Así de claro exponía la cuestión Mark Zuckerberg, fundador de Meta, en la carta a accionistas que hace unos días enviaba con motivo de la presentación de los resultados trimestrales de su compañía:

“Se ha desarrollado una narrativa en la que, de alguna manera, nos estamos alejando de nuestro foco en el metaverso, así que solo quiero decir por adelantado que eso no es exacto. Nos hemos centrado tanto en la IA como en el metaverso durante años y continuaremos centrándonos en ambos.”

La antigua Facebook está redoblando su apuesta por la IA, aunque, en principio, sin dejar de lado el metaverso. O, dicho quizá de forma más clara, empieza a poner encima de la mesa su autoridad en el campo de la inteligencia artificial, donde lleva años investigando y abriendo camino pero sin darle tanto bombo y plantillo como a su propuesta de realidad virtual.

Y es que, si bien desde 2013 Facebook cuenta con un departamento propio de Inteligencia Artificial culpable, entre otras cosas, de que los reels de Instagram acierten tanto con tus intereses, no ha sido hasta casi ahora con LLaMa primero —su modelo de lenguaje pensado para investigadores— y SAM —capaz de reconocer entidades y significados propios dentro de una imagen—, cuando Meta ha empezado a lanzar sus propias iniciativas, aún lejos de ser productos.

El siguiente paso, ya para diciembre, parece ir encaminado hacia un modelo enfocado en la generación de textos y creatividades para campañas de anuncios, algo que casaría al 100% con su principal vía de negocios actual: la publicidad, muy por encima del metaverso y la propia IA, aunque no suene tan bien como leitmotiv para una compañía lastrada por los escándalos.

Pero, ¿hacia dónde podría ir este viraje y en qué punto afecta de verdad a sus planes hacia el metaverso, convertido en el Santo Grial hace solo unos meses? ¿Puede ser Meta el verdadero rival de OpenAI, Microsoft y Google en esta carrera? 

Todo parece indicar que sí.

Inteligencia Artificial con Instagram y WhatsApp, el poder de Meta

En aquella presentación de resultados, que llegaba tras los decenas de miles de despidos que ha afrontado la compañía, se dejaba caer una cifra que se escuchó al ser nombrada con la misma intensidad y las mismas ganas que una piedra arrojada desde lo alto de un pozo.

Desde que en octubre de 2021 Meta presentara su plan naíf sobre un metaverso de avatares, la compañía perdió 4.000 millones de dólares por el camino. 

En la carta de accionistas de Zuckerberg se menciona Inteligencia Artificial 26 veces, mientras metaverso solo 8

4.000 millones que en lo práctico se resumen en varios vídeos simulados y un puñado de productos encabezados por sus gafas/casco de realidad aumentada herederos de los Oculus, las Meta Quest 2.

Y a pesar de ello, no se podía decir que sus resultados fueran malos. Sus ingresos crecen un 3%, aunque el beneficio cayó un 28%, pero con un aumento en usuarios activos.

En la carta a inversores de Zuckerberg, a pesar de su planteamiento inicial, hay algunos aspectos que dejan claro que se está cambiando el enfoque. En ella se menciona “Inteligencia artificial” o “IA” un total de 26 veces, por las 8 veces de “Metaverso”.

Hoy el panorama está más claro. Con la distracción del cambio de marca de la empresa y el enfoque de Zuckerberg en el metaverso, Meta se demoró en construir la infraestructura que necesitaba para poner encima de la mesa este tipo de funciones de IA, lo que lo llevó a gastar miles de millones de dólares en la renovación de sus centros de datos en los últimos trimestres. 

Cómo la IA puede llegar a Instagram o WhatsApp

Actualización de WhatsApp / Trucos de WhatsApp | Instagram

Zuckerberg dijo que la IA generativa "va a tocar cada uno de nuestros productos" e insinuó cómo la tecnología podría acelerar específicamente el naciente negocio de atención al cliente de WhatsApp destinado a empresas. “Una vez que se active la capacidad de que decenas de millones de agentes de IA actúen en nombre de una empresa o servicio, estas podrán escalar sus servicios de atención al cliente enormemente”, dijo.

“Estamos explorando experiencias de chat en WhatsApp y Messenger, herramientas de creación visual para publicaciones en Facebook e Instagram y anuncios, y también experiencias multimodales y de video con el tiempo”, dijo Zuckerberg en la llamada de resultados. 

Espero que estas herramientas sean valiosas para todos, desde personas comunes hasta creadores y empresas. Por ejemplo, espero que surja mucho interés en los agentes de inteligencia artificial para la mensajería comercial y la atención al cliente una vez que logremos esa experiencia. Con el tiempo, esto también se extenderán a nuestro trabajo en el metaverso, donde las personas podrán crear avatares, objetos, mundos y códigos mucho más sencillos para unirlos a todos”.

Las ya muchas transformaciones de Facebook

Este cambio de enfoque más o menos claro del metaverso hacia la Inteligencia Artificial no debe dejar atrás que la antigua Facebook no solo se ha movido en busca de nuevas ventanas tecnológicas o empresariales, sino también para escapar de ser la protagonista de varios de los escándalos más importantes de la era digital.

Esta semana conocíamos que el caso de Cambridge Analytica se traducirá en una nueva multa de 725 millones de dólares que además podrá derivar en pagos individuales hacia más de 87 millones de personas que se unieron en una demanda colectiva.

Del mismo modo, también se trata de un cambio industrial. En su transformación de Facebook a Meta pivotó de sus negocios más rentables, las redes sociales con Facebook, Instagram y WhatsApp y su negocio publicitario, hacia el incipiente mercado de la Realidad Virtual y Aumentada que representaba con su pequeña división de Oculus. Y ahora, la Inteligencia Artificial.

Es un cambio industrial porque, aunque Facebook sigue dando resultados económicos a prueba de cualquier escándalo, el mercado de las redes sociales para ellos parece estar estancándose. Facebook (la red social) hace mucho que dejó de captar usuarios jóvenes e Instagram, si bien vive su apogeo, puede ser un reflejo futuro de lo que fue su red padre.