En la Antigua Grecia, algunos sabios creían que la historia es cíclica. Que los grandes eventos se repiten una y otra vez. Con diferentes protagonistas, nombres y lugares. No es de extrañar que ocurra algo similar con las modas, los hábitos de consumo o con ciertos temas que vuelven a estar en portada de los medios una y otra vez. Las bombas nucleares o bombas atómicas y sus temidas explosiones nucleares son uno de esos grandes temas que siempre han estado en las agendas políticas.
En realidad, la bomba nuclear siempre ha estado ahí desde su invención en 1945. Desde que años atrás, en 1938, se empezase a vislumbrar una manera de crear este tipo de armamento, se inició una carrera entre potencias mundiales para ser los primeros en obtener el arma definitiva. La que acabaría con todas las guerras. Pero no sería así. A medida que distintos países obtenían la bomba nuclear, las tensiones entre ellos seguían. Obviamente, a nadie se le ocurriría usarla por los daños que supondrían al enemigo pero también a uno mismo.
Pero sí se ha empleado el armamento nuclear como herramienta de disuasión o para influir en momentos puntuales de tensión o conflictos fronterizos. Por suerte, contamos con tratados internacionales para evitar el desarrollo y utilización de armas atómicas. Pero esos tratados no dicen nada de amenazar con hacer algo mientras se suceden conflictos bélicos con armamento más tradicional. O de realizar ejercicios militares para probar ese armamento en caso de necesidad futuras. La pregunta es, ¿cuántas veces el ser humano ha utilizado las bombas nucleares?
La primera bomba nuclear
Técnicamente, la primera explosión nuclear se produjo el 16 de julio de 1945. El nombre en clave de esa detonación era Trinity. Y el nombre del arma detonada, una bomba atómica o bomba nuclear basada en plutonio, era simplemente “the gadget”, que podríamos traducir por artefacto, dispositivo o artilugio. La explosión se produjo cerca de Alamogordo, en Nuevo México. Y era el resultado más provechoso hasta la fecha del secretísimo Proyecto Manhattan.
Iniciado en 1942, el Proyecto Manhattan tenía el propósito de desarrollar bombas nucleares. Mucho se ha escrito y hablado de ello. El proyecto estaba dirigido por Estados Unidos aunque tuvo la colaboración de Reino Unido y Canadá. Y los responsables directos del proyecto fueron el Mayor Leslie Groves del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos y el físico nuclear Robert Oppenheimer. De quien Christopher Nolan está rodando una biografía.
Sin extendernos demasiado, el proyecto llegó a contar con más de 130.000 personas, entre científicos, militares, familiares y otros perfiles profesionales. Incluso se llegaron a reclutar expertos alemanes a medida que los países aliados iban venciendo a la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Y el presupuesto estimado a tal hazaña bélica fue de más de 2.000 millones de dólares USA. En Wikipedia, se estima que el equivalente actual subiría a los 23.000 millones.
Explosiones nucleares en Japón
Estados Unidos logró ser la primera gran potencia en poseer la bomba atómica. Rusia, entonces URSS, tardaría cuatro años más en anunciar que también contaba con ojivas nucleares. Y aún así, las primeras explosiones nucleares sobre zonas civiles se producirían apenas unas semanas después de la primera explosión de prueba, Trinity.
Tras la contienda en Europa y la caída de la Alemania nazi, Estados Unidos estaba centrado en su otro enemigo, Japón. Este conflicto se había iniciado a finales de 1941 y seguía en marcha pese a la rendición de la Italia fascista y de la Alemania de Hitler. Como medida de presión, y con poca información sobre las consecuencias que tendría, Estados Unidos, lanzó dos bombas nucleares sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Curiosamente, quien tomó la decisión fue Harry S. Truman, entonces Presidente de Estados Unidos y que había sido Vicepresidente hasta hacía unos meses durante la presidencia de Theodore Roosevelt. El fallecimiento de Roosevelt obligó a Truman a presidir Estados Unidos en un contexto bélico y, según él, sin información sobre el Proyecto Manhattan. Pero una vez tuvo conocimiento del mismo y después de que Japón rechazara rendirse bajo las condiciones de la Declaración de Potsdam, firmada por Estados Unidos, Reino Unido y China, Truman autorizó el uso de la bomba atómica contra Japón.
Así pues, la historia ha recordado durante más de siete décadas, y seguirá recordando, los lanzamientos de dos bombas atómicas sobre población civil. El 6 de agosto de 1945 sobre Hiroshima. El nombre de la bomba era Little Boy y empleaba uranio 235. Su potencia de destrucción era de 15 kilotones. Y tres días después, el 9 de agosto de 1945, sobre Nagasaki caía la bomba Fat Man, que empleaba plutonio 239 y que tenía una potencia de destrucción de 21 kilotones.
