Tras el primer anticipo, en el que hizo de maestro de ceremonias el mismísimo presidente de los Estados Unidos, la NASA ha hecho públicas por fin las primeras fotos científicas del telescopio espacial James Webb. Es importante incidir en que son las primeras fotos científicas, pues en realidad sí que hemos visto ya muchas imágenes suyas. La diferencia es que todas ellas eran el fruto de las pruebas y ajustes del telescopio.

No obstante, tanto la imagen de anoche del cúmulo de galaxias SMACS 0723, como las que se acaban de publicar, forman ya parte del trabajo del James Webb. Se trata de fotos tomadas con fines científicos, aunque para nosotros, los simples mortales, podrían considerarse básicamente obras de arte.

No es para menos. Todas y cada una de las imágenes nos dan una visión del universo diferente a cualquier cosa que hubiésemos visto antes. Gracias a su capacidad para observar en el infrarrojo, el James Webb puede captar detalles imposibles para su antecesor, el Hubble. Pero, más allá de la vistosidad de las imágenes, cabe preguntarse qué se ve en ellas. Y lo cierto es que, en lo referente al contenido, no ha habido sorpresas. Lo que nos muestra la NASA es muy similar a lo que se anticipó ene el catálogo de primeros objetivos del telescopio. Sabíamos aproximadamente lo que sería, pero no lo imaginábamos tan impresionante como hemos podido ver mientras, poco a poco y con cuentagotas, la NASA publicaba cada una de las imágenes.

Repaso a la noticia de ayer

NASA

Antes de empezar, hemos podido ver de nuevo la imagen presentada ayer en la Casa Blanca. Se trata de SMACS 0723, un cúmulo de galaxias a 4.200 años luz de la Tierra, que se conoce por su gran masa. De hecho, es tan masivo que deforma el espacio-tiempo, actuando como una lente gravitacional que magnifica las galaxias más lejanas.

Radiografía a la atmósfera de un exoplaneta

NASA

El James Webb también se ha atrevido con los exoplanetas en su primera incursión. Es cierto que no ha tomado una fotografía, pero sí que ha podido captar un espectro que ayudará a los científicos a obtener información muy relevante sobre la atmósfera del exoplaneta WASP-96b, ubicado a algo más de 1.000 años luz de la Tierra.

Lo interesante es que este exoplaneta era conocido por, supuestamente, ser el primer exoplaneta sin nubes. Sin embargo, el espectro obtenido por el telescopio muestra evidencias de la posible presencia de las mismas.

Nebulosas captadas con todo detalle

NASA

El Hubble logró tomó en su día imágenes de la Nebulosa del Anillo del Sur en las que se veía que en su interior hay dos estrellas, una muy brillante y otra mucho más tenue. Se intuyó que esta última debió perder su envoltura expulsando todo ese material que hoy vemos alrededor.

Ahora, gracias al James Webb, hemos podido ver con más detalle que nunca cómo, efectivamente, la estrella más tenue del par expulsa grandes cantidades de gas y polvo a su alrededor.

Al James Webb ‘le gustan’ las galaxias

NASA

Si ayer nos deleitó con el cúmulo de galaxias inmortalizado con más lujo de detalles de la historia, hoy nos muestra también el quinteto de Stephen, uno de los grupos compactos de galaxias más antiguos que se conocen.

Está a 290 millones de años luz y puede aportar a los científicos mucha información de los fenómenos desencadenados cuando estas interaccionan entre sí. 

Otra nebulosa para terminar

NASA

La nebulosa Carina es una de las más extensas y brillantes del cielo. Se encuentra a 7.000 años luz y, si bien ya había sido estudiada por el Hubble, escondía muchos detalles aún.

Por ejemplo, ahora gracias al James Webb sabemos que tras la cortina de gas y polvo hay multitud de estrellas en nacimiento que nos habían pasado desapercibidas.

Junto a la imagen de ayer, la NASA ha publicado cinco imágenes que muestran el grandísimo potencial del James Webb. Pero esto no ha hecho más que empezar. Este telescopio tiene mucho que enseñarnos todavía, aunque habrá que esperar un poco.

Mientras tanto, podemos deleitarnos con lo que nos han enseñado hoy. ¿Cuál es tu favorita?

2 respuestas a “Las esperadas imágenes del James Webb son aún mejores de lo que creíamos”