Malas noticias para la NASA y el programa Artemis. La empresa Wilson Aerospace ha demandado a Boeing por supuestamente robarle una herramienta crucial para montar los motores del cohete SLS, que impulsa las misiones para llevar nuevamente astronautas a la Luna.

La demanda asegura que Boeing ha perpetrado múltiples maniobras fraudulentas para robar tecnología a sus proveedores y contratistas. Y sostiene que ha logrado encubrirlas gracias a sus vínculos con la NASA y el Departamento de Defensa de Estados Unidos. La compañía oriunda de Seattle ha negado las acusaciones, alegando que están plagadas de omisiones y datos inexactos, y que piensa defenderse ante la justicia.

Wilson Aerospace dice que Boeing la contrató para crear una herramienta de precisión para instalar los motores del cohete SLS de la NASA. De acuerdo con su versión, el acercamiento del gigante aeronáutico se produjo en marzo de 2014, tras conocer que habían desarrollado una llave dinamométrica especial. El torquímetro en cuestión permitía trabajar con tuercas y accesorios de torsión en espacios reducidos.

Según recoge Ars Technica, el punto de conflicto fue una "demostración en vivo" que Boeing organizó para mostrar cómo funcionaba la herramienta a sus empleados. No obstante, Wilson Aerospace asegura que algunos de los involucrados en la reunión eran, en realidad, trabajadores de sus principales competidoras. Información que, aparentemente, se le ocultó en todo momento.

La demanda afirma que Boeing usó la información de esa demostración, además de planos y diseños de Wilson Aerospace, para trabajar con sus rivales y desarrollar una llave de torsión más barata. El vínculo entre ambas compañías finalizó en 2016.

De acuerdo con los demandantes, de no ser por su llave dinamométrica, hubiera sido imposible montar correctamente (y de forma segura) los cuatro motores RS-25 que impulsan al cohete SLS hacia el espacio.

"Sin los motores instalados y ajustados perfectamente, el cohete no podría despegar. Esto fue una amenaza existencial para todo el proyecto SLS y, especialmente, para la continuidad de la participación de Boeing en el lucrativo proyecto. Boeing aún no había descubierto una manera de unir todos los componentes porque los espacios estrechos y confinados en la 'cola' del cohete no permitían el uso de las herramientas existentes de Boeing; ni otras herramientas podían calibrar el torque necesario con la extrema precisión requerida por la NASA para el programa SLS".

Wilson Aerospace, en su demanda contra Boeing.

Boeing, acusada de robar una herramienta clave para ensamblar los motores del cohete SLS

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NASA/Aubrey Gemignani

Las acusaciones de Wilson Aerospace contra Boeing no han pasado desapercibidas debido a su gravedad. De hecho, los demandantes creen que los esfuerzos por copiar su llave dinamométrica contribuyeron a los múltiples inconvenientes técnicos que sufrió el cohete SLS. No olvidemos que su primer lanzamiento se retrasó no menos de 16 veces entre 2016 y noviembre de 2022, cuando por fin despegó Artemis I.

"Las herramientas no coincidentes y de inferior calidad de Boeing fueron la causa de las fugas experimentadas en los proyectos SLS, y probablemente provocaron fugas en los equipos de socios y licenciatarios de las empresas conjuntas de Boeing", asevera la demanda.

Pero la historia está lejos de acabar aquí. Sky News menciona que Wilson Aerospace no solo acusa a Boeing de robar sus herramientas para el cohete SLS, sino también para la Estación Espacial Internacional. En tal sentido, los de Seattle se habrían apropiado de instrumentos luego usados por astronautas para instalar equipamientos en órbita.

Pero la acusación va más allá del aparente robo de diseños, puesto que también le apunta a la aplicación de reformas consideradas innecesarias e inseguras. "Boeing no solo ha robado nuestra propiedad intelectual y dañado la reputación de nuestra empresa. También ha utilizado la tecnología de manera incorrecta y a expensas de la seguridad de los astronautas, lo cual es más que despreciable", aseguró David Wilson, CEO de Wilson Aerospace.

Quedará por verse cómo avanza la demanda contra Boeing, pero todo apunta a que será una extensa batalla legal entre las partes. Independientemente de la resolución, el caso lleva más presión al desarrollo del cohete SLS y las misiones Artemis de la NASA. No olvidemos que una reciente auditoría interna reveló que el programa lleva 6 años de retraso, y ya ha costado 6.000 millones de dólares más de lo planeado.

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