“Supimos que el mundo no sería el mismo. Unas pocas personas rieron, unas pocas lloraron, muchas estuvieron en silencio. (…) Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos. Supongo que todos pensamos eso, de una u otra forma”. Esta reflexión, que se ha citado en innumerables ocasiones, define muy bien lo que es Oppenheimer para la historia de la humanidad. Un físico teórico que si bien no actuó en solitario, ha pasado a ser oficialmente el padre de la bomba atómica. La cara más conocida del Proyecto Manhattan.
La cita de antes reproduce una “línea de la escritura hindú, el Bhagavad-Gita. Vishnu está tratando de persuadir al Príncipe para que cumpla su deber y para impresionarlo toma su forma con múltiples brazos y dice: Ahora me he convertido en la muerte, el destructora de mundos”. Una expresión que encaja a la perfección con lo que consiguió el equipo de científicos del Laboratorio de Los Álamos que dirigía Oppenheimer.
Un arma tan potente que era capaz de destruir el planeta. Según un estudio de ese mismo Laboratorio, calcularon que para cometer tal atrocidad necesitarían entre 10 y 100 bombas atómicas. Una cifra irrisoria comparada con la cantidad de bombas nucleares que se han detonado desde su invención. Es más. Hoy, en el mundo hay repartidas unas 12.700 ojivas nucleares. Y aunque todavía sigue siendo una amenaza pero en menor grado, durante décadas, millones de personas vivieron aterrorizadas ante la posibilidad de que una sola de estas bombas fueran detonadas.
Pero volvamos a Oppenheimer. ¿Qué sabemos de esta figura histórica, representada en la ficción en varias ocasiones y protagonista de la enésima película de Christopher Nolan? El cine se centra, obviamente, en su papel para crear la bomba atómica. Pero, ¿qué sabemos de él antes y después de este lamentable hito histórico?
Oppenheimer antes de la bomba atómica
Robert Oppenheimer, a quien se le suele nombrar como Julius Robert o J.Robert, fue físico teórico y profesor de física en la Universidad de California en Berkeley. De origen judío y de padres alemanes, su padre había hecho fortuna importando tejidos y su madre era artista. Oppenheimer nació en la ciudad de Nueva York en 1904 y recibió la mejor educación que tuvo tener, acabando sus estudios en la Universidad de Harvard en 1925.
Dicen sus biografías que era un erudito tanto en ciencias, como física y química, como en letras, con grandes conocimientos de latín, griego y filosofía oriental. También se le daban bien los idiomas. Incluso publicó poesía. Sea como fuere, tras acabar sus estudios universitarios viajó a Reino Unido para realizar tareas de investigación sobre física experimental en el Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge. Allí estuvo bajo la dirección del físico y químico neozelandés Ernest Rutherford, uno de los primeros estudiosos de la estructura atómica. Tema en el que Oppenheimer se especializó durante esos años de investigaciones.
En 1927, Oppenheimer recibe el doctorado en la Universidad de Gottingen, en Alemania. Invitado allí por Max Born, conocerá a otros nombres clave de la física como Niels Bohr o Paul Dirac, ambos pioneros de la física cuántica. Oppenheimer también visitará centros científicos de Leiden (Países Bajos) y Zurich (Suiza), donde colaborará respectivamente con Paul Ehrenfest y Hendrik Kramers hasta recabar finalmente en la Universidad de California y en el Instituto de Tecnología de California.
Una época convulsa
El auge de Hitler y el nazismo en Alemania y la Guerra Civil española hacen que Oppenheimer se interese en la política por primera vez. Hasta el punto de destinar parte de su salario a apoyar a los físicos que huían de la Alemania nazi. Entre ellos, Bob Server, que posteriormente sería miembro del Proyecto Manhattan. También donó parte de la fortuna dejada por su padre, fallecido en 1937, a organizaciones antifascistas. Algunos historiadores han afirmado que en esa época, Oppenheimer participó en reuniones de estudiantes comunistas, los únicos que por aquel entonces advertían del peligro que suponía Hitler para el mundo. Pero nunca se afilió al Partido Comunista de Estados Unidos. Si bien, como veremos, en el futuro se le acusará de ello.
Tras la invasión de Polonia por parte de Alemania en 1939, numerosos científicos y personalidades alemanas emigrarán a Estados Unidos. Entre ellos, los físicos Albert Einstein, Leo Szilard y Eugene Wigner, que advirtieron por carta al presidente Franklin D. Roosevelt de que el peligro de que los nazis fabricasen una bomba nuclear era algo real. De ahí surge el Proyecto Manhattan, bajo el máximo secretismo, con la misión de crear una bomba atómica antes de que lo lograsen los nazis. Para ello, el Gobierno de Estados Unidos y sus Fuerzas Armadas no dudaron en “contratar” a todos los físicos que pudiera, dentro de la Alemania nazi y en territorio estadounidense.
