Todo parece encaminarse para que Microsoft gane su primera gran batalla para cerrar la adquisición de Activision Blizzard. La Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) acaba de publicar una actualización de su investigación sobre la compra, y ha decidido "suavizar" su postura contra la concreción de la misma. ¿Por qué? Porque ya no creen que Microsoft quiera sacar a Call of Duty de PlayStation.

Los reguladores británicos han decidido "reducir el alcance de sus preocupaciones" en torno al acuerdo. Es que el organismo ahora considera que la compra de Activision Blizzard no afectará la competencia en el ámbito de las consolas. Y ha calificado como improbable un escenario en el que el popular shooter bélico deje de ofrecerse en las consolas de Sony.

Pero ojo, esto no significa que la CMA haya aprobado la transacción. La investigación sigue en marcha y se mantiene la fecha del 26 de abril próximo para dar a conocer si se aprueba el acuerdo o no.

"La nueva evidencia más significativa proporcionada a la CMA se relaciona con los incentivos financieros de Microsoft para hacer que los juegos de Activision, incluido Call of Duty, sean exclusivos para sus propias consolas. Si bien el análisis original de CMA indicó que esta estrategia sería rentable en la mayoría de los escenarios, los nuevos datos [...] indican que esta estrategia generaría pérdidas significativas en cualquier escenario plausible. Sobre esta base, el análisis actualizado ahora muestra que no sería comercialmente beneficioso para Microsoft hacer que Call of Duty sea exclusivo para Xbox luego del acuerdo, sino que Microsoft aún tendrá el incentivo para continuar haciendo que el juego esté disponible en PlayStation", indicaron los reguladores.

Microsoft logra una pequeña victoria en el Reino Unido, de la mano de Call of Duty

Activision Blizzard, Bobby Kotick

Lo que dice la CMA británica ratifica el discurso que los de Redmond han presentado desde el primer día: que quitar Call of Duty de PlayStation no tiene sentido. No olvidemos que Brad Smith, presidente de la compañía estadounidense, ya había desestimado dicha posibilidad en diciembre pasado.

"El principal riesgo anticompetitivo potencial que plantea Sony es que Microsoft dejaría de ofrecer Call of Duty en PlayStation. Pero eso sería económicamente irracional. Una parte vital de los ingresos de Call of Duty de Activision Blizzard proviene de las ventas de juegos de PlayStation. Dada la popularidad del crossplay, también sería desastroso para la franquicia Call of Duty y la propia Xbox, alienando a millones de jugadores", había asegurado el ejecutivo de Microsoft.

Por ello, los dichos de la CMA seguramente sean muy celebrados en las oficinas de Phil Spencer y compañía. Aunque todavía está lejos de ser una victoria definitiva. Los reguladores británicos todavía tienen una preocupación importante que analizar: el impacto de la compra de Activision Blizzard sobre las plataformas de juegos en la nube.

Martin Coleman, quien lidera el panel de expertos que investiga la compra valuada en 68.700 millones de dólares, fue contundente sobre el anuncio. "Nuestra opinión provisional de que este acuerdo genera preocupaciones en el mercado de juegos en la nube no se ve afectada por el anuncio de hoy. Nuestra investigación sigue en curso para completarse a fines de abril", explicó.

Las plataformas de juegos en la nube, la preocupación por resolver

Call of Duty

Vale decir, que no está del todo claro cuál es la preocupación en torno a las plataformas de juegos en la nube. Ciertamente, una de las grandes metas de los de Redmond es llevar Call of Duty a Game Pass. Sin embargo, su propuesta por 10 años a Sony también incluye la publicación de futuros juegos de la saga en PlayStation Plus desde el primer día. A lo que se le suma el reciente acuerdo con NVIDIA para llevar los títulos a GeForce Now.

De todas maneras, Microsoft parece haber superado el obstáculo más importante en su batalla por comprar Activision Blizzard. Es decir, convencer a los reguladores de que quiere continuar ofreciendo Call of Duty en consolas de PlayStation. Habiendo superado dicho escollo, en gran medida establecido por las quejas de Sony, el resto de las preocupaciones parecen menores.

Quedará por verse si la CMA finalmente le da el pulgar arriba a la transacción. De ser así, sentará un precedente importante en este extenso culebrón. No olvidemos que todo apunta a que la Comisión Europea aprobará el acuerdo, pero su definición se ha retrasado hasta el 22 de mayo. Si los dos organismos dan el ok, toda la presión se trasladará a la FTC estadounidense.