De los creadores del Blue Monday, llega el Yellow Day. Literalmente. La misma persona que comenzó a promocionar el supuesto día más triste del año, Cliff Arnall, decidió más tarde hacer lo propio con el más feliz. De hecho, ambos días fueron inventados casi a la vez, en 2005. El Yellow Day no es un día de la semana concreto, pues se celebra el 20 de junio, caiga cuando caiga.

En este caso, los factores que tuvo en cuenta Cliff Arnall para elegir el Yellow Day fueron el aumento de las temperaturas, las horas de luz, la cercanía de las vacaciones y el inicio del horario laboral de verano. Es cierto que todo eso puede transmitirnos cierta alegría, pero de ahí, a catalogarlo como el día más feliz del año, va un trecho.

Y es que, en realidad, tiene la misma falta de sentido que el Blue Monday. De hecho, es incluso más complejo, porque definir la felicidad es difícil. Para cada persona será algo totalmente diferente. Es más, puede que el aumento de las temperaturas para muchas personas sea lo opuesto a la felicidad. 

¿Influyen en algo las temperaturas veraniegas?

El aumento de las temperaturas es un factor clave en el Yellow Day. ¿Pero realmente nos traen la felicidad?

Por un lado, cuando son agradables, pasamos más tiempo al aire libre, en la naturaleza. Hay multitud de estudios que demuestran que pasar tiempo al aire libre, en lugares como la playa o el campo, resulta beneficioso para la salud mental.

No obstante, en el otro extremo tenemos las temperaturas extremadamente altas. Este mes de junio ya ha traído varios olas de calor a lugares como México. En España incluso tuvimos una a principios de primavera. Las temperaturas del Yellow Day no están siendo precisamente agradables. En ese sentido, los estudios apuntan a todo lo contrario. Se sabe que el calor puede actuar negativamente sobre la salud mental. Incluso aumenta las actitudes violentas. Por lo tanto, hay poca felicidad en un día que, para más inri, solo tiene en cuenta el hemisferio norte. 

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Si las temperaturas son muy altas afectan al ánimo, pero para mal. Unsplash

El Yellow Day es simplemente un día más

Si el Blue Monday nació con fines publicitarios, el Yellow Day no deja de ser una excusa más para hacer descuentos y todo tipo de campañas de márketing. ¿Pero tiene algún beneficio? Ciertamente no.

Con el Blue Monday vimos que puede darse algo que en psicología se conoce como profecía autocumplida. Esta consiste en que, por el miedo a que algo pase, inconscientemente actuamos de forma que sea más fácil que ocurra. Por ejemplo, si tenemos miedo a suspender un examen, puede que nos agobiemos tanto que no leamos bien las preguntas y las contestemos mal, de modo que acabemos suspendiendo. No suspenderemos porque el examen fuese difícil o porque no estuviésemos preparados, sino porque teníamos miedo a suspender.

Si con el Blue Monday todo está lleno de publicidad recordándonos que es el día más triste del año, puede que no disfrutemos de las cosas que normalmente nos harían felices y, así, acabemos sintiéndonos tristes. En el Yellow Day puede darse la profecía autocumplida, pero para bien. Puesto que es el día más feliz del año, supuestamente, es posible que sí que exprimamos a tope esos buenos momentos. 

Por eso, deberíamos actuar todos los días como si fuesen Yellow Day. Porque, en realidad, no existe la felicidad absoluta, sino los momentos que nos hacen sentir bien. Si actuamos con disposición, puede que los disfrutemos más. Aunque también puede que no. Porque la vida está llena también de malos momentos. La actitud positiva no nos ayudará siempre a esquivarlos, así que simplemente debemos aprender a vivir con ellos. Sobre todo, aprender que no hay días azules ni amarillos, sino solo días. Y que, los veamos del color que los veamos, no somos mejores ni peores. Simplemente estamos vivos. 

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