Aparte del regreso de Darth Vader, el villano más mítico de la franquicia de Star Wars (desde 1977), en su encarnación de Hayden Christensen, el jugoso reencuentro de este con el jedi de Ewan McGregor, que fue su mentor para adquirir las habilidades del lado luminoso de la Fuerza, y el espectáculo agradecido de la lucha con los sables de luz, hay otra cosa muy llamativa en el tercer episodio de Obi-Wan Kenobi, la miniserie realizada por Deborah Chow para Disney+.
Al final del segundo, el charlatán Haja Estree de Kumail Nanjiani, un actor mayormente cómico al que podemos reconocer gracias a su Dinesh Chugtai de Silicon Valley (2014-2019) o el Kingo de Eternals (2021), les facilitó la huida del populoso planeta Daiyu, con aroma a Blade Runner (1982, 2017), a la pequeña Leia Organa de Vivien Lyra Blair y al protagonista, hasta el minero Mapuzo, un páramo convertido en tal por el Imperio del Sheev Palpatine de Ian McDiarmid.
Allí, en uno de los Territorios del Borde Medio de la galaxia, caminan un trecho razonable hasta un sitio en el que también les han concertado una cita con la Tala Durith de Indira Varma, integrante de una red clandestina para ayudar a los que se enfrentan al totalitarismo del cruel Darth Vader y compañía, para ponerse a salvo. Y es entonces, mientras se dirigen a ese punto, que el Obi-Wan Kenobi de Ewan McGregor tiene unas extrañas alucinaciones con su traicionero aprendiz.
El sufrimiento de Obi-Wan Kenobi
El jedi derrotado ya sufría tribulaciones desde lo ocurrido en la última parte de Star Wars: La venganza de los Sith (2005); o sea, por su fracaso estrepitoso en la educación del Anakin Skywalker de Hayden Christensen y por haberse visto obligado a matarle. O eso creía él que había sucedido en esa escena difícil de olvidar en el mundo volcánico de Mustafar. Pero la inquisidora Reva de Moses Ingram, con su tono burlón, le ha contado que su antiguo padawan está vivo.
En estas circunstancias, parece de lo más lógico que semejantes revelaciones le causen la gran conmoción que vemos en el rostro de Obi-Wan Kenobi durante el cierre del segundo capítulo en Disney+. Al inicio del tercero, además, su reacción es volver a pedir a su maestro, el difunto el Qui-Gon Jinn de Liam Neeson, que venga en su auxilio, y torturarse recordando los malos momentos vividos tras la caída de su querido aprendiz en las garras del lado oscuro de la Fuerza.
Bajo el dominio del Imperio, Obi-Wan Kenobi emprende una misión trascendental
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Pero no basta para que su malestar resulte suficiente. En ciertos instantes del recorrido del jedi al que interpreta Ewan McGregor con la niña Leia Organa por Mapuzo hasta el lugar del encuentro concertado por Haja Estree, cree ver a una figura ataviada con la túnica marrón de su Orden. Y, cuando se gira hacia él y se le queda mirando, descubre que se trata de Anakin Skywalker, pero sin el horror de su cuerpo destrozado en Mustafar, sino como antes de la triste confrontación.
Las posibles explicaciones a lo que ven sus ojos
La explicación más prudente la podemos hallar en que tales alucinaciones son fruto del estrés psicológico al que está sometido Obi-Wan Kenobi, ante la culpabilidad que siente porque el padre de Leia y el Luke Skywalker de Grant Feely haya acabado como el malvado Darth Vader y, por supuesto, debido al tremendo shock que le ha ocasionado la noticia de su superviviencia. Aunque hay sugerencias diferentes sobre el asunto. Por ejemplo, las de Lewis Glazebrook en Screen Rant.
“Puede significar mucho con respecto a dónde irá la serie en sus tres episodios restantes”, explica. “Siempre se ha destacado una frase de Darth Vader a Luke Skywalker en El retorno del Jedi: «Obi-Wan alguna vez pensó como tú». Esta línea puede influir directamente en el espectáculo, con Kenobi tratando de llevar a Anakin de regreso al lado luminoso de la Fuerza ahora que sabe que está vivo y, así, teniendo la visión del jedi Anakin antes de convertirse en Darth Vader”.
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Sin embargo, también puede haber constituido “un presagio” para los espectadores y el mismo Obi-Wan Kenobi de Ewan McGregor. Porque, “como se sabe en Star Wars, la Fuerza tiene voluntad propia” y, tal vez, “le haya estado mostrando al personaje de Hayden Christensen con el objeto de “advertirle o prepararlo para el conflicto que se avecina con su antiguo padawan”. O quizá se trata de “una visualización de su culpa”. Pero suponemos que ya nos lo aclararán en el futuro.