Pese a que los Galaxy S y los Galaxy Z son las dos gamas de smartphones que demuestran todo el potencial de Samsung, el fabricante surcoreano también cuenta con un interesante catálogo de móviles de gama media, los conocidos como Galaxy A. Estos destacan por sus equilibradas prestaciones, su llamativo diseño y sus características extra. Algunas, de ellas, incluso heredadas de los Galaxy S22. Uno de los modelos más importantes de esta familia —al menos hasta la fecha— es el Samsung Galaxy A53.
Este nuevo smartphone de Samsung es, a priori, resulta convincente. Si echamos un vistazo a sus principales características, vemos que el terminal está equipado con un procesador de ocho núcleos y 6 GB de RAM, una pantalla a 120 Hz, la última versión de Android, una cuádruple cámara principal y una enorme batería. Sí, son características muy comunes en los smartphones de gama media —ya sabemos lo aburridos que pueden ser los móviles—, pero Samsung ofrece algunas prestaciones un tanto diferenciales que, de hecho, repaso a lo largo del análisis.
No obstante, hay un aspecto que es necesario tener en cuenta antes, incluso, de conocer qué tal es su pantalla, cómo rinde en diseño o si sus cámaras ofrecen buenos resultados. Se trata del precio. El Galaxy A 53 sale a la venta por 450 euros en su versión de 6 GB de RAM y 128 GB de memoria interna. Por este coste, no puedo evitar pensar que hay smartphones de Xiaomi (como el Poco X3 Pro) o de Realme (el Realme GT, por ejemplo) que son incluso más baratos y con especificaciones similares o superiores.
Ahora bien, ¿hay algún área en este smartphone de Samsung que justifique su precio o que invite a decantarse por esta opción frente a cualquier otro smartphone? ¿O es mejor dejar de lado este modelo y comparte un Xiaomi?
Diseño y pantalla: cuestión de colores
Samsung parece enfocar este Galaxy A53 al público joven, y prueba de ello es su aspecto. El smartphone cuenta con un diseño continuista respecto al Galaxy A52, con bordes ligeramente redondeados, una pantalla sin apenas marcos y con una cámara para selfies en la zona superior, y una trasera de policarbonato con un gran módulo fotográfico.
Precisamente, lo que más me gusta del diseño del Samsung Galaxy A53 está en su parte posterior, y son los muy acertados tonos pastel que la compañía ha incluido en las diferentes variantes. El modelo que hemos recibido en Hipertextual para realizar este análisis es el azul, color que también está presente en su antecesor. Es un tono muy llamativo, que inevitablemente te hace voltear el terminal para verlo con más detalle y que te obliga, además, a llevarlo sin funda o, como mucho, con una carcasa transparente.
El azul de la trasera, por otro lado, combina muy bien con esos marcos —también de policarbonato— en un tono brillante. Mención especial al tono anaranjado en el que también está disponible. De nuevo, muy acertado.
El frontal, como he comentado, apenas tiene marcos, por lo que su pantalla de 6,5 pulgadas es la protagonista. Se trata de un panel Super AMOLED con resolución Full HD+ y una tasa de refresco de 120 Hz, una actualización más elevada que la que encontramos en su antecesor. La tasa, además, es adaptativa. Es decir, dependiendo de algunos factores, como el contenido que se muestra en pantalla o el nivel de la batería, el sistema es capaz de variar esa frecuencia de forma automática.
Más allá de las especificaciones, la pantalla del Galaxy A53 es muy buena. No llega al nivel de, por ejemplo, el Samsung Galaxy S21 FE, pero sí cumple a nivel de detalle, nitidez e interpretación de los colores, los cuales, en mi opinión, son excelentes. Su brillo, de unos 800 nits, también es suficiente para poder visualizar contenido a plena luz del día.
¿Qué tal es el Samsung Galaxy A53 en cuanto a rendimiento y autonomía?
Respecto al rendimiento, el Samsung Galaxy A53 está equipado con un procesador Exynos 1280 y está acompañado con 6 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento interno. Es una configuración convincente, sobre todo cuando realizamos tareas del día a día, como navegación por redes sociales, juegos puntuales, etc. En tareas más exigentes también rinde bien, aunque es común ver un poco de ralentizaciones causadas, probablemente, por una mala optimización del software, pero nada preocupante.
Software que, por cierto, cuenta con la última versión de Android disponible: Android 12, así como la capa de personalización más reciente del fabricante: One UI 4.1. En mi opinión, es una interfaz bonita y muy intuitiva. Ofrece, además, diferentes de opciones de personalización y permite al usuario escoger qué apps quiere instalar o no en el smartphone, lo que evita el tedioso bloatware que comúnmente vemos en los móviles de gama media.
Otro detalle muy importante de software es el largo periodo de actualizaciones que la compañía surcoreana ofrece. En concreto, hasta cuatro actualizaciones del sistema operativo. Es decir, si actualmente el Samsung Galaxy A53 cuenta con Android 12, podrá recibir hasta Android 16. Una excelente noticia si tenemos en cuenta que estos smartphones apenas llegan a los dos años de actualizaciones.
