Google Chrome es el navegador por defecto de millones de personas. Ocupa el 65,7% de dispositivos. Su principal competidor, Apple Safari, está en un 18,66%. Tal es la influencia de Chrome que otros navegadores utilizan su motor. Es el caso de Microsoft Edge, Opera, Brave o Vivaldi, entre otros. De ahí que cualquier cambio que sufra Chrome afecte a millones de usuarios de internet. Directa o indirectamente. Y si hablamos de cambios, el más importante que veremos en Chrome se conoce con el nombre de Manifest V3.
Anunciado en 2019, todavía no hay una fecha definitiva para implementar Manifest V3. A finales de septiembre se dijo que esa fecha será enero de 2024. Pero quién sabe si cambiará. Lo importante es que muchos han criticado este cambio. Y eso que se limita a una parte de Google Chrome que, en principio, no debería ser tan importante. Pero la realidad es que sí que afecta a usuarios y a quienes desarrollan aplicaciones y extensiones para Google Chrome. O eso dicen ellos. Google, en cambio, considera que el alarmismo está injustificado.
Manifest V3 o Manifest Version 3, es el nombre y versión de las próximas API de extensiones de Google Chrome. La actual versión, Manifest V2, pasará a mejor vida para así introducir mejoras en cuestión de seguridad, privacidad y mejor rendimiento de Google Chrome. Este último aspecto una de las principales críticas que lleva arrastrando el navegador de Google desde hace años. Y, en parte, el uso y abuso de extensiones ha tenido algo que ver.
El papel de Manifest V3 en Google Chrome
Según explican las páginas de documentación para desarrolladores de Microsoft y Google, “un archivo de manifiesto (manifest en inglés) es el plano de una extensión. Incluye información como el número de versión de la extensión, el título de la misma y los permisos necesarios para ejecutarla. La migración de Manifest V2 a V3 conllevará varios cambios estructurales en el manejo de las extensiones por parte del navegador”.
Es decir, que Manifest V3 cambiará la manera que tiene Google Chrome de lidiar con las extensiones, tanto las propias como, especialmente, las de terceros. Y la clave de la polémica radica en las limitaciones de las que se quejan desarrolladores de herramientas de seguridad y privacidad como los bloqueadores de publicidad (ad-blockers en inglés) y las empresas de servidores de VPN. Hasta el punto de que esas aplicaciones o extensiones pierdan algunas de sus características más demandadas.
Podríamos hacer un símil con los permisos de las aplicaciones en Android o iOS. Ahora estamos acostumbrados a ver mensajes de advertencia diciéndonos que la aplicación que vas a instalar o a abrir en ese momento quieren usar tu ubicación, la cámara o quieren acceder a tus contactos. Hace años esto no era así, con lo cual éramos menos conscientes y teníamos menos control de nuestra privacidad y seguridad.
La importancia de las extensiones
Las extensiones de Google Chrome se han convertido en una posible amenaza de seguridad. Por lo que el cambio de APIs hará, en teoría, que estemos más protegidos de extensiones poco transparentes. Pero, al mismo tiempo, Chrome da menos libertad a creadores de extensiones como AdBlock, AdGuard, uBlock y las decenas de soluciones VPN disponibles. E incluso se han quejado organizaciones como la Electronic Frontier Foundation.
Tal es la diferencia de opiniones entre Google y los desarrolladores, que la fecha de implementación definitiva de Manifest V3 se ha ido retrasando entre 2023 y 2024. Todo con el fin de que los desarrolladores tengan tiempo de implementar los cambios para usar las APIs de Chrome en futuras actualizaciones. Con sus ventajas e inconvenientes para los autores de extensiones y para los propios usuarios. En cualquier caso, Google introdujo Manifest V3 por primera vez en Google Chrome en su versión 88 Beta, en diciembre de 2020. Y, por ahora, convivirán ambas APIs, las de Manifest V2 y V3.
Las mejoras de Manifest V3 según Google
Sobre plano, Manifest V3 es realmente un gran cambio para Google Chrome. Una manera de cerrar o proteger una posible entrada a quienes quieren hacerse con nuestros dispositivos o con nuestros datos personales. Y es que, al igual que las aplicaciones móviles dañinas pueden acceder a información privada, las extensiones pueden acceder a contenido del navegador que afectaría a nuestra privacidad.
Estas son las principales mejoras que trae consigo Manifest V3:
- No permite ejecutar código alojado remotamente.
- Sustituye las Background Pages por Background Service Workers para mejorar el rendimiento.
- Elimina la API de bloqueo webRequest, en principio, para mejorar la privacidad y el rendimiento al reducir las solicitudes de red en nombre del usuario.
- Introduce una API (declarativeNetRequest) que limita esas solicitudes de red.
- Permite elegir los permisos a dar a las extensiones.
En definitiva, Google está decidido a que Manifest V3 sea parte de Google Chrome en el futuro. De ahí que los desarrolladores de extensiones estén obligados a migrar de Manifest V2 a V3 lo antes posible. Si no es así, sus extensiones dejarán de funcionar cuando las APIs de V2 ya no estén disponibles en las próximas actualizaciones de Chrome. Y teniendo en cuenta que Chrome se actualiza con cierta frecuencia y de manera prácticamente automática, escaparse de Manifest V3 resulta prácticamente imposible.
No sólo afecta a Google Chrome
La importancia de Manifest V3 y su conflicto con ciertas extensiones va más allá de Google Chrome. Y eso que, como vimos al principio de este artículo, es el navegador más usado en la mayoría de plataformas y dispositivos. Pero no solo eso. Algunos de sus competidores decidieron implementar su motor, de manera que muchos navegadores web están basados en Chromium.
El ejemplo más conocido es Microsoft Edge. El navegador de Microsoft y sustituto de Internet Explorer, tras desistir de su intento de enfrentarse a Google con su propio motor, decidió integrar Chromium. Lo bueno es que añade compatibilidad con las extensiones de Chrome. Y precisamente por ello, en Microsoft también implementarán Manifest V3 en Edge.
Por su parte, Brave, Opera o Vivaldi también utiliza Chromium, pero fueron diseñados como una alternativa a Google Chrome repleta de mejoras y cambios para ser más respetuosos con las voluntades de los usuarios. En principio, su objetivo es mantener el soporte para Manifest V2 y así evitar las limitaciones de Manifest V3. Por otro lado, tanto Brave como Opera cuentan con sus propios sistemas de bloqueo de publicidad invasiva. Y Opera integra su propia VPN.
Estará por ver cómo logran adaptar las futuras versiones de sus navegadores cuando desaparezcan las APIs y compatibilidad con Manifest V2. Y también tendremos que esperar a ver si estas alternativas a Google Chrome siguen ofreciendo soporte para instalar las extensiones de la Chrome Web Store cuando Manifest V3 sea la única opción posible en Chromium.