En los cuatro capítulos estrenados de la serie La Casa del Dragón, que puedes ver en HBO Max, ya hubo varios indicios sobre el análisis del argumento el equilibrio mental familiar. Daemon Targaryen decapitó, castró y desmembró a docenas de víctimas en una redada sorpresiva en las calles de Desembarco del Rey. Después, el príncipe desheredado se ensañó a golpes con un mensajero hasta casi asesinarlo. En el cuarto episodio de La Casa del Dragón, Viserys insistió en que sus parientes son “caóticos e incontrolables”.
Una y otra vez, la cordura de la dinastía parece ser parte de un problema mayor. Uno que los convertirá en el futuro en una leyenda negra en Poniente y en mártires de una tragedia que los llevará a la destrucción. Pero antes que eso ocurra, La Casa del Dragón nos ofrece indicios sobre el impacto del asunto. Un punto clave para entender la inminente guerra interna entre las facciones en pugna. Mucho más, la forma en que un reinado opulento terminó por desplomarse en cenizas.
La locura como herencia complicada para La Casa del Dragón
Pero, ¿es la locura en realidad tan cercana a los Targaryen? La pregunta apunta a estratos sobre el poder muchos más amplios. Aegon el Conquistador impuso su régimen sobre Poniente a fuerza de fuego y una matanza brutal. Más adelante, la mayoría de sus descendientes batallaron a lomos de dragones para destruir territorios enteros en masacres aterradoras.
Incluso Daenerys, la descendiente más lejana en la línea temporal mostrada en sus adaptaciones televisivas, termina por destruir a Desembarco del Rey. ¿La razón? La Reina Dragón insistió en “liberar a la ciudad” (y en apariencia, al resto del continente) de dictadores por medio de la muerte.
Pero antes, el personaje sufrió la pérdida de Missandei de Naath y dos de sus dragones. Su salud mental pareció resquebrajarse y a pesar de los problemas de narración de la octava temporada de Juego de Tronos, el mensaje es evidente.
La Reina estaba predestinada al desastre. A un tipo de locura, heredada y compartida por buena parte de su familia, que provocó que la dinastía terminara por sucumbir. Una larga línea de desgracias, asesinatos y tragedias que convirtió a los Targaryen en tenebrosos mitos en Poniente.
La lenta caída en el desastre
En la octava temporada de Juego de Tronos, la mayor parte de los datos sobre los Targaryen estaban relacionados con el temor. Varys traicionó a Daenerys, inquieto porque pudiera perder el juicio como Aerys II Targaryen.
Lo mismo sucedió con Tyrion Lannister cuando instigó a Jon Snow para matar a reina. El hecho es que la posibilidad de que pudiera utilizar su poder de fuego en contra de sus enemigos era cada vez más evidente. La muerte de los Tarly fue un aviso — el más alarmante — de la decisión de la última Targaryen de tomar el poder por la violencia. Pero ¿era una estrategia de guerra implacable o una forma de locura? Ya sea por baches del argumento o por falta de claridad, no tenemos ninguna certeza.
El libro Fuego y Sangre, de George R.R. Martin, ofrece un detallado resumen sobre el árbol genealógico Targaryen y el comportamiento de sus miembros. En Reddit, un usuario analizó la información y llegó a conclusiones de interés. El extenso relato deja claro que solo nueve reyes de La Casa podrían considerarse literalmente locos a lo largo de catorce generaciones. También, que 27 de los regentes fueron aclamados como “justos” y que 35 de ellos solo fueron ocupantes del Trono de Hierro de forma eventual.
En trescientos años ejerciendo el poder, es evidente que el número de Targaryen peligrosos o potencialmente desquiciados es bajo. No obstante, al parecer, su comportamiento fue considerado tan aterrador como para que la locura se convirtiera en un estigma. Una latente posibilidad que convirtió a la dinastía en una tragedia a punto de estallar y de arrasar —como al final casi ocurrió— al continente con ella.
La magia oscura de los Targaryen, de Juego de Tronos a La Casa del Dragón
“Cada vez que un Targaryen nace, los dioses lanzan la moneda y el mundo aguanta la respiración”, dijo Jaehaerys II sobre sus allegados. Algo que después repetirían Varys y Cersei Lannister. La idea parece relacionada con una condición física que se manifiesta en situaciones extremas.
