Según buena parte de sus avances, La casa del dragón tratará de superar, en planteamiento y también en ambición, a Juego de tronos. Lo cual, por supuesto, es casi inevitable. La serie narrará la edad dorada de los Targaryen, los gobernantes más poderosos y temibles de toda la sangrienta historia de Poniente (Westeros). Además de explorar, en forma concienzuda, el continente ficticio imaginado por George R.R. Martin. Y eso incluye su brutalidad, crudeza y toda la visión acerca de la violencia que hizo famosa a la premisa de la producción que la precede. 

Pero independientemente de todo eso, la serie se encuentra un punto controvertido. La serie intentará llevar a una nueva dimensión, la fórmula de la historia original. Hacerla más oscura, descarnada y cruel. Después de todo, la familia, con el fuego del dragón en las venas, protagonizó un devastador y prolongado período de guerras interinas de considerable violencia. Y buena parte de su poder, se sostuvo sobre los horrores que podía infringir. Un punto que los showrunners Ryan Condal y Miguel Spochnik quieren mostrar a detalle. Además, ser mucho más explícitos de lo que nunca fue —o pudo ser— Juego de Tronos.

Solo que, La casa del dragón, enfrentará a una audiencia muy distinta al de su predecesora. Uno, cuyos debates y sensibilidades son muchos más específicos del que se sorprendió por las salvajes escenas de Juego de Tronos. En esta ocasión, la producción de HBO tendrá que lidiar no solo con el escrutinio a su argumento o puesta en escena. 

A la vez, lo hará con mirada crítica a los recursos que usa en su historia. ¿Cómo reaccionará la audiencia a las ya predecibles escenas de sexo no consentido, violencia explícita, derramamiento de sangre? ¿Cuál será el límite para la explotación de la brutalidad sobre los personajes femeninos, un elemento complicado en la obra de Martin? 

La Casa del Dragón es la nueva serie del universo de Juego de Tronos

Contradicciones van y vienen: La Casa del dragón en el centro del huracán

Semanas atrás, Miguel Sapochnik despertó un considerable malestar al afirmar en una entrevista, que habrá violencia sexual en el programa. De naturaleza brutal y explícita, además. Solo que bajo un nuevo tipo de “análisis y contexto”. De hecho, el productor insistió en que se trataba de "un punto necesario" para la comprensión del argumento. Y puntualizó que no podía “ignorarse las brutalidades que sufrieron las mujeres en una época dura”. 

Lo cual, por supuesto, hizo preguntarse a la prensa especializada, a cuál momento histórico podría referirse. De la misma forma que Juego de Tronos, la serie La casa del Dragón está ambientada en un continente ficticio. Uno en el que, además, prolifera la magia como elemento real y hay dragones como armas de batalla. 

Y aunque es evidente que Sapochnik se refería a la ambientación medieval del argumento, su explicación pareció una justificación blanda a un problema mayor. En especial, cuando las últimas temporadas de Juego de Tronos, enfrentaron una discusión pública sobre el uso de violencia sexual para apuntalar la trama.

Desde el sexo no consentido que padeció Daenerys Targaryen durante la primera temporada —que fue romantizado en la serie— hasta la violación de Sansa Stark en una traumática escena explícita. Las mujeres en Poniente no solo se convirtieron en objetivo de un guion que priorizaba la brutalidad en busca de efecto inmediato. Al mismo tiempo, despertó un debate acerca de la percepción de la agresión sexual como forma de evolución de sus personajes. Para la temporada ocho, los desnudos y escenas sexuales violentas en la serie habían prácticamente desaparecido del argumento. 

Pero la polémica continuaba rodeando a la historia. Específicamente en una escena donde vemos a Sansa Stark admitiendo que ser violada la “había hecho más fuerte”. Y también, a Daenerys Targaryen, insistiendo en su amor y la plenitud de vínculo que la unió a Khal Drogo. Una y otra vez, la percepción que la brutalización de las mujeres en la serie se consideraba necesaria, se hizo centro de la discusión pública. 

