La Tierra ha estado resintiendo la intensa actividad solar en los últimos días. El pasado lunes 7 de agosto, el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO, por sus siglas en inglés) detectó una fuerte llamarada solar que paralizó, temporalmente, las señales de radiofrecuencia y navegación en países de Norteamérica, según recoge Space. La erupción, clasificada como X1.5, es la vigésima que ocurre durante el actual ciclo solar —cuando el campo magnético del astro cambia por completo cada 11 años, aproximadamente—.

Las llamaradas solares se suscitan cuando fuentes cantidades de energía se desprenden de las regiones magnéticas densas del Sol. Tardan, aproximadamente, 8 minutos en llegar la Tierra viajando a la velocidad de la luz. Cuando las partículas arriban a nuestro planeta y pasan a través de las diversas capas externas, se sobrecargan, lo cual puede provocar afectaciones a las de señales de radiofrecuencia.

Científicos han externado su preocupación porque fue la segunda llamarada solar de magnitud considerable que impactó a la Tierra en cuestión de tres días. El sábado 5 de agosto, la agencia aeroespacial estadounidense ya había registrado una erupción previa, la X1.6. Cabe mencionar que la denominación "X" se emplea en las erupciones con la intensidad más alta. Ambas entraron en esa categoría.

No obstante, fue la segunda llamarada solar que dejó en jaque, por un breve periodo de tiempo, a las señales de radiofrecuencia. El apagón fue clasificado, en Estados Unidos, como R3, que se considera un nivel alto. "La llamarada X1.5 causó un apagón R3 en el lado iluminado de la Tierra (la mayor parte de los EE. UU., Canadá y el Océano Pacífico)", informó a través de Twitter el físico solar Keith Strong.

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Las bandas de frecuencia que se ubican por debajo de los 5 Mhz fueron las más afectadas, agregó Strong. Esto ocasionó que algunos sistemas de navegación se degradaran.

Pero más allá de las infraestructuras de comunicaciones que pueden resultar perjudicadas, la radiación que acompaña a las llamaradas solares, en el peor de los casos, podría causar daños a los astronautas que se encuentran en el espacio exterior. Por fortuna, no hubo una situación que lamentar.

Meteorólogos creen que, durante los próximos días, no se suscitará otra llamarada solar de tal nivel. No obstante, advierten que el Sol seguirá presentando erupciones potentes conforme se acerque al final del ciclo de 11 años, así que no descartan que se vuelva a registrar una llamarada —o más— de categoría X en los siguientes meses. Específicamente, entre finales de 2023 y principios de 2024.

Tan solo durante julio, detectaron múltiples llamaradas solares M —nivel anterior al X—, lo que demuestra que el Sol mantiene una actividad intensa.

Desde luego, la Tierra resultará afectada mientras siga expuesta a una mancha solar. Es decir, una región del Sol cuya temperatura es inferior a la de sus alrededores y la actividad magnética es más intensa. Estas, a su vez, se originan porque los campos magnéticos del astro cambian al final del mencionado ciclo.

Ahora se espera que dos eyecciones de masa coronal impacten la Tierra próximamente, lo cual podría ocasionar una tormenta geomagnética que afecte a los satélites y, nuevamente, a las señales de radiofrecuencia.

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