Elon Musk envió un email la noche del martes a todos los empleados de Twitter dándoles un ultimátum. En el correo, al que ha tenido acceso The Washington Post, el empresario explicó que Twitter necesita que todo el mundo trabaje intensamente y durante muchas horas. Quien no quiera realizar este esfuerzo, podrá marcharse recibiendo tres meses de salario como indemnización por despido.
«Sólo obtendrá mi aprobación el que rinda de forma excelente», puede leerse en el email. Es una amenaza, pero también una declaración de intenciones. Musk quiere un equipo compacto y excelente en el que predominen los ingenieros y los programadores. Pretende que la empresa funcione de forma ágil, sin que los procesos burocráticos frenen la innovación.
Necesita recortar los gastos de Twitter. La industria está inmersa en un invierno debido a la situación económica a nivel mundial y el desplome en bolsa de las grandes tecnológicas, que alcanzaron picos de valoración bursátil desorbitados debido a su fugaz rendimiento durante la pandemia.
En pocos días Elon Musk ha sacudido todos los rincones de Twitter
No es la crisis de las puntocom, pero la industria entera ha entrado en un período de una austeridad insólita. Meta ha despedido a más de 11.000 empleados; Amazon apunta a 10.000. Empresas como Snap, Robinhood o Netflix también han hecho recortes sustanciales de plantilla. No hay tanto dinero, y la subida de los intereses han incrementado el coste de arriesgarse o de no cumplir con los objetivos.
Musk está cribando la plantilla de Twitter de arriba a abajo. Y lo está haciendo directa o indirectamente porque, además de los más de 3.000 despidos, varios empleados o ejecutivos de primer nivel han presentado su dimisión. Algunos no comparten la misma visión del empresario, otros prefieren trabajar en remoto o, simplemente, no quieren sacrificar su vida familiar por el plan de Musk.
Otros son despedidos a orden directa de Musk. No le gusta que le critiquen en público (aunque ea su actividad predilecta en Twitter). El domingo dijo que el ingeniero Eric Frohnhoefer fue despedido. ¿El motivo? Decir que Musk no sabía de lo que hablaba.
Los canales de Slack, un chat interno que se usa dentro de Twitter, también se está vigilando para encontrar empleados que no estén de acuerdo con las políticas de Musk. Este quiere seguir recortando empleados hasta tener un equipo totalmente leal y dispuesto a sacrificar todo para cumplir con los plazos que él desee. Así ha funcionado Tesla y SpaceX, pero es un ambiente de trabajo radicalmente diferente al que se ha adoptado durante la última década en Silicon Valley: mesas de billar, cafeterías pagadas, masajes, trabajo remoto…
Un cambio radical en la cultura empresarial de Twitter
Y en medio de esta profunda reforma interna, Musk sigue tuiteando en tiempo real todas sus ocurrencias para mejorar la red social mientras el equipo aborda numerosos cambios y mejoras de forma simultánea. El servicio Blue tuvo que ser cancelado por el problema de suplantación de identidad, y será relanzado el 29 de noviembre. Se está trabajando en un rediseño de loa mensajes, que según se ve en el código de la web, ofrecerá cifrado punto a punto. Musk dijo que el objetivo era transformar los mensajes de Twitter en un servicio mejor que WhatsApp.
Twitter es un caos desde su llegada en varios frentes: desarrollo, anunciantes, cobertura en la prensa, reestructuración de la plantilla… Pero Musk se siente cómodo con la soga al cuello. El problema es que no todo el mundo lo está, y por eso tiene que dar este ultimátum y despedir a cualquiera que disienta o no rinda de forma «excelente».
Aunque pocos compartirán sus métodos, tanto Tesla como SpaceX han contado desde el principio con ingenieros de gran talento y ejecutivos de primer nivel. Sin embargo, tal vez Twitter sea incluso más complejo que hacer que los coches se conduzcan solos dentro de una empresa que, como dice su propio jefe, «puede que caiga en bancarrota» o se convierta «en la aplicación para todo».