En una ocasión, Richard Donner habló sobre su visión de Superman e insistió en que el héroe de DC tenía un lado inquietante, a pesar de su reconocida bondad y moral incorruptible. Para el realizador, responsable de la llegada a la gran pantalla del personaje en 1978, el último hijo de Krypton era algo más un alienígena poderoso. Entre las películas de superhéroes atípicos, esta mostraba también un visitante espacial con conocimientos detallados sobre los seres humanos que podía hacerse pasar por uno. Según el director, era tranquilizador que tuviera los valores de nuestro planeta y no los objetara con violencia. 

Se trata de una premisa que ha interesado al mundo cinematográfico, incluso antes de la revolución del género de superhéroes. ¿Qué ocurre cuando un ser humano recibe todo tipo de capacidades que incontrolables? ¿Siempre se decantará por el bien, como sugieren los cómics más populares? ¿La ausencia de restricciones físicas o de otro tipo, pueden transformar a cualquiera en un ser perverso? 

La especulación del efecto de las capacidades ilimitadas es parte de un lado siniestro de las figuras heroicas. Mucho más cuando se vincula a la necesidad de nuestra cultura de conferir un significado a las habilidades extraordinarias. No obstante, no siempre un gran atributo es una importante responsabilidad, a veces termina por convertirse en la más temible arma.

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Te dejamos cinco películas de superhéroes atípicos que relatan historias en las que el poder es algo más que una ventaja. También es una exploración de la naturaleza humana, el bien y el mal. Pero, en particular, de lo terrorífica que puede llegar a ser una criatura que sabe que nada puede detenerla. Quizás, la excepción más intrigante en el siempre creciente universo de los personajes superheroicos.

Brightburn: hijo de la oscuridad

La película de David Yarovesky no disimula sus influencias. Este relato sobre lo que podría haber ocurrido si Superman fuera algo más que un alienígena bienintencionado es terrorífica por el subtexto que analiza. A manos del director, y con la producción de James Gunn, pasa a ser parte del género de las películas de superhéroes atípicos de terror. Más allá de eso, es una reflexión de la naturaleza del mal y la forma en que el poder puede despertar una parte oscura y latente en cualquiera.

Brandon (Jackson A. Dunn) es un niño en apariencia corriente en la Norteamérica rural, hasta que descubre su asombroso origen. Después de creer que era el hijo adoptivo de una pareja amorosa, resulta ser parte de alguna civilización misteriosa, de la que hereda colosales capacidades. Durante su primer tramo, el guion hace guiños directos al personaje de DC. Pero pronto es evidente que la narración recorrerá caminos novedosos. Lo que incluye el autodescubrimiento del niño sobre lo que significa que nada en el mundo que conoce pueda detenerle. 

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Llena de escenas de gore explícito y con final escalofriante, este ejemplo del género de películas de superhéroes atípicos lleva la idea de un villano en plena evolución a nuevos escenarios. A la vez, deja claro que las habilidades superiores, físicas y mentales no son garantía de la bondad. Un elemento en el que la cinta insiste en un macabro epílogo acerca de aquello en lo que Brando se transformará. 

Hancock, Will Smith y las películas de superhéroes atípicos

Usualmente, un superhéroe suele considerarse un símbolo ilustre en la ciudad en la que vive. A excepción del Hancock interpretado por Will Smith, que azota a Los Ángeles como una catástrofe mayor. Este hombre, con fuerza excepcional y todo tipo de atributos físicos, es mucho más una amenaza que una figura reconfortante. No por falta de buenas intenciones. Sus deseos de ayudar son evidentes, aunque los métodos que utiliza sean más que cuestionables. Más grave todavía es la ambigüedad de su personalidad. Para el superhéroe a disgusto, el bien y el mal tienen todo tipo de graduaciones. 

Hancock trata de encontrar un propósito que seguir. También de tener mejores relaciones públicas. Una resolución muy mundana en una figura a la altura de un semidios. No obstante, el guion de Vince Gilligan y Vincent Ngo muestra un personaje a punto de derrumbarse. Sin recuerdos de su pasado y con la convicción de ser por completo distinto en un mundo que lo aísla, se esfuerza por comprender su obligación. ¿Cuál se supone es el deber de un héroe en la vida real?

