Un equipo internacional de científicos liderado desde España ha presentado recientemente los datos de un tratamiento contra el cáncer de mama que supone una ola de esperanza en los tiempos tan grises que vivimos. Se trata de Trastuzumab deruxtecan, una combinación de un fármaco dirigido y un medicamento de quimioterapia. Los resultados han sido tan buenos que el porcentaje de supervivencia libre de progresión de la enfermedad ha ascendido de un 34,1% con una combinación anterior a un 75,8% con esta.

Ese porcentaje anterior mucho más bajo se ha estado obteniendo hasta ahora con una mezcla del mismo fármaco dirigido, pero un quimioterapéutico distinto: el emtansine. Se consideraba una buena elección dentro de las posibilidades existentes contra el cáncer HER2-positivo, uno de los tumores metastásicos de mama más agresivos. Pero esta nueva combinación, analizada en el ensayo clínico DESTINY Breast03 y presentada en un estudio en The New England Journal of Medicine, parece mucho más eficaz.

Lógicamente, será necesario seguir a estas pacientes con cáncer de mama durante más tiempo, para asegurar que todo evoluciona bien. No obstante, los resultados de los que disponemos ahora mismo lanzan muchos motivos para el optimismo. Y nunca viene mal aferrarse a él. 

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Decenas de miles de casos de cáncer de mama al año

Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, en 2020 se diagnosticaron en España 32.953 nuevos casos de cáncer de mama. En base al Observatorio de la Asociación Española contra el Cáncer, en 2021 fueron 34.333. 1 de cada 8 mujeres en nuestro país tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida.

Afortunadamente, es uno de los tumores con mejor pronóstico si se diagnostica a tiempo. De hecho, la supervivencia en el estadio I es de más del 98%, mientras que en el IV desciende al 24%. Por eso son tan importantes los cribados mediante mamografías. No obstante, los tumores más agresivos, como el HER2-positivo, resultan mucho más graves.

La supervivencia en el estadio I es de más del 98%

En estos casos, más allá de la cirugía, es importante disponer de un tratamiento eficaz. Como para el resto de tumores, la quimioterapia es la mejor arma de la que disponemos. El problema es que puede generar efectos secundarios bastante importantes, por afectar también a las células sanas. Además, si su eficacia se disemina no es tan útil como al aplicar el medicamento solo donde se necesita. Por eso es tan útil realizar combinaciones de fármacos como la que se describe en este estudio, cuyo primer autor es Javier Cortés, director del International Breast Cancer Center (IBCC) de Barcelona. ¿Pero qué es lo que hace este tratamiento exactamente?

El tratamiento que se comporta como un caballo de Troya

Este tratamiento consta de dos piezas: Trastuzumab y Deruxtecan. El primero es un anticuerpo, que se une específicamente al receptor HER2, presente en estos tumores. Una vez que llega allí, las células tumorales lo internalizan, de modo que pueda liberarse el segundo fármaco, que es un quimioterapéutico.

Esto, en palabras de los propios científicos que lo han investigado, es prácticamente el funcionamiento de un caballo de Troya. Las células le abren literalmente las puertas al medicamento de quimioterapia que acabará con ellas. 

En el 16% de las participantes del ensayo clínico la enfermedad no solo dejó de progresar tras un año, sino que desapareció totalmente

El uso de este tratamiento contra el cáncer de mama en realidad no es algo nuevo. De hecho, en España ya estaba aprobado para casos graves con metástasis, en los que se han probado ya previamente otras dos terapias dirigidas a HER2. No obstante, con los resultados de la fase III de este ensayo clínico se espera que se acepte también para tumores localizados, sin metástasis.

Y no es  para menos, pues han sido resultados muy positivos. No solo por ese ascenso del 34,1% al 75,8%. También porque, tras un año de seguimiento, el 94,1% de las pacientes seguían vivas. Esto, con la otra combinación analizada, supone un porcentaje menor, del 85,9%. Además, en el 16% de las participantes del ensayo clínico la enfermedad no solo dejó de progresar tras un año, sino que desapareció totalmente. Con la combinación anterior de fármacos solo desapareció en un 8,7%. 

Según declaraciones de Javier Cortés a El País, el resultado de este estudio indica que “nos vamos acercando a la ansiada cronificación de la enfermedad metastásica”. Esto quiere decir que quizás no se pueda curar del todo, pero puede que sí se logre que las personas afectadas puedan convivir con la enfermedad. Algo así como lo que ha pasado con el VIH, que ha pasado de ser un virus extremadamente mortal a que las personas infectadas puedan tener una vida prácticamente normal. 

No se deben lanzar demasiadas campanas al vuelo hasta disponer de datos en un periodo de tiempo más largo. Pero al menos tras un año parece que los resultados son muchísimo mejores que con otro tratamiento usado más ampliamente para tratar el cáncer de mama. Sí, hay motivos para el optimismo.