También, con el vínculo con la magia ancestral de los dragones. O eso sugiere Sangre y Fuego al entrar en pormenores sobre la demencia atribuida a la familia. Por ejemplo, uno de los monarcas considerados locos fue Danys Targaryen, que todavía en Valyria tuvo un sueño profético.
Uno tan explícito sobre la destrucción del feudo de La Casa en Essos, que provocó la huida familiar a Poniente. La visión, que ocurrió doce años antes de la tragedia, les permitió salvar sus vidas. La narración propone que en realidad fue un impulso irracional y cercano a la paranoia, pero benigno en esencia.
Lo mismo ocurre con Viserys I, cuyo sueño sobre un sucesor varón se narra en La Casa del Dragón. El rey narró, primero, a su fallecida esposa Aemma y, después, a la jovencísima reina Alicent, que pudo vislumbrar un hombre en el Trono de Hierro. “Le vi llevar la corona y era mi heredero”, puntualizó.
Voces del pasado y el misterio en el árbol genealógico
Sin embargo, otras experiencias similares llevaron a los Targaryen a desastres y tragedias violentas. El príncipe Aerion tuvo la exaltada certeza de que podría convertirse en dragón tras un sueño. De modo que bebió fuego valyrio, lo que terminó por causarle una muerte instantánea y espantosa.
El rey Aegon V intentó lograr el nacimiento de una de las grandes bestias mágicas a partir de huevos petrificados en medio de una hoguera monumental que vislumbró en una visión. El intento devastó hasta las cenizas del refugio estival familiar. Una tragedia que se convirtió en un símbolo de la ambición Targaryen en sus momentos más oscuros.
La locura se manifiesta de manera directa
El rey Maegor el Cruel, hijo de Aegon I, era considerado demente debido a su crueldad. En especial, por su crueldad con los animales y su brutalidad en la lucha a campo abierto. Martin sugiere en su texto que su “locura” podría deberse a una herida de guerra. Aun así, el monarca aterrorizó a buena parte de sus súbditos con un comportamiento dado a lo sangriento e impredecible.
En otro extremo, los trastornos mentales familiares también pueden manifestarse de forma más pasiva. Como es el caso del rey Baelor, que murió de inanición al negarse a comer por razones poco claras.
Antes de ello, sufrió un ataque de serpientes en Dorne. Se especuló que su condición psiquiátrica tenía relación con los efectos del veneno. Pero nunca se estableció del todo si su decisión de morir de hambre se relacionaba más con visiones místicas sobre la pureza.
Una herencia cada vez más letal
La lista de excentricidades Targaryen aumentó con los siglos. Rhaegel, hijo de Daeron II, se paseaba desnudo por la Fortaleza Roja. En tantas ocasiones y de forma tan bochornosa, que terminó encerrado bajo llave. La reina Helaena, esposa/hermana de Aegon II, se lanzó desde una torre. En su caso, se debió a la desesperación que le provocó escoger cuál de sus tres hijos sería asesinado, lo que le ocasionó un cuadro de demencia sin cura.
Claro está que Aerys II, el Rey Loco, es el ejemplo más evidente de la creencia en Poniente sobre la locura de la dinastía. Asesinó y torturó a enemigos y súbditos por igual. También intentó quemar Desembarco del Rey en una explosión de fuego valyrio, cuya mera posibilidad provocó la decisión de Jamie Lannister de asesinarle. A su hijo Rhaegar, padre de Jon Snow, se le describe como obsesivo e imprudente “a niveles peligrosos”. Viserys, su hermano menor, tenía delirios de grandeza y, también, brotes de violencia imparable.
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La Casa del Dragón: al final, el destino está en la sangre
Daenerys, la última descendiente en línea directa, no presentó síntomas de locura o violencia de inmediato. Pero sí de los ya conocidos sueños proféticos de la familia.
En la segunda temporada de Juego de Tronos, deja claro que una “visión” le indicó qué debía hacer para propiciar el nacimiento de sus dragones. Aun así, su estabilidad mental pareció asegurada o, al menos, pareció ser mucho más racional de lo que fue el resto de su familia.
No obstante, al final, terminó por llevar a cabo el plan de su padre de devastar a Desembarco del Rey. Lo que pareció confirmar que, incluso los Targaryen mejor intencionados, podían resultar peligrosos a un nivel difícil de comprender.