Ya es una realidad. Netflix confirmaba hace unos días su rumoreado plan barato con anuncios. Una opción bastante limitada que parece que parte con dos objetivos: el primero, hacer que las personas que comparten cuenta den el paso a separarse de sus ‘falsas familias de streaming’; y, el segundo, aparentar como barato el que hasta ahora el modelo más económico. 

Llamado Básico con anuncios, el plan barato con anuncios de Netflix tendrá un precio de 5,49 euros al mes en España. En el caso de México, tendrá un coste de 99 pesos al mes.

Con él, Netflix renuncia al que había sido uno de sus mantras fundacionales: no mostrar publicidad. Sin embargo, la llegada de cada vez más competidores junto con las dudas arrojadas por sus últimos resultados le han obligado, parece, ha cambiar su propia idiosincrasia. 

¿Ha llegado el streaming para aportar algo nuevo o para suplantar a la TDT y los canales de cable?

Netflix

En innovación de mercados, se suele hablar que cuando surge algo realmente novedoso, normalmente, o abre una nueva vía, o suplanta la anterior. El teléfono no suplantó a la carta, ni el correo electrónico al teléfono, pero sí que bascularon sus usos y su importancia. Sin embargo, el teléfono sí que fue un duro golpe para el telégrafo a largo plazo.

Cuando las plataformas de streaming comenzar a hacerse masivas desde 2015 y tuvieron su apogeo en 2020 debido al confinamiento, parecía que aportaba un modelo distinto a la TV lineal. Sin anuncios, estrenos directos de todos los episodios de una temporada para poder ver seguidos sin esperas, y multipantalla. Las OTT eran otra cosa.

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Sin embargo, primero la llegada de Disney Plus, que aterrizó en vísperas del confinamiento con un estreno secuencial, y ahora la llegada de anuncios, parece cuestionar si las plataformas ofrecen algo nuevo o se parecen cada vez más a canales habituales.

Antes de Netflix, Disney Plus, Paramount Plus y primero Peacock en Estados Unidos ya jugaron con opciones de suscripción con anuncios. HBO Max también se rumorea que lo haga pronto. En el caso de Netflix, sus fórmulas de anuncios tiene poco de novedosa frente a la TV convencional.

Los anuncios tendrán una duración de máximo 20 segundos. Y se podrán ver antes, durante y después de la reproducción. Con esto, el programa barato de Netflix sin anuncios se atreve con algo muy sensible: parar la reproducción durante unos segundos. Adiós a uno de los grandes argumentos del streaming.

Episodios sin estreno simultáneo, ofrecer deportes, realities…

No es el único dogma que Netflix ha ido disculpándose. Aunque no lo ha hecho del todo, ya no es tan rígido con su política de estreno seguido de todos los episodios, algo que en parte ya ha empezado a hacer con sus ‘partes’ en las que dividió, por ejemplo La casa de papel o Stranger Things.

"No hay razón para estrenarla semanalmente", dijo el co-CEO Ted Sarandos en 2016. "El alejamiento de la televisión con cita marcada en el calendario es enorme. Así que, ¿por qué vas a arrastrar a la gente de vuelta a algo que están abandonando en grandes cantidades?"

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Aun así, en los últimos años, Netflix ha experimentado con lanzamientos semanales para algunos reality shows en lugar de lanzamientos masivos. 

La siguiente frontera puede pasar seguramente por los deportes. Netflix siempre ha rechazado pujar por los deportes en directo, un elemento básico de las empresas de comunicación heredadas. Sin embargo, el año pasado, Hastings dijo que Netflix estudiará la posibilidad de pujar por los derechos de la Fórmula 1 en directo para emparejarlos con el éxito de su serie documental Drive to Survive, que perfila cada temporada de carreras.

"Hace unos años se vendieron los derechos de la Fórmula 1", dijo Hastings a la revista alemana Der Spiegel en septiembre. "En aquel momento no estábamos entre los postores, hoy nos lo pensaríamos".

La incorporación de los deportes en directo puede dar a Netflix una nueva base de audiencia, pero va en contra de la reciente aversión de Netflix a gastar mucho dinero en programación con licencias altas.

Anuncios, esperar una semana para el siguiente episodio, programas de no-ficción. La aparición del streaming ha ido cambiado a medida que ha ido creciendo, con su principal referente convertido en parte en un gigante que lucha contra otros que cuentan con más piernas en las que sostenerse

Disney tiene sus parques temáticos, su negocio de franquicias cinematográficas en los cines, sus juguetes y sus innumerables acuerdos de licencia de marcas; Apple tiene sus negocios sobre hardware y software; y Amazon no solo es la principal tienda de comercio electrónico, sino también el proveedor de servicios en la nube de algunas de las mayores empresas del planeta, incluida Netflix.

Todo ello hace que su precursora haya doblegado hacia opciones que antes aseguraba que jamás tocaría. Veremos si con el paso del tiempo el streaming es la nueva TV, pero de pago, o, por el contrario, conviven aportando aspectos y experiencias al espectador realmente distintas.

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