Tras ver las imágenes tomadas hace unos días por el telescopio espacial James Webb, probablemente te habrás preguntado cómo se sentiría estar cerca de esos cuerpos celestes. Desde inmensas galaxias multicolores, hasta el tejido filamentoso color terracota que conforma la Nebulosa de Carina. Muy lindo, ¿no es así? Pero, ¿y qué si te contáramos que estos colores son totalmente falsos?

Antes de que surja alguna teoría conspirativa, deja que nos expliquemos, ya tendrás tiempo para sacar tus conclusiones. Y es que sabemos que los científicos tienen una muy buena razón para "mentirnos" con los colores que han mostrado, y van desde motivos investigativos, hasta la relación entre la NASA y la apreciación humana de la belleza.

Todas las imágenes publicadas, y que tienen de escenario al espacio, pasan antes por un gran nivel de procesamiento. Sí, al igual que el iPhone o cualquier otro smartphone cuando toma una foto, pero en esta ocasión se trata de un procesado mucho más preciso y específico. Después de todo, los científicos van a depender de estas imágenes a la hora de estudiar los miles y miles de cuerpos celestes que revisan cada año.

Cómo se componen las imágenes tomadas por el James Webb

Las imágenes captadas por el telescopio James Webb se han fabricado detectando datos en el espectro infrarrojo. Este tipo de radiación, también llamada radiación de calor, posee una longitud de onda más fácil de visualizar que la luz. Esto último es cierto si cuentas con el equipo especializado, o si eres una especie animal con la capacidad de ver en este espectro.

Entre ellas encontramos a las serpientes, animales capaces de ver en espectro infrarrojo. Los seres humanos, por otra parte, no contamos con estas habilidades. De hecho, nuestra capacidad de detectar la luz con nada más que el ojo es bastante limitada; pudiendo ver únicamente lo que hemos denominado como "luz visible". Solo un pequeño porcentaje de todo el espectro.

Entonces, ¿significa esto que los cuerpos celestes solo emiten radiación infrarroja? La respuesta corta es no. Sin embargo, hay un "pero". Todo dependerá de la distancia a la que te encuentres de dicho objeto.

El comportamiento de la luz y la expansión del universo

Efecto de corrimiento al rojo

Estamos seguros de que ya has escuchado que el universo está en constante expansión. Esto, por supuesto, es cierto. Debido a estas enormes distancias que cada vez se amplían más y más, la luz visible que nos llega de los objetos en el espacio es muy tenue. Tan tenues que muchas veces no podemos verlas sin importar qué tanto ampliemos con nuestros poderosos telescopios.

Pero hay algo que sí que llega, y se trata de la luz infrarroja. Verás, mientras la luz viaja y se estira de una galaxia a otra por la expansión del universo, sufre un proceso llamado "corrimiento al rojo". Este fenómeno puede describirse como la transformación de la luz visible a luz infrarroja y, en este caso, es debido a la expansión del universo.

Objetos como la Nebulosa de Carina están en nuestra propia galaxia y, por lo tanto, lo suficientemente cerca para que su luz no sufra del corrimiento al rojo. Sin embargo, el resto de galaxias están bastante lejos, y cada vez alejándose más, por lo que es tarea de los científicos el tomar estos datos infrarrojos y llevarlos a una forma que nuestros ojos humanos puedan apreciar con distinción. Para ello, el James Webb capta distintas imágenes en diferentes longitudes de onda, asignando el color azul a aquellas más cortas, el rojo a las más largas, y otros colores a las intermedias. Combinándolas todas, tenemos las imágenes que nos han mostrado.

James Webb

Los motivos detrás de este "engaño"

Bueno, para esto existen varios motivos. El primero de ellos es que, al generar distinciones en forma de colores, es más práctico el estudio de estos cuerpos. Así, los investigadores y científicos tienen más facilidad al analizar las imágenes obtenidas. Además, pueden resaltar objetos de interés.

El otro motivo es más controversial. De alguna forma, los investigadores y científicos tienen que mostrar los resultados al resto de la población. Usando colores bonitos y llamativos que nos llevan a reflexionar sobre lo que hay ahí fuera es la forma más sencilla de conseguirlo. Después de todo, una imagen en blanco y negro con símbolos y números ilegibles probablemente no habría causado tanto revuelo como las primeras fotos del James Webb.

Se trata de uno de los resultados más impresionantes de la historia. Combinando dos profesiones que muchos consideran irreconciliablemente opuestas: el arte y la ciencia.