Google, y su matriz Alphabet, es hoy lo que es gracias a buenas decisiones tomadas en el mejor momento. Para empezar, ofrecer un buscador minimalista con resultados útiles. Luego, aprovechar ese buscador para vender publicidad. Y con el tiempo, fue expandiendo su catálogo de productos y servicios, muchos de ellos gratuitos. Hoy estamos acostumbrados a ver teléfonos móviles Pixel, dispositivos Chromecast para el televisor o Chromebooks. Pero para llegar ahí, se tuvieron que tomar muchas decisiones y luchar contra impedimentos internos. Precisamente, el nacimiento de Google Chrome da pie a lo que hoy es Google como proveedor de software como Android, Chrome o Chrome OS que encontramos en millones de dispositivos de decenas de fabricantes.
Gracias a Google Chrome, el buscador de Google llegó a los ordenadores de millones de personas que antes no lo usaban. Por desinterés o desconocimiento. Su estrategia fue similar a la que empleó Microsoft con Internet Explorer. Microsoft usó la popularidad de Windows para hacerse con el mercado de navegadores ofreciendo por defecto Internet Explorer. Y Google empleó su buscador para publicitar Google Chrome. Y viceversa. La historia le ha dado la razón, pues desbancó a Firefox y hoy está en millones de dispositivos móviles y de escritorio. En parte, también, porque su sistema Android está en la mayoría de teléfonos. Básicamente, todos los que no son de Apple. Y el navegador por defecto de Android es Google Chrome.
Chrome se convirtió en una marca ganadora. Un navegador omnipresente. No es de extrañar que más adelante, sirviera de base para Chrome OS, el sistema operativo que Google creó para ordenadores baratos basados en aplicaciones y servicios en la nube. Todos de Google, claro está. Y con la difusión del motor de Chrome, Chromium, Google se aseguró de que otros navegadores se basaran en Chrome. Con el tiempo, Microsoft se rindió y introdujo Chromium en Edge, su sucesor de Internet Explorer. Algo que también hizo Opera. Y, por ahora, solo Apple y Mozilla aguantan en la guerra de navegadores. Pero empecemos por el principio.
¿Para qué necesita Google un navegador?
Esta pregunta se la habían hecho muchas veces en las oficinas de Google. Es más. El CEO de Google Eric Schmidt, de 2001 a 2011, siempre se había resistido a emplear recursos, tiempo y empleados a desarrollar un navegador web. Por lo que de ser por él, el nacimiento de Google Chrome nunca se hubiera producido. Google ya era popular entre el gran público y los navegadores de la época ya incluían su buscador como opción por defecto. De eso ya se aseguraban ellos mismos. Sabido es que Google financia a Mozilla Firefox desde hace años para que incluya Google como buscador por defecto. Incluso hoy en día, siendo, en apariencia, rivales.
Cuando Schmidt empezó de CEO en Google, el navegador más popular era Internet Explorer. Ya expliqué antes una de las causas. Y en adelante, Mozilla Firefox fue comiéndole terreno hasta quitarle el primer puesto en 2010. En 2001, el buscador más popular era Yahoo! seguido de MSN (de Microsoft) y Aol. Que más que buscadores eran portales repletos de secciones, categorías y contenidos varios. Google también estaba ahí, entre los cuatro grandes, repartiéndose el mercado a partes iguales. Pero para 2002 empezó el declive de la competencia y Google se coronó como primer buscador. Así que volvamos a la misma pregunta: ¿para qué necesita Google su propio navegador? Si, además, ya tenía una barra de búsquedas que funcionaba en Internet Explorer y Firefox.
Una idea ambiciosa que lo cambiaría todo
Con todo, Sergey Brin y Larry Page decidieron desarrollar Chrome por su cuenta gracias a la contratación de varios desarrolladores. Inicialmente iban a encargarse de ayudar en mejorar Mozilla Firefox. Un proyecto de código abierto en el que Google participaba de manera desinteresada. O más bien no. Y es que detrás de ese trabajo de mejoras en Firefox, se desarrollaba un nuevo navegador, lo que sería el embrión de Chrome.
Precisamente, uno de los responsables del nacimiento de Google Chrome fue un tal Sundar Pichai. Desde 2015 es el CEO de Google y su matriz, Alphabet. Nacido en 1972 en la India, estudió ingeniería metalúrgica en su país natal y posteriormente cursó estudios en la Universidad de Stanford sobre ciencia de los materiales e ingeniería. Nada hacía pensar que su formación académica le llevaría a una empresa tecnológica como Google. Pero tras su MBA por la Universidad de Pensilvania, trabajó brevemente como consultor y, finalmente, inició su carrera en Google en 2004 como gestor de productos.
Primero con la barra de búsquedas de Google. Luego en otros productos ya del pasado como Google Gears o Google Pack. Y cuando se puso en marcha el proyecto que daría pie a Chrome, Pichai fue asignado para dirigirlo. Y aunque el CEO de entonces no estaba de acuerdo, en principio, los primeros prototipos que le enseñaron Brin y Page le hicieron cambiar de parecer.
