Barbie será para siempre, junto con Oppenheimer, una de las películas que reanimaron las salas del cine tras el contagio y las secuelas de la pandemia de la COVID-19 –lo cual parecía, por momentos, imposible–.

La cinta dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie sigue acumulando millones en taquilla y buenas críticas tras haber logrado, según muchos, transformar el ecosistema de la muñeca perfecta en una historia que señala y parodia, pero, sobre todo, critica los estándares marcados por los roles de género que la figura de Mattel precisamente había apuntalado entre las niñas durante décadas.

La juguetera (la primera en dejarse parodiar en la cinta) ha encontrado una nueva gallina de los huevos de oro y parece que hará todo lo posible por alargar el efecto con merchandising y, si pone de acuerdo a más partes (algo que parece difícil), posibles secuelas o productos derivados.

Sin embargo, hasta llegar a la Barbie de Robbie, hubo muchos intentos para sacar adelante una película de acción real de su juguete más vendido. Un camino que se hizo muy cuesta arriba y que, desde luego, nunca fue rosa.

En la cuneta se quedaron acuerdos con Universal o Sony antes de firmar el que dio a luz a la película actual con Warner. También otras tantas actrices que fueron candidatas y acabaron saliendo casi corriendo.

Esta es la historia de todas esas otras Barbies de película (y carne y hueso), que pudieron ser y no fueron:

2009, primer intento de hacer una película de Barbie de la mano de Universal y Sony

Schumer fue considerada para el papel.

El desarrollo de una película basada en la línea de juguetes Barbie comenzó en septiembre de 2009, cuando se anunció que Mattel había creado una sociedad para desarrollar el proyecto de la mano de Universal Pictures. 

Un lustro después, en abril de 2014, aquel proyecto seguía parado y Universal perdió la posibilidad de ejecutar los derechos (una cláusula habitual y que, por ejemplo, también le afectó con Marvel en su momento).

Sony Pictures apareció poco después como candidato para producir la película. Se anticipó que el rodaje en ese momento comenzaría a finales de año con nombres como Diablo Cody (Juno) al guion y Amy Pascal (Spider-Man: HomecomingMolly's Game o The Post) a la producción. Pero faltaba una Barbie, y ahí apareció Amy Schumer. Aunque por poco tiempo.

La comediante y actriz empezó a negociar por el papel de Barbie en 2016, pero, en marzo de 2017, Schumer abandonó las negociaciones. En 2023 reveló que dejó el proyecto debido a diferencias creativas con los productores de la película en ese momento. 

De Amy Schumer a Anne Hathaway (hasta encontrar a Robbie Brenner)

En julio de ese año, Anne Hathaway comenzó a ser considerada para representar a Barbie. Para lograr su firma, Sony Pictures planteó que Alethea Jones, quien había trabajado con Hathaway en algunos proyectos independientes, fuese la directora.

La mujer que cambiaría para siempre el rumbo de Barbie en el cine no fue quien la interpretó, sino quien entró como productora en 2018, Robbie Brenner

Sin embargo, la mujer que cambiaría para siempre el rumbo de Barbie en el cine no fue quien la interpretó, sino quien entró como productora en 2018, Robbie Brenner. Esta fue contratada directamente por el CEO de Mattel, Ynon Kreiz.

Brenner, con más de 30 películas producidas en su historial –entre las que destacan Dallas Buyers Club o Serendipity– entró en el proyecto con una misión encomendada por Kreiz: recuperar los derechos de la película de Barbie de Sony y volver a ofertarlos.

Y así ocurrió. Poco después, el proyecto fue apadrinado por Warner Bros y las piezas empezaron a encajar. Con los años, Brenner ha sido acreditada como la persona que consiguió encarrilar el proyecto.

Y, por fin, Barbieland se hace realidad

Margot Robbie formó parte de las conversaciones para el papel de Barbie casi desde el inicio debido a su vinculación con Warner. Brenner se asoció entonces con la productora de Robbie, LuckyChap Entertainment, y el esposo de Robbie, Tom Ackerley, como productor asociado. El casting de Robbie se confirmó en julio de 2019.

Después llegaría el fichaje de Greta Gerwig para la dirección, que aceptó con la condición de que su pareja, Noah Baumbach, también escribiera el guión. Robbie, convertida desde el inicio del proyecto en su icono más allá de como actriz, dijo que el objetivo de la película era subvertir las expectativas y darle al público "lo que no sabías que querías". Y, para muchos, lo ha conseguido.

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