El final de Stranger Things tenía la considerable presión de completar una historia brillante. Con un argumento más duro, adulto y oscuro, los primeros episodios sorprendieron. Pero el cierre de la entrega es un broche de oro extraordinario y un punto sólido de narraciones que convergen entre sí con elegancia. La serie alcanzó la madurez, una emocional y de planteamiento. También la fuerza para ser algo más que un fenómeno. Ahora es parte de un universo preciso y profundo que crea una condición sofisticada sobre su posible futuro. 

El capítulo ocho, “Papá”, comienza en el mismo instante en que acabó el séptimo. Pero la salvedad narrativa es mucho más potente de lo que cabría imaginar. Los Duffer y Shawn Levy logran crear la sensación fluida que la narración nunca se detuvo e incorporar con lentitud y buen tino nuevos datos e información.

La cualidad de Stranger Things para ser una narración coral siempre ha sido uno de sus puntos más fuertes. Pero en esta oportunidad, esa fortaleza es mucho más evidente en la capacidad de la historia para extenderse y completarse con cuidado.

Atención, ¡spoilers a continuación!

Por supuesto, la gran apuesta es lograr unir las versiones de todos los hilos narrativos en un punto único. Algo que todas las entregas lograron con cierta dificultad. Pero para la cuarta, la ambición aumenta y la historia se hace un fractal narrativo pulcro. Mientras Joyce, Hopper y Murray hacen un escalofriante descubrimiento en la cárcel rusa en la que aún permanecen, Eleven recupera sus poderes. A la vez Mike y Will sostienen por fin la conversación evidente que estaba a punto de ocurrir entre ambos. Y mientras todo lo anterior ocurre, la amenaza de Vecna se materializa como una ponderada visión de un futuro apocalíptico. 

Uno tan inquietante, siniestro y emparentado con el punto más oscuro de Stranger Things, que se convierte en su puerta de entrada a horrores inesperados en Stranger Things. Henry/Vecna/001 es mucho más que un personaje. Es un centro consistente en que el terror se manifiesta como una red de interconexiones tenebrosas. Listo para atacar y con Hawkins como objetivo, el villano de temporada prepara sus armas. La realidad se desdobla, la línea entre mundos se hace más endeble y el mayor riesgo está por llegar.

Todos los horrores están a otro lado de la puerta en la segunda parte de la cuarta temporada de Stranger Things

STRANGER THINGS. (L to R) Gaten Matarazzo as Dustin Henderon, Sadie Sink as Max Mayfield and Joe Keery as Steve Harrington in STRANGER THINGS. Cr. Courtesy of Netflix © 2022

Con las intenciones de Vecna claras — o al menos, mucho más puntuales — la pandilla de Hawkins decide enfrentarle. Max es el centro motor de la curiosa forma en que Stranger Things narra a la maldad. “Si dejo a Kate Bush, puede escucharme, estoy marcada”, explica el personaje. Y más allá de una forma de explicar cómo el poder de Vecna se manifiesta, también es una mirada sobre lo que sostiene su influencia. El miedo gravita sobre todos, una amenaza catastrófica a la que jamás se han enfrentado. Y le harán frente con los recursos más simples y decididos. La convicción de comprender que bajo el horror que encarna Vecna también hay un hilo conductor con el pasado. 

Claro está, es Eleven, con sus poderes sublimados, el elemento esencial del primer capítulo. Capaz de escuchar lo que se planea en Hawkins, la decisión es inevitable y tan pronto la toma, el doctor Brenner tendrá que enfrentarla o ceder. Al final del primer episodio no hace ninguna de las dos cosas, sino curiosamente una especie de resignada mirada a lo definitivo. Eleven ya no es una niña, ni tampoco, una criatura a su cargo. Es un poder, tan espléndido como impredecible, que está dispuesta a vencer a su peor enemigo. 

Stranger Things, temporada final.

Por su parte, la pandilla de Hawkins se organiza para vencer a lo imposible. Lo hace a través de un plan de una sencillez estremecedora. Stranger Things vuelve a sus raíces sobre la voluntad y la inocencia, mezcladas contra la oscuridad. Uno de los puntos más consistentes de la segunda parte de la cuarta temporada de Stranger Things, sea su conexión a su centro vital. A toda la concepción de este mundo que se sustenta en personajes dispuestos a todos desde la ingenuidad. Y a la oscuridad que aguarda por ellos, como una tormenta a punto de estallar. 

De Rusia al tiempo que se detiene antes del horror

Finalmente Mike, Jonathan, Will y Argyle logran llegar a Nevada y es entonces cuando Eleven demuestra el poder real que alberga. Uno que se sitúa entre un abismo de posibilidades más inquietantes y definitivas de lo que podría concebirse. Pero en especial, un trayecto complicado hacia decisiones que le sobrepasan y le aplastan. Decidida a enfrentar a Henry/Vecna/001, Eleven ya no es dueña de su destino. Es parte de un plan mayor que moviliza el trayecto. Que sostiene la concepción de algo más elaborado y al final, una puerta cerrada que se abre a la oscuridad. 

Netflix - Stranger Things 4

Brenner, al final, confronta a Eleven. Se trata del final definitivo de un largo trayecto de dolor, manipulación y una relación retorcida que concluye de forma inevitable. Eleven, alejada ya de la niña confusa que fue, es ahora poder puro. Una criatura creada a la sombra de las ambiciones de Brenner pero fuera de su control. E incluso cuando Sullivan hace un último y brutal intento por asesinar a Eleven, es Brenner el que comprende el nivel de peligro. Lo que se avecina y en especial, el recorrido que llevará a la destrucción a todo lo que intente detenerla. 