Sin embargo, no lo tuvieron nada fácil. Y es que desde el principio, desde 2004 aproximadamente, empezaron a surgir rumores sobre el proyecto. Google ya era una empresa de moda y cualquier nuevo producto que lanzase recibía la atención de los medios. Lo que añadía presión y responsabilidad al equipo de Sundar Pichai. Con todo, el desarrollo de Chrome no se puso en marcha hasta 2006. Para entonces, Pichai ya era Vicepresidente de Producto y había estado implicado en proyectos como Google Drive, Gmail o Google Maps.
El nacimiento de Google Chrome
Puede que Sundar Pichai sea la cara más visible del proyecto que creó Google Chrome. Pero hay muchos nombres no tan conocidos que fueron quienes hicieron posible el navegador de Google. Por ejemplo, Linus Upson. Antiguo empleado de NeXT (1993-1995) o Netscape (1996-1997), fue Vicepresidente de Ingeniería en Google entre 2005 y 2014. Y, posteriormente, desde 2017 hasta la actualidad. Otro nombre importante es el de Darin Fisher, uno de los responsables de la arquitectura de multiproceso de Chrome y que llegó a ser Vicepresidente de Google Chrome.
A cargo del diseño de la interfaz participaron Arnaud Weber, Glen Murphy, Brian Rakowski y Ben Goodger, entre otros. Este último fue Ingeniero Principal de Interfaz de Usuario para Chrome y Chrome OS. A esta lista hay que añadir otros muchos nombres que participaron en el proyecto de manera directa o indirecta, ya que Google Chrome incorporó código libre desde sus inicios. De ahí que el código de Chrome estuviera disponible para otros desarrolladores.
El caso es que en septiembre de 2008, dos años después de ponerse en marcha el desarrollo de Chrome tras varios intentos y aproximaciones, se presentó al público el flamante nuevo navegador de Google. Para entonces, Sundar Pichai ya era Vicepresidente de Desarrollo de Producto. El lanzamiento fue todo un éxito. Por un lado, la prensa especializada ansiaba ver el nuevo producto de Google. Por el otro, Google se encargó de que el lanzamiento fuera bien. Proporcionó una versión de prueba con anterioridad y difundió un cómic explicando el funcionamiento y bondades de Google Chrome.
La mejor carta de presentación
Como vimos antes, cuando Google Chrome estuvo a disposición del gran público, los navegadores más populares eran Internet Explorer y Mozilla Firefox. El primero arrastraba la popularidad forzada por ser el navegador por defecto de Windows y por haberse convertido, de facto, en el estándar para muchas webs que solo funcionaban con Internet Explorer. Pero para 2008, Firefox ya era una alternativa a tener en cuenta. Con todo, Chrome se hizo un sitio gracias a su buen diseño.
Chrome partió de una interfaz minimalista acorde a su funcionamiento. Era rápido y compatible con los estándares web que ya estaban imponiéndose gracias al esfuerzo de W3C y otras asociaciones. Así, desde sus primeras versiones, Chrome ya aprobaba los tests Acid. Para hacer esto posible, el equipo responsable había armado su navegador a partir de piezas propias y muchas externas: SQLite, DOM, NPAPI, JavaScript, HTML5…
Haciéndose con el mercado a toda velocidad
La adopción de Google Chrome por parte de los usuarios desde su nacimiento empezó con un 1 % del mercado el primer año. En ese primer momento, solo había versión para Windows. Tendríamos que esperar a 2010 para tener las versiones estables de Windows, OS X y Linux. En 2011 ya tendría un 16 % del mercado. Y hasta 2012 no llegarían las primeras versiones para Android. En paralelo, Google empezó a sugerir que descargaras su navegador web en cuanto abrías su buscador. Una manera de ganar adeptos tal y como había hecho Microsoft en su momento.
El último gran impulso vino de la mano de Android. En cuanto Android se convirtió en el sistema operativo por defecto de la mayoría de fabricantes de móviles, Google colocó su navegador como estándar sustituyendo el navegador previo con nombre genérico. Hoy, Chrome es la primera gran opción en escritorio, smartphones y en otros dispositivos conectados. Y ha vivido polémicas y críticas. Como su exagerado consumo de memoria o sus recientes planes para controlar las extensiones de terceros.
En resumen, el nacimiento de Google Chrome supuso un cambio de tendencia en Google. Una gran apuesta por desarrollar software y, a la vez, una manera de ganar adeptos y ampliar su mercado. A través del buscador podían publicitar su navegador. Y con ambos introducían al usuario en otros servicios como Gmail, Maps, Drive o YouTube. Con Android y Chrome OS perfeccionaron la técnica generando un ecosistema propio a la altura de los ya maduros ecosistemas de Microsoft o Apple.