La tensión entre Elon Musk y Twitter sigue en aumento. Este lunes, y a través de su abogado, el CEO de Tesla y SpaceX envió una carta a la red social en la que expuso su descontento por el aparente incumplimiento en la entrega de información sobre la cantidad de "cuentas falsas y de spam" que existen en la plataforma. Y amenazó con cancelar la adquisición, por una aparente violación de los términos de acuerdo.

La misiva lleva la firma de Mike Ringler y ha sido dirigida específicamente a Vijaya Gadde, jefa legal de Twitter. En la misma, Elon Musk deja ver su insatisfacción con una comunicación recibida el pasado 1 de junio, en relación al tema.

"La última oferta de Twitter de simplemente proporcionar detalles adicionales sobre las propias metodologías de prueba de la empresa, ya sea a través de materiales escritos o explicaciones verbales, equivale a rechazar las solicitudes de datos del Sr. Musk. [...] El Sr. Musk ha dejado en claro que no cree que las metodologías de prueba laxas de la compañía sean adecuadas, por lo que debe realizar su propio análisis. Los datos que ha solicitado son necesarios para ello", indica el texto.

Además, el abogado Ringler enfatiza que Twitter está obligada por los términos de compra a brindar la información que Elon Musk reclama. Entre los motivos que se esgrimen desde el entorno legal del magnate se mencionan la necesidad de preparar la transición para que la compañía quede bajo su pertenencia, así como para facilitar el financiamiento de la compra; y también lograr un entendimiento general de cómo es el núcleo de modelo de negocio de la compañía fundada por Jack Dorsey.

"Si Twitter confía en sus estimaciones de spam publicitadas, el Sr. Musk no comprende la reticencia de la empresa a permitir que evalúe esas estimaciones de forma independiente", añade la carta.

Elon Musk y una nueva confrontación con Twitter

Twitter | Elon Musk

La carta enviada por el abogado de Elon Musk a Twitter ya se ha integrado a la documentación de la adquisición ante la SEC. Y lo que el texto deja en claro es que el conteo de bots y cuentas falsas se ha convertido, por lejos, en el principal punto de conflicto entre las partes para cerrar el acuerdo.

Recordemos que, en mayo, Twitter informó que las cuentas falsas o de spam representan a menos del 5% de su total de usuarios. Esto fue rápidamente desacreditado por Elon Musk, quien incluso aseguró que la compra se detendría hasta tener detalles de cómo se calculaba esa estadística. El propio empresario estimó el porcentaje en un 20% —o hasta más—, lo que abrió la puerta a varias polémicas sobre la valuación del acuerdo y una posible renegociación.

Lo realmente notorio es que la carta de Elon Musk no se ha quedado en una simple queja por la falta de cooperación de Twitter. El magnate ha acusado a la red social de violar los términos de la compra, lo cual le permitiría cancelarla.

Con base en el comportamiento de Twitter hasta la fecha y, en particular, en la correspondencia más reciente de la empresa, el Sr. Musk cree que la compañía se resiste activamente y frustra sus derechos de información (y las obligaciones correspondientes de la empresa) en virtud del acuerdo de fusión. Este es un claro incumplimiento sustancial de las obligaciones de Twitter en virtud del acuerdo de fusión y el Sr. Musk se reserva todos los derechos resultantes, incluido su derecho a no consumar la transacción y su derecho a rescindir el acuerdo de fusión.

Carta de Mike Ringler, abogado de Elon Musk, a Twitter

Recientemente, varios analistas especularon que la discusión sobre los bots ha sido una excusa de Elon Musk para retractarse de la compra de Twitter; o, al menos, para reducir el valor de la transacción. Desde que se anunció el acuerdo por 44.000 millones de dólares, las dudas en torno a su financiamiento han sido varias. De hecho, la fuerte caída en el valor de las acciones de Tesla en las horas posteriores a la oficialización de la compra de la red social provocaron mucho malestar entre los accionistas del fabricante de coches eléctricos.

Desde entonces, Elon Musk ha reunido a un variopinto grupo de inversores para no exponer sus otras empresas en la transacción; especialmente por las acciones de Tesla que servían como respaldo de un préstamo por 12.500 millones de dólares.