Los primeros días de junio han batido un récord de temperatura global muy peligroso, al rebasar los 1,5ºC establecidos como límite en el Acuerdo de París. Este es solo un preámbulo del que se avecina como un verano muy caluroso en el hemisferio norte. Por eso, ya se empieza a hablar de las consecuencias de las olas de calor que vendrán. Golpes de calor, deshidrataciones, quemaduras… ¿Pero qué pasa con las agresiones sexuales, los atracos, los asesinatos o incluso los ataques de perros? Todos estos son casos de violencia que parecen estar impulsados por el calor.

El de los perros en un estudio reciente, que se une a otros muchos, llevados a cabo tanto en humanos como en otros animales. Todos ellos apuntan a conclusiones muy similares: el calor propicia la violencia, ¿pero por qué?

Lo cierto es que esto sigue sin estar claro, a pesar del amplio abanico de estudios sobre el tema que podemos encontrar en la literatura científica. No obstante, sí que hay algunas hipótesis, siendo dos de ellas las que más peso tienen en la actualidad. Una apunta a que, cuando las temperaturas aumentan, lo hacen también la incomodidad, la frustración y la impulsividad, todas ellas chispas perfectas para encender el fuego de la violencia. De hecho, se ha visto que con el calor también aumentan los accidentes de tráfico, posiblemente por esa misma impulsividad. En cambio, la otra hipótesis señala que cuando hace calor pasamos más tiempo realizando actividades al aire libre, interaccionamos más con otras personas y eso puede aumentar la probabilidad de que se generen rencillas. No está claro cuál es la opción correcta, porque, posiblemente, se trate de una mezcla de ambas. 

Ejemplos de violencia que aumentó con el calor

Existen muchísimos estudios que apuntan al aumento de la violencia originado por el calor. De hecho, ya a finales del siglo XIX, cuando se realizaron las primeras estadísticas fiables sobre delincuencia, se comprobó que los delitos contra las personas eran más habituales en verano.

También los levantamientos del pueblo contra el gobierno, tan habituales en el pasado, solían llevarse a cabo en este periodo del año, independientemente del hemisferio. Por ejemplo, la mayoría de los levantamientos que tuvieron lugar en Europa en los siglos XVIII y XIX se produjeron en julio, mientras que en América del sur eran mucho más habituales en enero. Siempre al inicio del verano.

Todos estos son datos históricos, pero en los años recientes también se ha encontrado una gran relación entre el calor y la violencia. Por ejemplo, un estudio de 2019 encontró muchos más casos de crimen organizado en México en periodos de calor. En Reino Unido, se vio que hay un 14% más de delitos violentos a 20ºC que a 10ºC. Y en un estudio realizado en Estados Unidos se observó que por cada aumento de 5 °C en la temperatura media diaria entre 2007 y 2017 hubo un aumento del 4-5%  en los delitos sexuales. 

También en España se han realizado estudios de este tipo. Por ejemplo, en 2018 se publicó uno en el que se señalaba un aumento de las denuncias de casos de violencia de género durante las olas de calor que ocurrieron entre enero de 2008 y septiembre de 2016. 

También en animales

El aumento de la violencia coincidiendo con el calor podría verse como algo meramente social. En ese caso, sería mucho más habitual en humanos. No obstante, también se han realizado estudios en animales con resultados similares.

Por ejemplo, en 2013 se publicó una investigación que señalaba un aumento de la agresividad de las ratas coincidiendo con el calor. Algo interesante de este estudio es que se demostró que la agresividad no se debía a estímulos diferentes asociados con el calor, pues el estímulo que impulsó el enfado de los roedores fue en todo el caso una pequeña descarga eléctrica.

Esta se realizó a tres temperaturas diferentes: 40ºF, 70ºF y 100ºF. O, lo que es lo mismo, 4,4ºC, 21,1ºC y 37,78ºC. Cuanto más calor, más violenta fue la respuesta de las ratas, especialmente con esos casi 40ºC finales.

También se ha visto recientemente que los casos de ataques de perros a humanos aumentan con el calor e incluso con la contaminación del aire. Este último es un dato interesante que también se ha observado en monos rhesus, aunque no están claras las causas..

Los humanos también atacan más a los animales

Hemos visto que hay más ataques de perros cuando hace mucho calor. Pero también ocurre al contrario. Dado que la violencia humana se incrementa con las temperaturas, se ha observado que los casos de maltrato animal son mucho más frecuentes durante las olas de calor y, en general, cuando aumentan las temperaturas.

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El calor nos vuelve más impulsivos. Ava Sol/Unsplash

¿Con qué hipótesis nos quedamos?

No está claro cuál de las dos hipótesis mencionadas anteriormente sería la que mejor explica este fenómeno. Posiblemente sea una mezcla de ambas, Está claro que el calor nos pone a todos de mal humor. No sería raro que ese mal humor, en personas predispuestas a la agresividad, se tradujera en violencia.

La misma investigación que mostró que en el siglo XIX eran más abundantes los delitos contra las personas, señaló también que los asaltos a la propiedad eran más abundantes en invierno. Todo esto cuadra con esta hipótesis.

Además, en 1987 se publicó un estudio en el que se demostraba que no es la delincuencia lo que aumenta con el calor. En él se comparaba la distribución de casos de delitos violentos con crímenes sin violencia, como el robo de coches. Se vio que solo los delitos acompañados de violencia aumentaban con el calor, por lo que se apoyarían ambas hipótesis.

También cuadra con la segunda hipótesis el estudio español. Y es que, si bien con el calor pasamos más tiempo al aire libre, cuando este es muy elevado, nos llevamos el mal humor a casa. Por eso, las personas violentas pasarán más tiempo con sus parejas y podrían aumentar los casos de violencia de género.

¿Aumentará la violencia con el cambio climático?

Visto todo esto, es preocupante pensar en lo que está por llegar con el cambio climático. Las temperaturas ya están batiendo récords y las olas de calor serán cada vez más frecuentes. Por eso, se deben tomar medidas contando también con un posible aumento de los ataques violentos.

De hecho, según un estudio publicado en 2014, solo en Estados Unidos el cambio climático podría propiciar para finales de siglo un aumento de 22.000 asesinatos, de 1 a 2 millones de asaltos agravados y de 2 a 3 millones de asaltos simples, en comparación con 2010.

Es un efecto del calor en el que no nos paramos a pensar, pero es bastante serio. A veces cuando vemos las noticias sentimos que el mundo se vuelve loco y no sabemos por qué. Quizás, deberíamos empezar a pensar en el calor como una de las causas. 

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