Calma. Seguro que te has llevado un buen susto con este titular, y no es para menos. Antes de que procedas a arrojar por la borda todas las pizzas Buitoni que tienes en el congelador, debes conocer ciertos detalles de este reciente caso de intoxicación alimentaria que ha tenido, desgraciadamente, fatales consecuencias.

En primer lugar, este caso de intoxicación alimentaria únicamente afecta a una línea concreta de productos de la marca Buitoni llamada “Fraich Up”. Además, según parece, solo ha sucedido en territorio francés, por lo que otros países no deben temer por consumir las pizzas y los productos de esta marca. Es habitual que cuando suceden estos casos desconfiemos abrumadoramente de la marca, en este caso de las pizzas Buitoni. Pero la realidad es que no hay motivos para preocuparse por el resto de sus productos, y mucho menos en otros países como España donde no se han detectado lotes implicados en la intoxicación. Una vez aclarado esto, veamos qué ha pasado en Francia exactamente.

Las autoridades francesas informaron del incremento de casos de una enfermedad conocida como síndrome urémico hemolítico (SUH), contando con una estimación de 75 personas afectadas hasta la fecha. Las edades comprendidas se sitúan por debajo de los 18 años, lo que otorga tintes todavía más preocupantes a la situación. De todos ellos se ha tenido que lamentar el fallecimiento de dos niños de unos 7 años de edad.

Según las investigaciones, la culpa ha recaído en unas pizzas congeladas de la marca Buitoni, comercializadas en junio de 2021. El hecho de que sean pizzas congeladas agrava la preocupación sobre este caso, ya que los productos tienen una larga fecha de duración. Ahí radica un peligro añadido: todavía podrían permanecer en el congelador de algún hogar francés, a pesar de que las autoridades del país ya han retirado los productos del mercado tras detectar el problema.

¿Qué es el síndrome urémico hemolítico?

pizza buitoni
Inna Podolska (Unsplash)

El síndrome urémico hemolítico es una grave enfermedad que cursa habitualmente con dolores punzantes de barriga y diarrea sanguinolenta. Este trastorno está asociado a la ingesta de bacterias Escherichia coli, pertenecientes a la cepa concreta O157:H7, que produce una potente toxina: la toxina Shiga. Además, puede afectar mayormente a personas con un sistema inmunológico debilitado o aquellas que son más sensibles: niños, ancianos y embarazadas. Por desgracia, hemos podido comprobar que esto es totalmente cierto: la mayoría de los afectados son niños, y también los fallecidos.

Escherichia coli productora de toxina Shiga es una cepa bacteriana que nos intoxica desde dentro

Bien es cierto que la mayoría de cepas de Escherichia coli son totalmente inofensivas para el ser humano. Pero, por desgracia, Escherichia coli O157:H7 es una de las cepas más peligrosas que existen. La razón de su presencia en las pizzas Buitoni es incierta por el momento, pero todo parece apuntar a una mala gestión de la higiene en la fábrica productoras de estos alimentos: mala refrigeración, ineficientes controles microbianos y, en definitiva, un fallo rotundo de los sistemas de seguridad alimentaria de la empresa. Esto jamás debería haber sucedido, ya que hay protocolos en la industria alimentaria para evitarlo.

Escherichia coli productora de toxina Shiga es una cepa bacteriana que nos intoxica desde dentro. Es decir, si la bacteria llega viva a nuestro organismo se pone como loca a producir toxina Shiga, y después desarrollaremos el síndrome urémico hemolítico. No sucede así con otros patógenos habituales, cuyo modus operandi consiste en generar toxinas resistentes al calor en el alimento y hacer que nos las comamos después. Como el calor no se carga las toxinas, pues estamos bien jodidos y nos intoxicamos. Sin embargo, este caso es bien diferente: la peligrosa cepa de Escherichia coli nos provoca el mal por sí misma, sin secuaces de por medio.

El calor destruye a Escherichia coli

Lo raro del asunto es que esta bacteria se destruye a unos 70ºC de temperatura. Y, como bien sabrás, las pizzas en el horno alcanzan presumiblemente temperaturas mucho mayores. Claro que, esto sucede si hemos cocinado correctamente las pizzas según indica el envase. Por otro lado, no debemos confundir la temperatura del horno —que puede ser de unos 200-250ºC en la cocción de una pizza— con los grados que realmente alcancen dicho alimento. Por ello es muy importante que cocinemos los alimentos completamente, hasta que la temperatura alcance el centro del alimento. Tiene pinta de que estas pizzas Buitoni no fueron cocinadas a la temperatura adecuada en casa de los intoxicados.

Tiene pinta de que las pizzas no fueron cocinadas a la temperatura adecuada en casa de los intoxicados

¿Realmente todos los intoxicados comieron la pizza poco hecha? Es una situación bastante extraña. Por supuesto, esto no quiere decir que los consumidores hayan sido los culpables de la intoxicación ni mucho menos. La empresa suministradora de alimentos (en este caso, Buitoni) debe ser la responsable de ofrecer productos seguros para los consumidores bajo cualquier circunstancia. Es una premisa básica de la industria alimentaria. Lamentablemente parece que no ha sido así: todo apunta a que las pizzas Buitoni venían contaminadas desde la fábrica.

A pesar de todo, no debemos tener miedo a lo que comemos

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Vitalii Chernopyskyi, Unsplash

Las intoxicaciones alimentarias están a la orden del día en nuestro entorno, por desgracia. En la mayoría de ocasiones estas cursan sin muchos quebraderos de cabeza, con síntomas como diarrea, vómitos y malestar general. Sin embargo, algunas veces pueden tener consecuencias fatales, como ya os hemos contado en anteriores textos. Como hemos visto, ha vuelto a suceder en Francia hace unos días por este lamentable caso de intoxicación alimentaria a causa de pizzas Buitoni. Este fracaso de la seguridad alimentaria ha despertado todas las alertas en los consumidores, como es lógico. Todos nos preguntamos cómo es posible que desde una empresa de alimentación sucedan estas cosas.

Son excepciones que confirman la regla, al contrario de lo que podríamos pensar: el sistema de control de alimentos es seguro en líneas generales


A pesar de que las noticias con las pizzas Buitoni resulten aterradoras, no deben ser motivo de desconfianza en las autoridades sanitarias que velan por el adecuado estado de nuestra comida. En la Unión Europea, por suerte, contamos con una de las mejores seguridades alimentarias del mundo. Buena prueba de ello es que a diario se detectan multitud de problemas relacionados con fallos en el etiquetado alimentario, ausencia de determinados alérgenos y también, en raras ocasiones, problemas relacionados con la presencia de patógenos en un alimento elaborado industrial.

Son excepciones que confirman la regla, al contrario de lo que podríamos pensar: el sistema de control de alimentos es seguro en líneas generales. El problema es que las noticias relacionadas con muertes siempre corren como la pólvora, y hacen mucho más ruido que el resto. Mucho más si cabe en este caso, donde hemos tenido que lamentar el fallecimiento de dos menores. Es entendible, y no debemos quitarle peso a la situación: es muy grave que mueran dos niños por comer pizzas industriales. Sin embargo, no debemos dejarnos llevar por el pánico: nuestra comida sigue siendo segura en términos globales.