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Dentro de las películas de superhéroes atípicos, el argumento de Hancock tiene el suficiente ingenio como para convertir a la cinta en tragicómica, hasta que un cambio de tono la transforma en algo distinto. En su segunda mitad, el malhumorado protagonista se convierte en una figura trágica que descubre una complicada historia de amor. Convertida en una combinación poco efectiva entre reflexión filosófica y drama, la película pierde su capacidad de discurrir sobre la dualidad espiritual. No obstante, conserva parte de su amarga visión sobre los atributos extraordinarios y cómo pueden comprenderse. 

La vieja guardia 

Andy (Charlize Theron) y su grupo de mercenarios tienen todo el conocimiento acumulado de una vida muy larga. Tanto como para creer que cualquiera de ellos podría ser inmortal. Pero sin certeza clara de que son invulnerables, cada día se vuelve un riesgo.

Dentro de las películas de superhéroes atípicos, esta es una de acción y su argumento, dirigido por Gina Prince-Bythewood, se basa en el cómic homónimo de Greg Rucka. Un largometraje que ofrece una reflexión sobre la predestinación en la figura del superhéroe. ¿Qué ocurriría si vivir para siempre fuera el único poder contra un enemigo implacable? 

La trama se hace más complicada a medida que Andy y su equipo se enfrentan a un némesis contemporáneo. Un adversario que no desea vencerlos, sino estudiar con cuidado su capacidad de regeneración y longevidad. Es entonces cuando cada uno de los estos antihéroes, envejecidos, heridos por el tiempo y desencantados con el concepto del bien, deberá tomar una decisión. ¿Perderán el don de la vida eterna sin luchar? ¿Morirán finalmente sin encontrar un objetivo que les trascienda? La película, que tendrá una secuela en Netflix, deja las preguntas sin responder, pero tiene la suficiente habilidad de hacerlas pertinentes a largo plazo.

Watchmen: los vigilantes 

Antes de que Zack Snyder se involucrara con el fallido intento de DC de crear un universo en la gran pantalla, dirigió una rareza argumental y visual que todavía sorprende dentro de las películas de superhéroes atípicos. Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibson, es considerada de manera unánime una de las mejores novelas gráficas de la historia. A la vez, la más complicada de adaptar.

Por lo que la decisión de filmar una versión cinematográfica levantó suspicacias, quejas de fanáticos y temores por la integridad del material original. El proyecto fue pasando entre productoras y estudios hasta llegar a las manos Warner Bros, que dio luz verde a un proyecto en el que no se escatimó esfuerzos.

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Desde contar con un presupuesto astronómico para las películas de superhéroes atípicos, hasta intentar adaptar cada uno de los complicados arcos del argumento original. La cinta trascendió los límites de la industria para el género y se convirtió en una obra de autor. Y por si no fuera suficiente, llevó la narración de un grupo de figuras poderosas con un pasado turbio a niveles de sorprendente calidad.

Tras catorce años desde su estreno, el largometraje continúa siendo considerado de culto entre los fanáticos. A la vez, una demostración de que las historias de superhéroes pueden llegar a límites por completos novedosos y adultos. Un elemento que Watchmen destaca en cada una de sus escenas.

El protegido, una de las mejores películas de superhéroes atípicos

Después de volverse uno de los directores más reconocidos de Hollywood por su éxito en El sexto sentido, M. Night Shyamalan decidió relatar una trama del género de las películas de superhéroes atípicos. Esta incluía a un hombre invulnerable y un posible secreto que lo convertiría en un héroe a regañadientes. Se trató de una osadía que, por entonces, resultó incomprensible. Todavía faltaban siete años para que Iron Man se estrenara y, de hecho, buena parte del género superheroico era menospreciado por Hollywood. 

Pero el realizador contó un relato en tono intimista de un hombre común enfrentado a circunstancias inexplicables, que debía resolver el secreto de su identidad a costa de su familia y futuro. El protegido tomó por sorpresa a los fanáticos del cómic. Más allá del poder de David Dunn (Bruce Willis), se encontraba una narración trágica de crecimiento moral. A la vez, una perspectiva por completo nueva sobre las capacidades formidables. 

Convertida en trilogía, la película se convirtió en una pieza extraña de un tipo de género con frecuencia subestimado. No obstante, dos décadas después de su estreno, se la considera una obra brillante que abrió un nuevo espacio a personajes singulares que redefinen el comportamiento del héroe tradicional en la pantalla grande.