épocas de mucho calor, si queremos reducir el sudor, lo mejor es usar prendas holgadas, que transpiren bien. Esto nos ayudará a disminuir la temperatura del cuerpo y a que no sea tan necesario sudar para refrigerarlo.

¿Cómo sabemos si es hiperhidrosis?

Sudar es algo totalmente normal. Incluso sudar mucho es normal para algunas personas. No obstante, notaremos cuándo la sudoración se convierte en algo fuera de lo habitual

Ocurre, por ejemplo, cuando se producen sudoraciones excesivas durante la noche, sin motivo aparente. O cuando el sudor en las palmas de las manos y las plantas de los pies es tan abundante que interfiere con la rutina diaria. También puede darse en las axilas. No hay forma de frenarlo y se convierte en un motivo de preocupación constante.

En esos casos, deberíamos consultar a un médico, porque puede ser hiperhidrosis, ya sea causada por un medicamento, como síntoma de otra enfermedad o simplemente de forma aislada. El médico determinará cuál es la causa y elegirá el método más adecuado para reducir el sudor. Primero se puede probar con antitranspirantes más potentes que los de venta libre y, si no es suficiente, puede recurrirse a otros fármacos o incluso a las inyecciones de bótox, que bloquean los nervios que inducen la sudoración. Incluso se puede optar por una cirugía con la que se retiran las glándulas sudoríparas. 

De cualquier modo, estas son medidas drásticas, que deben dejarse como último recurso. Para todo lo demás, no está mal empezar por los consejos que hemos visto en este artículo. 

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