Un dragón a punto de sobrevolar la polémica

De modo que las declaraciones de Sapochnik resultan, al menos, contradictorias con las primeras descripciones de La casa del dragón. Para cuando la serie comenzó su producción, hubo comentarios del equipo involucrado que la nueva historia, estaría más concentrada en la narración. Y en especial, dejaría a un lado, el abuso sexual y violencia gratuita. Pero en la Comic-Con 2022, quedó claro que la más reciente exploración a Poniente, será mucho más cruda de lo que podría suponerse.

En particular, luego que el escritor George R.R. Martin insistiera de nuevo que la misoginia es “históricamente precisa”. Eso, aunado a las declaraciones de Sapochnik, llevaron a la palestra el escrutinio acerca de la percepción de las mujeres y el sexo en la producción. Más tarde, Sarah Hess, productora ejecutiva, se vio en la obligación de aclarar lo dicho por el equipo. 

Y eso incluyó puntualizar, que a diferencia de Juego de Tronos, habría mucho más cuidado al analizar la idea del sexo, lo consensual y la violación. Tanto en el libro Fuego y sangre como en la serie, la reina Alicent Hightower, es una adolescente al desposarse con Viserys I Targaryen.

La casa del dragón y un público más sensible

Hesse se apresuró a aclarar que la historia trataría de evitar el hecho que las protagonistas femeninas de la serie “parecieran coaccionadas y manipuladas”. Lo que no parece haber ocurrido. En la ficción, la segunda esposa del regente parece ser utilizada como un peón de su poderoso padre para influir en el anciano regente de Poniente. Lo que incluye un matrimonio entre ambos en lo que es evidente una considerable diferencia de edad. 

Las contradicciones continuaron. Matt Smith, que interpreta al príncipe Daemon Targaryen, admitió a Rolling Stone que había “sexo abundante” en la serie. Y confirmó que no siempre, era consensuado. Y a pesar de que después matizó la información al hablar sobre “coordinadores de intimidad” para evitar “excesos”, el punto preocupó. Más adelante, en Esquire, el actor volvió a profundizar en el tema y admitió que la violencia sexual seguiría siendo parte del mundo de Poniente. 

Discusiones, dragones y debates en Poniente

En paralelo, la serie atraviesa otro punto incómodo. El de la diversidad de su elenco. Juego de Tronos no tuvo personajes racializados. De hecho, se defendió la idea de un elenco de actores caucásicos por “fidelidad a la obra”. El mundo de George R.R. Martin, se encuentra ambientado en su mayor parte en lugares semejantes a Dinamarca y a Noruega. O al menos, eso ha dicho el escritor. Pero para La casa del dragón, el tema cambió y creo más problemas.

Steve Toussaint, un actor afroinglés que interpreta a Corlys Velaryon, Señor de las Mareas y esposo de la princesa Rhaenys Targaryen, enfrentó acoso en redes. Un importante número de fanáticos tóxicos consideró innecesario que un actor negro formara parte del elenco. Pero además de Toussaint, la diversidad racial en La casa del dragón es por primera vez un punto de debate. Y de nuevo, el tema sobre el hecho que se trata de una historia ambientada en un continente ficticio, removió viejas preguntas acerca del argumento.

¿Hay precisión histórica en un mundo fantástico? Los productores de la serie parecen pensar que no, o al menos, no de forma estricta. Y ahora los miembros de la casa de Poniente, tienen miembros de distintos grupos étnicos. Algo que enfrentó a los lectores más puristas con la versión en pantalla de la icónica historia. 

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¿Con qué puntos tendrá que lidiar La Casa del dragón? Es probable que la serie tenga que medirse con la alargada sombra de su predecesora. Pero también, con el punto de una audiencia mucho más crítica de la que jamás tuvo Juego de Tronos. Lo que, a la larga, puede ser el punto de partida de un conflicto a gran escala alrededor de una de las series más esperadas del año.

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