La cadena Mercadona se vio sacudida por una nueva polémica. Desde hace semanas la empresa de Juan Roig ha recibido duras acusaciones relacionadas con el peso de algunos de sus productos. Tal y como se han quejado algunos usuarios en redes sociales, ciertos alimentos envasados parecen pesar menos de lo que muestra el envase, supuestamente.
Esto ha desatado todas las alertas, instando a muchos consumidores a comprobar el peso de los productos que se han echado a la cesta de la última compra.
En una oleada de memes y estupefacción, alguna que otra foto trucada se ha colado entre las rendijas de la veracidad. Concretamente, la imagen que mostramos a continuación ha sido bastante difundida en los últimos días por redes sociales. Dice así: “Queda prohibido introducir básculas al interior del supermercado”.
Afinando un poco la vista se pueden apreciar las marcas delatoras de Photoshop. De hecho, el propio perfil de Twitter de Mercadona tuvo que salir a desmentir la veracidad de dicha cartelera. Se ve que el usuario que la colgó tenía prisa y no afinó bien el tiro gráfico. Además se comió la tilde de “básculas”: imperdonable a más no poder. Aún así muchos usuarios picaron el anzuelo, creyendo que dicha cartelería era perteneciente en realidad a la factoría de Hacendado.
Qué es el peso neto en los alimentos
Pero aquí la gran pregunta es: ¿realmente se puede engañar al consumidor con el peso de los alimentos así como así? Lo cierto es que no es tan fácil, por suerte. Existe legislación que regula firmemente la información que aparece en el envase de los productos del supermercado. Y el peso neto no es una excepción. Este peso neto es uno de los elementos que debe aparecer de forma obligatoria en los alimentos envasados, al igual que el listado de ingredientes o la tabla de composición nutricional, por mencionar algunos.
En algunos productos como las conservas también podemos encontrar el llamado “peso escurrido”. Esto sucede porque es obligatorio proporcionar tanto el peso del alimento con el líquido que contiene —peso neto— como el peso real del alimento una vez retirado el líquido de cobertura —peso escurrido. Sin embargo, la reciente polémica de Mercadona no parece haber afectado a productos de este tipo, sino más bien a aquellos frescos más susceptibles de errores en el pesaje.
El Doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Miguel Ángel Lurueña, arrojaba luz sobre esta pesada temática en su perfil de Twitter. En su hilo citaba un tweet viral de un consumidor que tuvo la curiosa idea de pesar en casa una bandeja de carne de Mercadona. Cuál fue su sorpresa cuando divisó que la cifra arrojada por la báscula no coincidía con la del paquete original: el peso real era 55 gramos inferior al marcado por la etiqueta.
Haciendo cálculos y ateniéndonos al peso casero, vemos que el producto debía haber costado 5,62€ en lugar de los 7,10€ que el consumidor gastó en su ticket. Esta diferencia matemática desató una ferviente oleada de desconfianza hacia Mercadona, propiciando el pesaje de un sinfín de productos como arroz, piña o gambones por otros usuarios. Muchos de ellos parecían arrojar un menor peso frente al mostrado en la etiqueta, según las filmaciones de los usuarios.
Lurueña, autor del conocido blog Gominolas de Petróleo, explicaba que algunos alimentos pueden ver mermado su peso por pérdidas de agua. Sin embargo, las diferencias parecían demasiado significativas como para que este fuera el motivo real tras esta disyuntiva comestible. También apuntaba lo siguiente: “La carne está envasada, así que si libera agua quedará en el envase y pesará lo mismo”.
Es improbable que las básculas de Mercadona estén trucadas
Por otro lado, existe cierto margen de tolerancia respecto a los pesos que está especificado legalmente. Concretamente, podemos hallar dichos márgenes de error en el Real Decreto 1801/2008, de 3 de noviembre, por el que se establecen normas relativas a las cantidades nominales para productos envasados y al control de su contenido efectivo.
Se permite porque en la práctica resulta muy complicado clavar el peso justo durante el envasado: las máquinas siempre tienen cierto margen de error. Pero claro, dentro de estos límites legales. Viendo los márgenes indicados a nivel legal, parece complicado justificar los supuestos errores de Mercadona. De esta forma, el caso de la carne anteriormente mencionada incumpliría la legislación por sobrepasar los límites de error marcados por la ley.
A pesar de ello, parece improbable que las básculas de Mercadona estén trucadas realmente. El motivo es que estos instrumentos son revisados minuciosamente por entidades independientes que garantizan su adecuado funcionamiento. ¿A qué se debe la diferencia de peso mostrada entonces? Todo parece indicar que las diferencias de pesos podrían deberse a errores humanos. Pero, claro, esto descarta a aquellos alimentos que son envasados de forma automática. Sin embargo, podría darse el caso de que algún operador de la industria alimentaria realizara mal el peso concreto de ese producto en la báscula. Por ejemplo, apoyándose en ella o retirando por error algún trozo del alimento. Podría ser una opción plausible en el caso primigenio del filete de carne.
Otra hipótesis a tener en cuenta es que las fotos de los usuarios sean falsas, motivadas por algún tipo de descontento con la compañía. A fin de cuentas, resulta bastante fácil trucar la medida de un peso a nuestro favor. Una imagen no es garantía de que ese haya sido el peso real del alimento. De nuevo, también debemos valorar que las básculas de casa estén mal calibradas o hayan sufrido mermas en sus medidas por el uso y el paso del tiempo. Resulta complicado hallar una respuesta exacta. Eso sí, la sombra de la duda sigue acechando a Mercadona. A pesar de ello, es más probable que los errores de peso se den en las básculas caseras antes que en aquellas calibradas a nivel industrial. No es tan fácil hacer la pirula como creemos: detrás de los alimentos que comemos hay muchos controles.