The Equalizer 3 llega a los cines con la promesa de, como mínimo, mantener el nivel de las dos anteriores entregas. El director, Antoine Fuqua, confirmó que esta tercera película será el final de una franquicia que cumple ya nueve años. En ella, Denzel Washington se ha convertido en uno de los mejores héroes de acción de la última década. Bajo el sello de la violencia explícita y desenfrenada, director e intérprete se disponen a ofrecer un último y sangriento baile.

Tras el final de The Equalizer 2, Robert McCall continúa ayudando a sus vecinos de manera anónima en todo tipo de encargos. Uno de ellos, con el que arranca The Equalizer 3, le lleva hasta Italia. Concretamente, debe llegar hasta Sicilia. Allí, se adentrará en una mansión ostentada por una peligrosa familia de criminales y hará lo que mejor sabe. Repartir jarana a diestro y siniestro. Pero posteriormente, McCall no volverá a Estados Unidos, sino que se asentará en el país europeo.

Empezar una nueva vida, olvidar los fantasmas de su pasado y volver a encontrar la paz son las motivaciones que le hacen establecerse en un pequeño pueblo costero del sur del país. Pero es Italia, y la mafia extiende sus brazos por toda la nación. Algo ante lo que el justiciero no podrá quedarse de brazos cruzados. Cuando una pandilla de jóvenes atemoriza a sus nuevos vecinos, el protagonista se verá obligado a actuar, a sabiendas de lo peligroso que es esta vez el enemigo.

The Equalizer 3

Denzel Washington regresa como su despiadado justiciero Robert McCall. Una entrega que cierra la saga con una historia muy refrescante en el sur de Italia, donde la mafia amenazará con ponerle las cosas más difíciles que nunca. Un festín de sangre y violencia muy explícita que los fans del cine de acción agradecerán y gozarán pese a sus fallos en el ritmo.

Puntuación: 3.5 de 5.

La acción desenfrenada de The Equalizer 3

Pero es que si algo tiene que tener una buena película de The Equalizer, es un rival digno para McCall. Un tipo que se ha enfrentado a asesinos rusos y a mercenarios estadounidenses muy bien entrenados no podía ahora tener enfrente a cualquiera. Antoine Fuqua, el director de las tres películas, lo sabía. Y por eso ha decidido que The Equalizer 3 cuente con unos antagonistas muy coherentes y sanguinarios. Son la mafia napolitana, pero no la que se ve en las películas de antaño, sino la actual.

Este grupo de criminales que establece su reinado de terror con amenazas y vendettas son en realidad unos jóvenes macarras. No van en traje y corbata, van en chupa y se mueven en ruidosas motos, sacando la navaja y haciendo estallar cosas. Inconscientes y atolondrados, le pondrán las cosas difíciles a McCall. Sobre todo porque, por encima de ellos, claro, hay un capo bastante más inteligente y despiadado. Con esa premisa, The Equalizer 3 da lo que promete.

The Equalizer 3

El nuevo filme es sin lugar a dudas el más violento de los tres, aunque las muertes en sí no sean tan espectaculares como en las dos anteriores. Pero desde la primera escena, The Equalizer 3 inunda la pantalla con violencia salvaje y divertidísima, dejando para el recuerdo otro buen puñado de secuencias locas. Es la gran firma de Fuqua en la saga. Y el cineasta ha querido despedirse por todo lo alto dándoles a los fans lo que tanto les gusta.

Para ello hace uso de su mejor arma, un actor de primerísimo nivel como es Denzel Washington. No hay nadie en el planeta que pueda dudar ni lo más mínimo de sus dotes interpretativas. Pero, con 68 años, el dos veces oscarizado se lo pasa como nunca. Ha perfeccionado ese doble registro necesario para dar vida a McCall. Por un lado, un hombre adorable y benévolo que poco a poco se hace mayor. Por otro, el justiciero más sádico al que nadie puede enfrentarse. El trabajo del actor en The Equalizer 3 es impecable, sabe que probablemente nunca regresará al papel y quiere decirle adiós con honores.

Un ritmo con altibajos

La acción de la película es, de nuevo, lo más destacado de la propuesta. Pero como sus predecesoras, The Equalizer 3 también tiene tiempo para presentar una historia de fondo. Una narrativa con la que justificar el festín de mamporros, una trama con la que dar contexto dramático a su protagonista. Es ahí donde a ratos Fuqua triunfa y a ratos acusa el desgaste de la franquicia.

En el filme se intercalan distintas ideas, y no todas surten el mismo efecto. Hay algunas muy buenas, como el hecho de que McCall vuelva a querer vivir en paz. Lo intentó años atrás como promesa a su fallecida esposa. Pero su moral le obligó a pasar a la acción. Ahora, está listo para dejar las pistolas a un lado y volver a centrarse en sí mismo, envejecer como cualquiera. Un cierre algo obvio, pero ideal para su desarrollo. Sobre todo por localizarse fuera de Estados Unidos para no ser repetitiva y resultar sorprendente. Pero no todo en The Equalizer 3 es tan acertado.

The Equalizer 3

La subtrama de la mafia es buena, aunque por momentos la cinta se empeña en humanizar y profundizar en algunos personajes de los que el público se olvidará en cuanto salga del cine. Sin embargo, hay otras subtramas que, sin hacer spoilers, parecen añadidas como un pegote que no tiene mucho que ver. Así avanzan y así terminan, sin dar como resultado ningún momento del todo orgánicas. Y en medio de esa verborrea, el ritmo de The Equalizer 3 se resiente. Al menos hasta que llega el tercer acto y la acción vuelve a tomar el protagonismo.

Como conclusión, puede afirmarse que The Equalizer 3 cumple a la perfección como cierre de trilogía. Los fans de la saga que tanto disfrutan de ver a Washington cargándose a los peores villanos saldrán más que satisfechos. Puede que no sea la mejor de las tres, pero sin lugar a dudas está al nivel que se le exigía. Es un final muy entretenido, fresco y vistoso.

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