El Proyecto Manhattan
Precisamente, Oppenheimer estará en esa lista de aspirantes. Para ello, en 1941 el FBI le investigará para comprobar si militaba en el Partido Comunista de Estados Unidos. No hallaron pruebas. Lo que sí descubrieron es que había sido miembro del Comité Ejecutivo de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles. Que para el FBI era una tapadera comunista. De ahí que formara parte del Índice de Detención Preventiva, una lista de personas que serían arrestadas en caso de emergencia nacional si entraban en guerra con Rusia. Recordemos que todo esto ocurría mientras se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial.
Con todo, Leslie R. Groves, alto mando del Proyecto Manhattan, puso al frente del proyecto a Robert Oppenheimer. Pesaron más sus galones como físico pese a los informes desfavorables del FBI. Un FBI que, por cierto, era controlado por John Edgar Hoover, a quien los historiadores han acusado de exagerar en sus informes de lucha contra “elementos subversivos” dentro del país y de haber sobrepasado los límites legales en sus investigaciones. Pero esa es otra historia.
El Proyecto Manhattan inicia su actividad en 1942 y finaliza el 15 de agosto de 1947. En el Laboratorio de Los Álamos, en Santa Fe, Nuevo México. Laboratorio que dirigirá el propio Oppenheimer. Precisamente, Ese día, el 15 de agosto de 1947, la prueba Trinity cambiará la historia de la humanidad al detonarse la primera bomba atómica. En este Proyecto colaboraron, junto a Estados Unidos, científicos y militares de Reino Unido y Canadá.
Oppenheimer después de la bomba atómica
Del Proyecto Manhattan se ha hablado largo y tendido, así que no nos alargaremos más en ello. Volviendo a Oppenheimer y como vimos al principio de este artículo, la detonación de la bomba atómica Trinity causó un gran impacto en él. A lo que hay que añadir los lanzamientos en agosto de 1945 de las ojivas nucleares que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki. Hasta la fecha, las dos únicas veces que se ha empleado armamento nuclear sobre población civil.
No es de extrañar que, desde entonces, y hasta su fallecimiento en 1967, Oppenheimer dedicase el resto de su vida en en evitar la utilización y desarrollo de bombas nucleares. Pero vayamos por partes. En octubre de 1945, Oppenheimer abandona su puesto de administrador del Laboratorio de Los Álamos. En 1947 dirigirá el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Princeton. Y en 1952 entrará a formar parte del Comité Asesor General de la Comisión para la Energía Atómica.
Sus alegatos contra la bomba atómica colocarán a Oppenheimer en medio de la diana y será víctima de la persecución anticomunista de la Guerra Fría. Ya en 1953, será acusado de relaciones comunistas en el pasado. También se le acusará de ocultar la identidad de agentes soviéticos infiltrados en el Proyecto Manhattan y de haberse opuesto a la fabricación de la bomba de hidrógeno, más potente que las bombas de uranio previas. De las tres acusaciones, la única que es del todo cierta es esta última. Oppenheimer había visto el daño que causaba la bomba de uranio. Fabricar bombas más potentes todavía daba pie a una escalada sin fin de bombas cada vez más destructivas.
Reparando su memoria a posteriori
Debido a estas acusaciones, Oppenheimer dejó de ser miembro del Comité Asesor General de la Comisión para la Energía Atómica en 1954. Pese al apoyo recibido por parte de la Federación de Científicos Americanos. También hubo una persecución pública contra él. Difamaciones, filtraciones a la prensa, fabricación de pruebas…
En un intento de reparar el daño recibido, en 1963, el Presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson otorgó a Oppenheimer el Premio Enrico Fermi de la Comisión de la Energía Atómica. Cuatro años más tarde, en 1967, Oppenheimer fallecía de cáncer de laringe. Casado desde 1940 y con dos hijos.
En 2014, el Departamento de Energía de Estados Unidos desclasificó las transcripciones del juicio al que se enfrentó Oppenheimer en 1953. El material desclasificado dejó claro que parte de las pruebas se habían fabricado para atacar la credibilidad de Oppenheimer y acusarlo de actividades anticomunistas. Una víctima más del macarthismo. Y, finalmente, en 2022, el Departamento de Energía de Estados Unidos canceló la orden dada en 1954 y que impedía que Oppenheimer accediera a documentos secretos.