Al final, Eleven muestra todo lo que es capaz de hacer y hará. Un tipo de control sobre su poder hasta entonces desconocido, asombroso y sin límite perceptible. Pero todavía, el enfrentamiento final está por suceder y para su segundo capítulo, Stranger Things enfoca todo su poder en esa percepción del final. O al menos de una etapa concluyente que llega a su punto más alto. Con la muerte de Brenner, Eleven pierde la inocencia. La oscuridad está por llegar. 

Contra Vecna, la oscuridad y el miedo

Stranger Things siempre fue la historia de Eleven y su recorrido hacia la libertad. Y el segundo capítulo de parte final de la temporada cuatro, muestra hasta dónde puede llevar ese recorrido. Pero Stranger Things también ha sido una mirada hacia el amor, la amistad y la complicidad. Y se enfrenta finalmente a la disyuntiva de mostrar el dolor de la pérdida de una forma por completo nueva. No es casual que el capítulo siete termine con la gran pregunta: ¿quién morirá en Hawkins? Una estremecedora mirada a un final a un largo recorrido de Stranger Things hacia las sombras y un tipo de sufrimiento adulto desconocido. 

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Netflix

La pandilla de Hawkins enfrenta a Vecna en su propio terreno. Pero el gran problema radica en que todo el Upside Down es un territorio de terrores esculpido a mayor provecho del villano. Tanto como para que el campo de horrores se masifique, se haga más complejo e incluso, con la llegada de Eleven, duro de vencer. Vecna logra atrapar a Eleven y es quizás, el enfrentamiento entre ambos el punto más alto de Stranger Things. La forma en que el guion les confronta sin dejar a un lado al resto de los personajes, es asombrosa. 

Con Max como víctima, los acontecimientos se precipitan y el enfrentamiento será una línea de condiciones a cumplirse. Mike, Will, Argyle, Jonathan y Eleven, se enfrentan a lo desconocido a la distancia. Nancy, Steve y Robin recorren el Upside Down y finalmente, la serie ofrece las explicaciones sobre su procedencia y final. Lo hace a través de Nancy, testigo y enviada para provocar a Eleven. Pero también en la cápsula misteriosa en que se convierte en programa entero. 

Para su trayecto más duro, Stranger Things recurre a una narrativa circular que funciona con la precisión de un reloj. Vecna logra atrapar a Max, pero Eleven está ahí para enfrentarle. A su vez, Hopper y Joyce luchan contra el horror a kilómetros de distancia pero hacia el mismo objetivo. Y cuando Dustin y Eddie, el gran héroe imprevisible, empuñan la música como un arma, Stranger Things alcanza una nueva dimensión de emoción. Una tan profunda, hermosa y potente que convierte al programa en una experiencia, antes que solo una mirada a una historia querida. 

La oscuridad lo es todo en Stranger Things

Hopper también ofrece su vida en favor de un bien mayor. De hecho, el gran punto central de este final de temporada de Stranger Things es una despedida simbólica a todos los lazos y pequeños entuertos. Y Hopper, atormentado por la culpa, devorado por el terror, lucha ahora por amor. Lo mismo podría decir de la pandilla de Hawkins y de Eleven. Todos unidos para vencer al miedo, en la forma de Vecna y su horror construido a partir de los dolores y pesadillas de todo un pueblo.

Netflix - Stranger Things 4

Por supuesto, la trampa de Vecna consiste en aprovechar las ventajas de un mundo a su medida. Pero Eleven comprende el sentido de esa influencia y logra derrotarlo en su propio terreno. El poder de Vecna y Eleven se equipara, se sostiene, se contiene, se enfrenta. Y al final, será Eleven la que vencerá en un acopio de autoconocimiento — curiosamente, el sentido al subtexto de la serie — y fuerza de voluntad. 

Porque el reino de la mente es el espacio en el que Eleven es más poderosa y que el enfrentamiento final se lleve a cabo en espacio, celebra el origen de Stranger Things. Lo lleva a otro nivel, lo convierte en un mecanismo de precisión que une todas las temporadas, las historias, los terrores y dolores de sus personajes. Quizás, por ese motivo, el origen real de Mind Flayer sea una vinculación más que evidente con Vecna. Una connotación que se abre en medio del tiempo tal y como la serie lo concibe. La forma en que enlaza sus giros narrativos a una idea más amplia y complicada de lo que podría ser su punto final. 

El gran final de la cuarta temporada de Stranger Things es épico en muchas maneras, de muchas formas y en muchos sentidos. Pero la gran frase de ¡lucha! resume la energía motriz de Stranger Things, la capacidad esencial de ser un ícono de la cultura pop. La de resumir todas las esperanzas, el sentido del heroísmo y la belleza en cada uno de sus personajes.

Las puertas quedan abiertas para el final de una futura quinta temporada. Pero Stranger Things se despide — por ahora — con la dignidad de una historia espléndida y poderosa, que llegó a su mayor punto de solidez. Una travesía de héroes, de poder y de emoción como pocas veces se ha visto en el streaming.

Todo sobre la cuarta temporada de Stranger Things

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