Meta quiere dejar de eliminar la desinformación sobre la COVID-19 de sus plataformas, como Facebook. Tras adoptar la política de borrar información relacionada con el coronavirus que pondría en riesgo la salud de las personas, la empresa de Mark Zuckerberg busca suavizar las reglas. Nick Clegg, Presidente, Asuntos Globales de Meta, pidió a la Junta de Supervisión que analice la forma en que abordan la desinformación para no tener que borrarla.

Pese a que Meta presume haber eliminado más de 25 millones de publicaciones falsas sobre la COVID-19, la empresa no quiere ser tan drástica. Clegg sugiere que las publicaciones podrían ser verificadas por terceros y que no habría necesidad de eliminarlas si no representan un riesgo inminente de daño.

De acuerdo con Meta, la situación de la COVID-19 ha evolucionado. En muchos países donde las tasas de vacunación son altas, la vida vuelve a la normalidad. En lugar de eliminar las noticias falsas sobre vacunas o el uso de mascarillas, la empresa propone que se etiqueten o se degraden directamente.

La tecnológica dice estar "fundamentalmente comprometida con la libertad de expresión" y que sus aplicaciones son importantes para que las personas hagan oír su voz.

Pero resolver las tensiones inherentes entre la libertad de expresión y la seguridad no es fácil, especialmente cuando se enfrentan a desafíos rápidos y sin precedentes, como lo ha sido durante la pandemia.

La compañía busca que la Junta de Supervisión emita un juicio sobre estas políticas. La decisión los ayudaría a responder a futuras emergencias de salud.

A Meta no le interesa combatir la desinformación

Aunque Meta asegura que mantiene su compromiso contra la desinformación sobre la COVID-19, este tipo de acciones ponen en duda sus intenciones. El remover 25 millones de publicaciones o eliminar más de 3 mil cuentas, páginas o grupos dedicados a esparcir noticias falsas sobre la pandemia parece poco si tomamos en cuenta que Facebook tiene más de 2 mil millones de usuarios activos en todo el mundo.

La empresa anunció su plan para combatir los bulos durante los primeros meses de la pandemia, pero no se comprometió a eliminarlos. Con la ayuda de verificadores de hechos, Meta etiquetó más de 190 millones de publicaciones como falsas, alteradas o carentes de contexto. De nada sirvieron las advertencias o que el contenido apareciera hasta abajo del feed; la desinformación siguió fluyendo durante casi un año. Tras meses de críticas, Facebook decidió tomar cartas en el asunto y confirmó que eliminaría las fake news.

Al pedir a su Junta de Supervisión que analice el suavizar sus reglas contra la desinformación, Meta deja claro que no tiene interés en el bien de sus usuarios.

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