Que en la guerra de Ucrania se están usando drones, no es novedad. Sin embargo, todo hace pensar que estos dispositivos se volverán aún más cruciales para el futuro del conflicto, especialmente a medida que se acerca el invierno, que complica el panorama del combate en el terreno.
Tanto Rusia como Ucrania están aprovechando los vehículos no tripulados para infligir daño al enemigo. Pero el bando ucraniano parece ser el que les está sacando el mayor provecho. Al punto tal que, durante el fin de semana, un ataque con drones acuáticos a la flota rusa en el Mar Negro llevó a Vladímir Putin a suspender su involucramiento en el acuerdo para permitir que buques cargados con granos ucranianos tengan un pasaje seguro.
Si bien el Kremlin dio marcha atrás en dicha determinación y anunció hoy su retorno al acuerdo, no fue antes de que los ucranianos garantizaran que no utilizarían el corredor protegido para lanzar nuevos ataques contra su Armada. Lo cierto es que los drones están redefiniendo el paisaje de la guerra de Ucrania, y serán fundamentales de cara a los próximos meses, considerando que el conflicto tiene todo para seguir indefinidamente.
Ucrania recurre a los drones para contrarrestar el poder de fuego ruso durante la guerra
De acuerdo con Estados Unidos y Ucrania, la flota rusa en el Mar Negro es clave para Putin porque es la que se encarga de los ataques con misiles de crucero Kalibr. Por supuesto, las fuerzas ucranianas no tienen el mismo poder de fuego, pero han encontrado en los drones una respuesta más que efectiva.
A comienzos de esta semana, el propio Mykhailo Fedorov, ministro de transformación digital de Ucrania, habló sobre la iniciativa de crear un "ejército de drones", una de las principales prioridades de su área en plena guerra. De hecho, mencionó que compraron 1.033 vehículos no tripulados, con una inversión valuada en 2.000 millones de grivnas (poco más de 54 millones de dólares).
El funcionario aseguró que ya han recibido el 70% de los drones adquiridos, y que recibirán el resto para fin de año. Además, indicó que pronto recibirán modelos de reconocimiento y ataque como los FlyEye y Warmate, de la firma polaca WB Group, y los Puma y Penguin de las estadounidenses AeroVironment y Edge Autonomy.
Pero Ucrania no le quita valor a los drones nacionales, que también han sido trascendentales en la guerra. "Hoy puede ser difícil encontrar grandes lotes de ciertos componentes para producir desde 100 drones al mes. […] Aunque para los productores ucranianos, hoy los problemas son la planificación y la financiación.
Pero en las últimas semanas hemos visto tal interacción entre el Ministerio de Defensa y los fabricantes, que existe la esperanza de que para el próximo año tengamos un auge en la producción de drones en Ucrania. Actualmente, el presupuesto para comprar drones a nuestros fabricantes está abierto. Ellos entienden cuántos contratos pueden obtener y por cuánto dinero, y casi todos están recibiendo los fondos lo suficientemente rápido", explicó Fedorov.
Vehículos no tripulados para un conflicto que no acabará pronto
Rusia tampoco se queda atrás en lo correspondiente al uso de drones en la guerra de Ucrania. Las tropas de Vladímir Putin se han inclinado por los Geran-2, calificados como "drones suicidas" por la prensa que sigue de cerca el conflicto. Sin embargo, las sanciones internacionales están golpeando fuerte a las líneas de producción rusas, por lo que Moscú estaría dependiendo de proveedores externos. De hecho, se dice que los Geran-2 son, en realidad, Shahed 136 desarrollados por Irán.
Cuando la guerra de Ucrania se puso en marcha, nadie imaginó que los drones se volverían una pieza tan importante para los beligerantes. Es más, durante las primeras semanas el análisis estuvo más enfocado en los hackers y el combate en terreno digital. Pero es evidente que el panorama ha cambiado, y que los vehículos no tripulados han ganado una relevancia trascendental. No olvidemos que, incluso, compañías como DJI dejaron de vender sus drones en tierras rusas y ucranianas para evitar que se los convirtiera en armas.