Ant-Man y la Avispa: Quantumanía es el primer gran estreno de la quinta fase del Universo Cinematográfico de Marvel. Asimismo, una de sus producciones con mayor responsabilidad a cuestas. No solo debe explorar el multiverso y el Reino Cuántico. También es la presentación formal de Kang, el Conquistador, un villano destinado a ser parte de cada una de las historias de ahora en adelante. La combinación convierte a la cinta de Peyton Reed en la tercera parte de una trilogía que, de manera discreta, ha transformado al mundo de la saga.

Por curioso que parezca, no es la primera vez que el personaje de Scott Lang se hace mucho más importante de lo que parece. El héroe, que comenzó en una trama con tintes humorísticos, terminó por ser la clave de los viajes en el tiempo. Después de permanecer cinco años en el mundo subatómico, comprobó que las reglas de la física no se aplicaban en aquel lugar. Un dato que permitió a Tony Stark idear una forma de revertir el chasquido de Thanos durante Avengers: Endgame.

Hasta ahora, la participación de Ant-Man siempre sucedió en situaciones que abren la puerta a nuevos descubrimientos y en conexión con la familia Pym. Algo de particular interés en el relato de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía. Si necesitas refrescar algunos datos al respecto, te decimos que debes ver antes de disfrutar del cierre de la trilogía encabezada por el curioso superhéroe.

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Las aventuras de Scott Lang en Ant-Man

En una ocasión, Stan Lee dijo que seguramente las aventuras de Ant-Man serían las más llamativas al ser adaptadas en el cine. ¿El motivo? No solo la habilidad del héroe para disminuir o aumentar de tamaño. A la vez, la tecnología de Hank Pym, capaz de influir, según sus palabras, en la sustancia misma de la realidad. Lo que se traduce en explorar el tiempo y el espacio a un nivel por completo nuevo.

Resultó que el célebre creador tenía razón, aunque solo a medias. El largometraje de Peyton Reed se convirtió en una mezcla de humor y efectos visuales ingeniosos, aunque no convenció del todo a la crítica. A pesar de ello, fue el que introdujo en el Universo Cinematográfico de Marvel las propiedades de las partículas Pym. También al propio Hank, interpretado por Michael Douglas, inventor y Ant-Man original en el mundo del cómic.

La primera parte de la franquicia narró cómo Scott Lang (Paul Rudd), un presidiario de inteligencia privilegiada, terminó por llevar el emblemático traje rojo y negro. A la vez, incluyó a Darren Cross (Corey Stoll), el clásico villano Yellowjacket absorbido por la dimensión subatómica. Pero la verdadera importancia de Ant-Man es insinuar que el Reino Cuántico podía ser un pasadizo temporal y entre realidades. 

Más allá de su guion torpe, la primera película de Ant-Man logró su cometido. Mostrar las habilidades de un superhéroe poco familiar al público. Al mismo tiempo, dejar abierta la puerta para que Scott Lang pudiera colaborar con Los Vengadores como parte del grupo. 

Civil War

Capitán América: Civil War

Uno de los crossover más esperados del Universo Cinematográfico de Marvel, y adaptación libre del cómic homónimo de Mark Millar y Steve McNiven, reunió a varios de los grandes héroes de la franquicia. Pero, a diferencia del optimismo de Los Vengadores, la premisa exploró en la ruptura del equipo. Todo entre múltiples escenas de acción y un guion que hizo hincapié en el enfrentamiento directo de Steve Rogers y Tony Stark

En medio del drama de una amistad histórica rota, el cameo de Ant-Man mostró, por primera vez, que el héroe, además de hacerse diminuto, podía aumentar cientos de veces su tamaño. Lo que dejó claro que las partículas Pym y el traje que las hacía funcionar eran un arma peligrosa. 

La escena en que participó tuvo algunos tintes humorísticos, lo que decepcionó debido al tono adulto del conflicto central. Con todo, Ant-Man fue añadido formalmente en el grupo que apoyaba al Capitán América y quebrantó los acuerdos de Sokovia. Lo que tendría relación con su siguiente aparición. 

Ant-Man y la Avispa: Quantumania

Ant-Man y la Avispa

La secuela directa del largometraje original mostraba a Scott Lang durante sus años de arresto domiciliario, después de colaborar con Steve Rogers. Pero el centro de la trama estaba en un lugar más interesante, con Hope Van Dyne (Evangeline Lilly) como la nueva versión de la Avispa. En esta ocasión, Ant-Man se unía a la familia Pym para encontrar una manera segura de rescatar a Janet (Michelle Pfeiffer), atrapada en el mundo subatómico durante décadas.

Con el mismo tono juguetón y sentido del humor de la original, Ant-Man y la Avispa mezcló la ciencia ficción y el género de superhéroes con torpeza. Pero fue la primera en mostrar todas las posibilidades de los estratos de la realidad en Marvel. Ya en la película del 2015, el personaje de Michael Douglas había insinuado que su invento era más que un traje y la capacidad de disminuir el tamaño de los objetos. 

Algo que la cinta demostró en un breve y accidentado viaje hacia las regiones invisibles de la realidad. Aunque el guion parecía más interesado en los chistes y mostrar a Scott Lang en medio de situaciones absurdas, incluyó información vital para la fase tres de Marvel. En especial, las propiedades de la materia, el tiempo y el espacio más allá de los límites conocidos hasta entonces en la franquicia.

Pero fue su escena poscréditos lo más crucial de la producción. En ella puede verse a Scott atrapado en el Reino Cuántico y a la familia Pym desapareciendo, víctimas del chasquido de Thanos. Un punto que llevaría directamente al centro de la historia más ambiciosa del Universo Cinematográfico de Marvel.

Avengers: Endgame

Avengers: Endgame

Con la mitad de vida del cosmos reducida a cenizas, los superhéroes de la saga se enfrentaron por primera vez al fracaso. No solo al ser incapaces de evitar el chasquido mortal, sino de revertir sus efectos. Sin esperanzas, en mitad de una recuperación lenta y trabajosa, el mundo se encontraba en su punto más bajo. Hasta que Scott Lang echó a andar el mecanismo que llevaría a las grandes figuras de Marvel al triunfo. 

Tras pasar cinco años atrapado en el Reino Cuántico, el personaje constató que el tiempo corría de forma diferente en ese estrato de la realidad. Su experiencia se unió a la información que las dos anteriores películas que protagonizó habían aportado. 

¿La conclusión? El mundo subatómico permitía el viaje en el tiempo. Un logro que, además, aportaba a las partículas Pym una considerable importancia. A lo que se sumó el hecho de que Tony Stark pudiera descifrar la forma de encontrar un punto cronológico específico al cual llegar. Lo demás se convirtió en una misión para contrarrestar la tragedia y vencer, incluso a costa de un sacrificio mayor.

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Scott Lang, que logró reencontrarse con su hija Cassie, se unió a la arriesgada misión y fue uno de los artífices de su éxito final. Para la historia del género de superhéroes queda su enorme figura atravesando el campo de batalla de las secuencias finales de Avengers: Endgame. Una imagen que parece resumir su trayecto por la saga de Marvel, hasta ahora.