Al hablar de alimentos peligrosos, podemos pensar en el pez globo o la carne de murciélago. Sin embargo, lo cierto es que hay algunos productos de consumo diario, aparentemente inofensivos, que pueden convertirse en un peligro si tomamos una cantidad excesiva.
El alimento no es peligroso en sí. Sobre todo si ha seguido los controles de sanidad pertinentes. No obstante, es cierto que algunos contienen sustancias que, en dosis muy elevadas, pueden incluso causar la muerte. Es importante incidir en que se trata de dosis difícilmente alcanzables. Pero sí que ha habido personas que han muerto o han estado cerca, por lo que no está de más conocerlos.
También vamos a dejar a un lado aquellos productos que pueden ser dañinos solo para personas alérgicas. En este caso, al hablar de alimentos peligrosos nos centramos solo en los que pueden alterar nuestro organismo en cantidades excesivas. Estos son algunos ejemplos.
No te pases con la leche
La leche es un alimento perfectamente saludable. En cantidades bajas puede ser peligrosa solo en dos casos. Por un lado, si se trata de leche cruda, que no se ha pasteurizado ni ha seguido los controles sanitarios pertinentes. En ese caso, puede estar contaminada con microbios, capaces de causar enfermedades, especialmente peligrosas en personas mayores, niños, embarazadas o pacientes inmunodeprimidos. También puede ser muy dañina para personas con alergia a las proteínas de la leche. De hecho, en su caso pueden incluso morir por un shock anafiláctico. No es tan grave el caso de los intolerantes a la lactosa, aunque es cierto que su consumo puede volverse bastante molesto.
Ahora bien, todos esos casos son excepciones. Si no tenemos alergia ni intolerancia y la leche ha seguido los controles y tratamientos necesarios, es un producto perfectamente saludable. Entonces, ¿por qué la añadimos a la lista de alimentos peligrosos?
Básicamente porque, en cantidades desorbitadas, sí que puede ser dañina. Buen ejemplo de ello es el caso de un hombre que en 2012 tuvo que ser tratado de urgencia por una sobredosis de este producto. Recientemente, había sido diagnosticado con diabetes tipo 2. Como suele ocurrir con esta enfermedad, tenía mucha sed, y decidió saciarla bebiendo leche. Tanta, que llegó a beber 22 litros diarios. Al segundo día se encontraba tan mal que acudió a urgencias, donde detectaron niveles elevadísimos de proteínas, grasas y azúcares. Cabe destacar que la cantidad de leche entera que había bebido era equivalente a 1.540 gramos, 1.496 gramos y 1.980 gramos respectivamente de cada una de las sustancias mencionadas.
Corría peligro de desarrollar una pancreatitis, por lo que fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos, donde se le realizó un recambio plasmático y se le trató con insulina de acción corta. De este modo, lograron limpiar su sangre y salvarle de una pancreatitis, que podría haber llegado a ser mortal.
Su caso es muy extremo. No es para nada habitual tomar 22 litros de leche. Nos sentiríamos saciados mucho antes y pararíamos antes de que se convirtiera en algo dañino. Él estaba enfermo y por eso sentía una gran necesidad de beber; aunque, incluso así, sigue siendo un caso extremo. Aunque forme parte de la lista de alimentos peligrosos, la leche es segura e inocua en cantidades razonables.
Más alimentos peligrosos que se beben: el agua
El agua nos mantiene vivos. Por eso, para nada podemos decir que sea dañina. Pero sí que es verdad que hay unos límites a partir de los cual podría formar parte de esta lista de alimentos peligrosos.
Las cantidades recomendadas dependen mucho de la salud, la actividad diaria o la alimentación de una persona. De cualquier modo, las recomendaciones suelen ir en torno a los 2 litros diarios. Hasta 4,5 litros se considera segura. A partir de esa cantidad, en algunos casos, ya pueden empezar a detectarse algunos problemas, a causa de un fenómeno conocido como hiperhidratación.
Esto ocurre cuando los riñones no dan abasto para filtrar la sangre y eliminar tanta agua. Además, la sangre se diluye tanto que disminuye mucho la concentración de sodio, dando lugar a algo conocido como hiponatremia. Esta puede causar en los casos más leves dolor de cabeza, mareos o náuseas. Sin embargo, en los más graves puede darse un edema cerebral, cuando el cerebro se llena de líquido intentando compensar ese exceso de agua. Finalmente, esto puede llegar a causar la muerte. De hecho, existe la hipótesis de que fue eso lo que provocó el fallecimiento del famoso Bruce Lee.
Aunque también hay otros muchos casos. Por ejemplo, en 2007, una mujer de 28 años murió durante un concurso llamado Hold your wee for a wii (Aguanta tu pipi por una wii), consistente en beber una gran cantidad de agua cada 15 minutos y no orinar para eliminarla. El ganador se llevaría una Wii. Sin embargo, esta joven, llamada Jennifer Strange, lo único que se llevó fue la muerte. Aunque no se sabe con seguridad qué le ocurrió, en su momento se apuntó a que se trataría de un caso de hiperhidrosis, por lo que se estableció que el concurso debía indemnizar a sus familiares.
El regaliz negro no es una simple chuchería
En realidad, a los niños no les suele gusta el regaliz negro, pues tiene un sabor peculiar que suele superar el rojo, mucho más dulce. A los adultos sí que les gusta, especialmente a las personas mayores. Y son ellas las que deben tener más cuidado.
Ese sabor tan peculiar del regaliz negro se debe a una sustancia llamada ácido glicirrícico, que puede alterar los niveles de potasio y otros electrolitos, así como elevar los niveles del cortisol. Esta última es una hormona que se suele elevar en situaciones de estrés. Como resultado de todo esto, puede producirse hipertensión, arritmias e insuficiencia renal.
