Tras el destierro de Plutón de la lista de planetas del sistema solar, Neptuno pasó a ser el último, el más lejano del Sol. Como tal, se espera que tenga una temperatura muy fría. Así ha sido en las mediciones realizadas hasta el momento. No obstante, según un estudio dirigido por científicos de la Universidad de Leicester y publicado en Planetary Science Journal, esa temperatura podría ser bastante más fría de lo que pensábamos.

Eso sí, este hallazgo no vale para todo el planeta. Y es que los autores de esta investigación se sorprendieron al comprobar otro cambio totalmente opuesto en el polo sur de Neptuno. Si bien en el resto del planeta las temperaturas fueron mucho más bajas de lo esperado, este punto concreto había experimentado en los últimos años un calentamiento dramático.

De momento las causas no están claras. En Neptuno no hay seres humanos labrando poco a poco un cambio climático como el que estamos provocando en la Tierra. Lógicamente, los motivos deben ser otros. El siguiente punto de esta investigación será intentar comprenderlos. Y para eso cuentan con el telescopio espacial James Webb, cuya lista de tareas incluye poner la vista sobre Urano y Neptuno para finales de este año. 

El misterioso enfriamiento de Neptuno

Los datos de la investigación que se acaba de publicar sobre Neptuno se recogieron desde varios telescopios ubicados en distintos observatorios: el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO), el telescopio Gemini South en Chile, los telescopios Subaru, Keck y Gemini North, todos en Hawái, y el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA.

Todo empezó en 2003 y se estuvieron tomando imágenes térmicas de Neptuno hasta 2018, por lo que fueron 15 años de observaciones. Casi dos décadas en las que se esperaba una evolución de las temperaturas que, en realidad, no tuvo lugar, pues la temperatura de la atmósfera justo por debajo de su capa meteorológica activa disminuyó aproximadamente 8ºC en ese periodo.

La temperatura disminuyó 8ºC entre 2003 y 2018

Podría esperarse algo así en el equivalente a nuestro invierno, pero lo cierto es que en realidad las medidas se tomaron en lo que se conoce como su verano austral temprano. ¿Pero cómo va a ser eso si fueron varios años? Lo lógico sería esperar que hubiese pasado por varios invierno y varios veranos. Muchos años completos. Pero no estamos hablando de la Tierra, sino de Neptuno, y ahí las estaciones se suceden de otra forma.

Las estaciones más allá de la Tierra

Neptuno, como la Tierra, tiene una inclinación axial, por lo que también experimenta estaciones. Sin embargo, al estar tan lejos del Sol, tarda mucho más en dar una vuelta completa a su alrededor. Concretamente, necesita el equivalente a 165 años terrestres para completar una órbita, por lo que cada estación dura más de 40 años. 

Por lo tanto, los datos tomados podrían ser algo así como si en la Tierra tomamos las temperaturas medias a lo largo del mes de julio. No se esperan grandes cambios y, sobre todo, no se espera que vayan en descenso. Así lo ha explicado en un comunicado el autor principal del estudio, Michael Roman:

“Este cambio fue inesperado. Dado que hemos estado observando Neptuno durante su verano austral temprano, esperaríamos que las temperaturas se vuelvan lentamente más cálidas, no más frías”.

Michael Roman, autor principal del estudio
NASA

Datos sorprendentes en el polo sur de Neptuno

Por si todo esto no fuese suficientemente extraño, estos científicos observaron también algo sorprendente en el polo sur de Neptuno

Y es que cuando tomaron datos dos años más tarde, entre 2018 y 2020, vieron que justo en esa zona del planeta las temperaturas sí que aumentaron. De hecho, lo hicieron dramáticamente, hasta 11ºC

La temperatura en el polo sur aumentó hasta 11ºC en dos años terrestres

No es la primera vez que se toman datos sobre las temperaturas de Neptuno y nunca se había detectado algo así. Algo pasa, pero los investigadores no tienen claro de qué se trata. Podría deberse a cambios en la composición química de la atmósfera del planeta o estar más bien relacionado con el último ciclo solar.

Lógicamente, los ciclos solares, marcados por las manchas solares y los patrones de actividad del astro rey, son los mismos para el resto de planetas del sistema solar. Dura unos 11 años y afecta a los distintos planetas de formas diferentes. En Neptuno se han observado anteriormente modificaciones en su brillo. Ahora, tras este nuevo hallazgo, se cree que, más allá de la estación, el punto del ciclo solar en el que se tomen las mediciones puede afectar a la temperatura. 

Nueva misión para el James Webb

Últimamente, todos los grandes descubrimientos de la astrofísica terminan con un: “Se espera que el James Webb pueda contestar a las preguntas que surgen en esta investigación”.

Este curioso hallazgo sobre las temperaturas de Neptuno no iba a ser menos. El telescopio espacial James Webb cuenta con un Instrumento de Infrarrojo Medio (MIRI) que contiene una cámara y un espectrógrafo que detecta la luz en la región infrarroja del espectro electromagnético.

Con él, los autores de esta última investigación esperan obtener nueva información sobre la composición química y las temperaturas de Neptuno y, con ella, encontrar las piezas que faltan en este rompecabezas que han empezado a construir. Tienen las evidencias, pero les faltan los motivos. Y si hay alguien que debería poder conseguirlos, ese es el James Webb.  Eso sí, hasta que lo consiga, quedémonos con que, quizás, Neptuno es todavía más frío de lo que pensábamos.