¿Qué hay de la batería? La del Galaxy A53 es de 5.000 mAh, capacidad que permite disfrutar del smartphone durante todo el día sin ningún tipo de preocupación y con un uso muy intensivo. Si se ajustas algunos parámetros o el uso es más moderado, es probable obtener un día y medio sin problemas. Punto negativo, eso sí, para la carga. No por su velocidad (25w), sino porque el smartphone no incluye cargador en la caja. Si bien es cierto que muchos smartphones incorporan este adaptador, la mayoría de móviles de gama media de otros fabricantes sí lo incluyen.
Así son sus cámaras
Samsung no ha escatimado en cámaras en el Galaxy A53. Este modelo cuenta con una cuádruple lente principal con una configuración muy estándar en la gama media. Es la siguiente.
- Sensor primario de 64 megapíxeles con apertura f/1,8.
- Cámara ultra gran angular de 123º, resolución 13 megapíxeles y apertura f/2,2.
- Sensor de profunidad de campo de 5 megapíxeles con apertura f/2.4 para fotografías con modo retrato o efecto bohek.
- Sensor macro de 5 megapíxeles con apertura f/2.4 para fotografías a corta distancia.
Lo cierto es que, en cuanto a resultados, la cámara principal del Galaxy A53 rinde bastante bien. A nivel de detalle convence. También en cuanto a nitidez y colores, aunque en algunos casos muy saturados para mi gusto, sobre todo aquellos naturales, como los verdes de los árboles. Un detalle que me ha gustado mucho de la cámara es que controla muy bien la exposición cuando hay buena iluminación. Consigue capturar el elemento principal de la imagen sin sobreexponer los colores de los cielos o aquellas áreas más iluminadas.
En interiores mantiene estos buenos resultados, aunque con un poco más de ruido y una perdida de detalle algo considerable, pero no alarmante. Sucede lo mismo en condiciones con poca luz, como en escenas nocturnas. Aquellas zonas iluminadas captura un buen color y un detalle correcto, pero en las zonas más oscuras se nota un poco la pérdida de calidad. Por suerte, es algo que el modo noche puede corregir en muchos escenarios.
Respecto a la cámara ultra gran angular, los resultados son notables, pero sin ser sobresalientes. Es decir, mantiene un procesado similar al que vemos en la lente principal, con esos colores tan característicos de las cámaras de los móviles Samsung, pero con menos detalle. Es algo habitual en este tipo de lentes. Las cámaras de apoyo, ambas de 5 megapíxeles y dedicadas a la fotografía en modo retrato y macro, son bastante resultados. En mi opinión, eso sí, dos sensores que ofrecen muy poco uso.
El Samsung Galaxy A53 tiene un problema: su precio
Los resultados en sus diferentes áreas lo demuestran: el Samsung Galaxy A53 es un muy buen smartphone. Ofrece un equilibrio en todas sus prestaciones, más allá de los pequeños puntos negativos que encontramos, por ejemplo, en el apartado de la batería o en las cámaras. De hecho, me atrevería a decir que es uno de los mejores smartphones de gama media que podemos encontrar actualmente. Si no fuese, eso sí, por su precio.
448,99 euros es demasiado para un móvil de estas características. Cumple en todos sus apartados, sí, pero no por este precio. Sobre todo, teniendo en cuenta que smartphones con especificaciones que incluso son superiores (mejor procesador, mayor carga rápida, una configuración de cámara más potente...), se pueden adquirir a un menor coste. Un ejemplo es el Poco X3 Pro (399 euros en Amazon) o el Realme GT (unos 380 euros). De hecho, por 80 euros más es posible adquirir el Galaxy S21 FE, que supera al Galaxy A53 en rendimiento, pantalla y cámara.
Teniendo en cuenta su competencia, el Galaxy A53 no resulta una buena alternativa. Al menos, no con este precio. Y ni siquiera por esos extras que ofrece, como la certificación IP67. Una rebaja considerable que lo sitúe entorno a los 300 euros permitiría convertirse no solo en una opción a tener en cuenta, si no en la elección definitiva. No es algo imposible. De hecho, el Galaxy S21 FE, cuyo precio de salida fue de 759 euros, ahora se puede adquirir por unos 530 euros, y apenas lleva unos meses en el mercado.
Por lo tanto, si tu presupuesto es de unos 500 euros y has pensado en el Galaxy A53 como una opción candidata, mejor cómprate un Xiaomi. Si has encontrado una oferta interesante de este smartphone, ya sea a través de un distribuidor o mediante tu operador, y has accedido a esta review para ver cómo se comporta en sus diferentes apartados y comprobar si realmente merece la pena antes de adquirirlo: adelante, el Galaxy A53 es un móvil muy equilibrado.