Según datos de Naciones Unidas, “las dos armas atómicas, las únicas utilizadas hasta el día de hoy, dejaron más de 200.000 muertos debido a la radiación y, en décadas posteriores, sumaron 400.000 decesos más por problemas de salud relacionados con las bombas, de acuerdo con datos de la ONU”. Precisamente, una de las razones por las que la obsoleta Sociedad de Naciones se convertiría en la Organización de las Naciones Unidas era precisamente evitar situaciones similares a la destrucción cometida por las dos explosiones nucleares vividas ese agosto de 1945.
En esa ocasión no pudieron hacer nada. Pero desde entonces propusieron el Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), el Tratado de Prohibición Parcial de los Ensayos Nucleares (TPPE) y, finalmente, el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE). Con todo, siguen existiendo arsenales nucleares.
Guerra Fría y la carrera por la bomba nuclear
Como vimos en un artículo anterior, desde que Estados Unidos se hiciera con la bomba atómica, otros países han luchado por hacerse con esta tecnología. Rusia, entonces URSS, porque veía en Estados Unidos una potencia enemiga. Y en 1949 se hizo con ella. Reino Unido, en 1952, se unió al club. Y Francia en 1960. Luego vendrían China (1964), India (1974), Pakistán (1998), y Corea del Norte (2006). Y por el camino, Israel ha logrado desarrollar, de manera extraoficial, su propio programa de armamento nuclear.
En su día, Sudáfrica tuvo en su poder armamento nuclear (años 70 del siglo pasado), y en la actualidad, países como Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía cuentan con esta tecnología, custodiada por Estados Unidos, como países miembros de la OTAN. Durante la Guerra Fría, Ucrania contaba con un importante arsenal nuclear como miembro de la URSS. Arsenal que devolvió a Rusia tras su independencia. Y, por otro lado, Estados Unidos e Israel siempre han denunciado el intento de Irán de crear su propia bomba atómica. Algo que por el momento no se ha materializado.
En definitiva, sobre población civil solamente se han lanzado dos bombas nucleares. Pero para que los países antes mencionados lograran su bomba atómica, se estima que se han lanzado más de 2.000 pruebas de explosiones nucleares con bombas atómicas y otros dispositivos o armas nucleares. De manera aproximada sabemos que se han detonado casi 2.500 bombas nucleares o dispositivos con carga atómica. Encabeza la lista Estados Unidos con más de 1.000 pruebas. Le siguen la URSS con más de 700 y, en tercer lugar, Francia, con más de 200 pruebas. Reino Unido tiene en su haber más de 80 pruebas verificadas y China casi 50. Del resto de países se tiene menos información.
Y el caso más llamativo es el de Israel. Aunque las demás potencia saben que cuenta con armamento nuclear, oficialmente no es así. Y es que de ser así, Estados Unidos se vería obligado a aplicar sanciones de acuerdo a los tratados firmados bajo el amparo de Naciones Unidas.
Pruebas polémicas con explosiones nucleares
Las pruebas más recientes con armamento nuclear son de 2017. Las realizó Corea del Norte como medidas de presión ante Estados Unidos. La enemistad entre ambos países viene desde la Guerra de Corea (1950-1953) que provocó la escisión de Corea en dos países. El primero, una dictadura comunista que dura hasta hoy y que ha sido dirigida por tres generaciones de la misma familia (Kim Il-sung hasta 1994, su hijo Kim Jong-Il hasta 2011 y el hijo de éste, Kim Jong-un desde entonces). Y el segundo, una Corea del Sur que ha vivido una etapa autoritaria con elecciones pero con persecución de opositores, dos golpes de estado (1961 y 1980) que derivaron en sendas dictaduras. Y, desde 1987, una etapa democrática que llega hasta nuestros días.
Otro de los países que más pruebas nucleares ha realizado en las últimas décadas es Francia. Entre 1966 y 1996 realizó 167 explosiones nucleares en su Centro de Experimentaciones del Pacífico, situado en Mururoa, un atolón del archipiélago de Tuamotu, en la polinesia francesa. Como consecuencia de estas pruebas, 41 de ellas con explosiones en el aire, causaron un gran impacto en la fauna de la zona y también en decenas de obreros y empleados tahitianos. Y a pesar de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya condenase las primeras pruebas realizadas en los años 60, se siguieron realizando hasta 1996. Entonces, Francia firmó el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.