El cohete SLS es una de las piezas clave para el éxito del programa Artemis, que aspira a colocar astronautas en la Luna en 2025. Pero una nueva auditoría de la Oficina del Inspector General de la NASA revela que su desarrollo no solo arrastra importantes demoras, sino que además está costando muchísimo más de lo que se había presupuestado.

La auditoría menciona que las proyecciones originales de la NASA han estado muy lejos de cumplirse, tanto a nivel de tiempos como de presupuesto. Así, los trabajos sobre el cohete acumulan más de 6 años de retrasos y ya han costado unos 6.000 millones de dólares más de lo planeado.

El informe revela que, paradójicamente, estos problemas se originaron por las medidas tomadas para reducir los costes y los tiempos de desarrollo del cohete SLS y, por ende, de todo el programa Artemis. El principal inconveniente identificado por los auditores ha sido el uso de tecnología antigua que se ha heredado del Transbordador Espacial y del Proyecto Constelación.

Desde la NASA consideraron que sería más fácil y económico adaptar elementos de ambos programas —la motorización, por ejemplo—, en lugar de desarrollar el nuevo sistema de lanzamiento desde cero. Pero la realidad ha demostrado que no era tan sencillo como se creía.

"La complejidad de desarrollar, actualizar e integrar nuevos sistemas junto con los componentes heredados resultó ser mucho mayor de lo anticipado, lo que dio como resultado la finalización de solo 5 de 16 motores bajo el contrato de Adaptación y aumentos adicionales de alcance y costos al contrato de Impulsores".

Auditoría de la Oficina del Inspector General de la NASA.

Los costes y las demoras del cohete SLS del programa Artemis, un dolor de cabeza

Los costes y las demoras del cohete SLS del programa Artemis, un dolor de cabeza.
El lanzamiento de Artemis I. Foto: NASA.

La Oficina del Inspector General de la NASA ha puesto cuatro contratos bajo la lupa. Dos han sido otorgados a Northrop Grumman y corresponden a los cohetes aceleradores sólidos del SLS. En tanto que los dos restantes pertenecen a Aerojet Rocketdyne, que está a cargo de adaptar los motores RS-25 ya existentes —los del orbitador del Transbordador Espacial—, así como de producir nuevas unidades.

Como ya mencionamos, los expertos consideran que adaptar tecnología antigua al programa Artemis está dando resultados inversos a los proyectados. No solo no se ha ahorrado tiempo y dinero, sino que las demoras y los excesos de gastos son infernales. Pero la historia no termina allí.

Los auditores también discuten la utilización de contratos cost-plus o de costo adicional. Estos permiten reembolsar a una empresa los gastos incurridos más una cantidad específica de ganancias (por lo general, un porcentaje del total del contrato). Según el informe, lo ideal hubiera sido utilizar contratos de precio fijo.

De hecho, el documento reconoce que la NASA está realizando esfuerzos para cambiar hacia una estructura de contratos de precio fijo para Artemis. Pero los beneficios se verían en el muy largo plazo y no ayudarían a combatir los grandes retrasos y gastos que se están produciendo actualmente. Especialmente, aquellos relacionados con los motores y boosters del cohete SLS.

Falencias burocráticas

La auditoría sobre los contratos del cohete SLS para las misiones Artemis no solo ha encontrado demoras y problemas presupuestarios. También ha detectado falencias burocráticas que representan obstáculos para el programa. Por ejemplo, se menciona que los funcionarios del Centro Marshall de Vuelos Espaciales que supervisan los vínculos con Northrop Grumman y Aerojet Rocketdyne tienen "personal inadecuado y falto de experiencia, y oportunidades limitadas para revisar la documentación de los contratos".

Esto ha llevado a cuestionar pagos millonarios que se han realizado a ambas contratistas por reajustes de honorarios. Así como el otorgamiento de calificaciones de desempeño que eran mejores de lo que en realidad deberían.

Además, los auditores creen que ciertas promesas para reducir costes no están siendo correctamente evaluadas. Tal es el caso de la fabricación de nuevos motores RS-25, cuya producción se dice que podría abaratarse en un 30 % por motor. No obstante, el informe indica que la NASA está calculando dicha reducción a partir de lo que costaba producirlos en la era del Transbordador Espacial, y que los supuestos ahorros se están limitando a componentes específicos y a la fabricación. Pero no se están contabilizando otros gastos generales, como la recertificación. Así, se han identificado unos 2.300 millones de dólares en costes y tarifas que no se están incluyendo en los cálculos del cohete SLS y el programa Artemis.

¿Peligra el programa Artemis?

La nave Orion de la NASA.
La nave Orion durante la misión Artemis I. Foto: NASA.

La publicación de esta auditoría no implica que las misiones Artemis corran riesgo en el futuro inmediato. Sin embargo, sí es una advertencia a la NASA sobre las complicaciones que pueden surgir a futuro si no se atienden temas cruciales como el respeto a los tiempos establecidos y el presupuesto designado.

Y la Oficina del Inspector General de la agencia estadounidense no ha dejado escapar la oportunidad de señalar que no es la primera vez que expresa su preocupación ante este tipo de problemas:

"Los desafíos de larga data sobre los que hemos informado durante la mayor parte de la década continúan obstaculizando la capacidad de la NASA para supervisar y garantizar que sus contratistas cumplan con los objetivos de costo y cronograma de la agencia, a menudo superando las proyecciones iniciales por miles de millones de dólares y agregando años de retraso".

Eso sí, la auditoría ya está generando chispazos dentro de la propia NASA. En el cierre del reporte, se indica que algunas áreas de la agencia han estado en desacuerdo con la misma. Específicamente, la Dirección de Misión de Desarrollo de Sistemas de Exploración y la administración de Adquisiciones. Una respuesta oficial insatisfactoria para la Oficina del Inspector General, porque, según su visión, no han especificado con qué no están de acuerdo.

Ya veremos cómo avanza la situación, pero es evidente que Artemis no está libre de controversias. Se calcula que entre los años fiscales 2012 y 2025, se habrán destinado 93.000 millones de dólares a este programa. Hasta 2022, inclusive, ya se habían invertido casi $24.000 millones solo para el cohete SLS. A fines del año pasado, la NASA pudo concretar el lanzamiento de Artemis I, con la nave Orion. En tanto que, a comienzos de abril, se dio a conocer la tripulación de Artemis II, que volverá a orbitar la Luna tras más de 50 años.

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