De hecho, todo esto se detectó en 2020 en un hombre de 54 años que murió de un paro cardíaco. Durante el ingreso, se supo que tenía una alimentación bastante deficiente y que solía tomar varios paquetes de regaliz al día.
Al principio tomaba rojo, pero después cambió a negro y eso fue lo que le causó la muerte. No pasa nada por tomar un poco de regaliz. Pero sí que puede ser peligroso si se ingiere una cantidad demasiado elevada. Los efectos son sobre todo graves en personas mayores de 40 años, por lo que son quienes deben tener más cuidado con estos alimentos peligrosos. Lo bueno es que hay algunos productos de regaliz negro que no contienen ácido glicirrícico, por lo que se puede comprobar la lista de ingredientes del paquete para tomarlo con más seguridad. Aun así, la clave está en no tomar cantidades muy altas. Así, no habría ningún problema.
También hay especias en la lista de alimentos peligrosos: ojo con la nuez moscada
La nuez moscada es una especia que le da un sabor delicioso a nuestros platos. En las dosis normales es totalmente segura.
Pero hay que tener cuidado con ella, por su contenido en una sustancia llamada misristicina. Cuando esta se descompone, se libera otro compuesto que afecta al sistema nervioso central, causando síntomas como náuseas, palpitaciones e incluso alucinaciones. De hecho, en el pasado se usaba como droga por sus efectos psicoactivos.
En 2003, se documentó el caso de una joven de 18 años que había experimentado palpitaciones, somnolencia, náuseas, mareos, sed y boca seca. Además, estaba muy ansiosa y declaró sentirse como “en estado de trance”. Poco después de su ingreso, reconoció que había tomado 50 gramos de nuez moscada en un batido apenas media hora antes de empezar a experimentar los síntomas. Lo había hecho de forma totalmente consciente, intentando drogarse, pero para nada imaginaba que se sentiría tan mal.
Doce años después, se describió el caso de una mujer de 37 años que también experimentó síntomas, algo más leves, al tomar 10 gramos de nuez moscada. Este sería el equivalente a unas dos cucharaditas de la especia.
En su caso no fue intencionado, pero lo cierto es que tomó mucho más de lo necesario. La nuez moscada tiene un sabor muy intenso. Basta con la puntita de una cuchara para tener el sabor deseado en cocina, de modo que es muy complicado llegar a esos efectos peligrosos. Además, para que sea mortal la dosis debe ser aún más elevada y no se alcanzaría por accidente.
Es importante conocer estos efectos y saber que puede formar parte de la lista de alimentos peligrosos. No obstante, podemos seguir condimentando nuestros platos con nuez moscada, pues en las dosis culinarias no hay absolutamente ningún problema.
El momento infusión es maravilloso, pero no te pases con el té
A veces, conferimos a las infusiones de hierbas más propiedades de las que tienen. Es cierto que algunas contienen principios activos con efectos medicinales, pero es muy difícil controlar la cantidad en una simple infusión. Aun así, es muy agradable tomarlas, suele ser un momento muy relajante y para nada es peligroso.
No obstante, hay que tener cuidado con algunas. Por ejemplo, la hierba de San Luis, que a veces se toma por sus propiedades relajantes, puede interactuar con los fármacos antidepresivos, generando el efecto de una sobredosis. Puede ser algo muy peligroso, pero esta hierba no es una infusión al uso. Las infusiones que tomamos normalmente son seguras. Ahora bien, con algunas, como con el té, hay que tener cuidado en ciertos casos.
Por ejemplo, en algunos estudios se ha visto que el té negro puede inhibir la absorción del hierro, por lo que su consumo no estaría recomendado en personas con anemia.
Más allá de eso, no hay problema con las dosis presentes en la infusión. Ahora bien, sí que debemos tener mucho cuidado con los suplementos. Por ejemplo, en 2019 se documentó el caso de una mujer que experimentó daño hepático por tomar una cantidad excesiva de suplementos de té verde para adelgazar. Estos contienen catequinas, un compuesto antioxidante que a dosis bajas resulta saludable, pero en exceso es una bomba de relojería para el hígado.
La salsa de soja actúa al revés que el agua
La salsa de soja es un condimento delicioso. En parte, es tan sabrosa y adictiva por su alto contenido en sal y eso precisamente es lo que la hace tan peligrosa si nos pasamos. Solo una cucharada ya contiene un tercio de la cantidad de sal recomendada en un día. No es mortal, pero sí poco saludable.
Ahora bien, para que sea fatal hay que beber mucho más. Por ejemplo, en 2013 se documentó el caso de un joven de 19 años que sufrió un coma por beberse casi un litro de salsa de soja. Los efectos cuando hacemos esto son los contrarios que al beber demasiada agua. Se produce hipernatremia. Es decir, en vez de estar muy diluido el sodio, se encuentra muy concentrado. En este caso, los tejidos no absorben agua para compensar, sino que la liberan. Por eso, el cerebro, en vez de edema, puede sufrir sangrados, al perder demasiado líquido. Esto provoca daños neurológicos que a veces pueden ser mortales. Este joven se salvó, pero otras personas no viven para contarlo.
En definitiva, para evitar que los productos de nuestro a día a día se conviertan en alimentos peligrosos, debemos tomarlos como está pautado. La leche con el café, con los cereales o algún vaso más a lo largo del día, el agua cuando tengamos sed o nos sintamos deshidratados, el regaliz como una chuchería ocasional, la nuez moscada y la salsa de soja para condimentar y el té como infusión. Así, disfrutaremos de sus beneficios, sin sufrir sus perjuicios. Todo en la vida debe de tomarse con mesura.