Ataque a los titanes se ha caracterizado por el balance entre la acción y los momentos para construir personajes o contextos. Desde la primera temporada hasta la actual, Shingeki no Kyojin es reconocida por no soltar toda la carne sobre el asador de entrada. Cuando parece que el relato se estanca, la norma es que haya una sorpresa que vuelve a poner de pie a quienes siguen la adaptación del manga. Es lo que pasó con “Retrospectiva”, el penúltimo capítulo de este anime.
Esa característica hace que sea complejo tipificar este relato. ¿Es un shonen tradicional? ¿Es una narración aún más madura? Ambas respuestas no pueden ser simples, cerradas. Mientras el shonen suele tener un ritmo trepidante, en demérito de la construcción de personajes o de diálogos sopesados, la adaptación de Ataque a los titanes sí ofrece estos momentos. ¿Por qué son importantes? Permiten que las escenas de combate y otras circunstancias tengan otra dimensión, una aún más potente.
Luego de varios capítulos detallando una parte del plan para intentar detener a Eren Jaeger, limando las asperezas entre distintos grupos enfrentados hasta el comienzo de la serie y que ahora son aliados, “Retrospectiva” mostró el conflicto entre las partes, antiguos compañeros de equipo matándose unos a otros por distintos ideales. Lo hizo apoyándose en uno de los recursos que más le conviene a la historia, el uso del equipo de maniobras para volar y cortar seres con precisión y espectacularidad. Durante ese tipo de momentos, mucho de lo hablado antes, de los gestos, circunstancias y situaciones que en apariencia no iban a trascender, adquieren otro tipo de significado para el espectador.
Ataque a los titanes: el rol de Mikasa
Durante la segunda parte de la temporada final de Ataque a los titanes, Mikasa ha sido uno de los personajes más controversiales. A través de simbolismos, como aquellos relacionados con la bufanda, y otros gestos, el personaje ha sufrido de forma progresiva una transformación. Aquella niña segura se volvió una mujer repleta de dudas, ocasionadas por Eren Jaeger, hasta este capítulo.
No todas las preguntas en relación con ella han sido despejadas. Queda una. Pero su performance, tan espectacular como sangriento, hizo recordar a aquella que fue y dice sobre parte de su compromiso con la misión que están desarrollando. Mikasa está en un punto del relato en el que no se puede permitir dudar, en el que cada paso es un punto de certeza para encarar su mayor reto: intentar matar a Eren Jaeger, aquel que fue su idilio.
Como si se tratara de un spoiler constante, Annie, cuestionando a Mikasa sobre si podrá o no matar a Eren, sobre si no dudara, le aporta al espectador alguna idea sobre el final de Shingeki no Kyojin. La poética que tendría un momento en el que ella esté deteniéndolo parece todo menos aburrida y carente de sentido; por el contrario, se trataría del cierre de un arco marcado por el dolor y el sufrimiento.
Annie, Reiner y el héroe inesperado
Si en la vida no hay roles absolutos, tampoco los hay dentro de Ataque a los titanes. Aquellos primeros enviados para destruir la Isla Paradis y secuestrar a Eren por primera vez, ahora son quienes intentan salvar a la humanidad de la meta del Titán Fundador. Quienes los atacan ya no lo hacen con hojillas sino con misiles; el miedo es un recuerdo desplazado por la valentía, la rabia, y la fuerza de una idea.
Poco a poco, el Titán Acorazado y el Titán Hembra, esos que sometían a una población entera, se muestran vulnerables. Es la manera como el relato cuenta al espectador que parte de ese mundo va quedando atrás, que la humanidad, aún violenta y necesitada de conflicto, va sobreponiéndose a ese poder, a esa tradición. Sin embargo, algo de ella perdura en estos titanes y en Falco tomando parte activa del conflicto al transformarse por primera vez en el Titán Mandíbula. El niño que transmitía más inseguridad ha resultado ser el que mayor sentido de contexto tiene.
Sin ellos, el escape en el barco no habría sido posible; tampoco sin la influencia de Theo Magath. Otro círculo narrativo que se cierra de manera incuestionable. El general de Marley concluyó su transformación en el héroe que aspiraba a encontrar, inmolándose con un buque armado que habría dado caza al otro. Como los buenos héroes, Magath no necesitó de un poder específico para alcanzar ese reconocimiento. Le bastó un poco de sentido común y calma para hacer lo que era necesario en el momento adecuado. Un cierre justo a uno de los mejores capítulos de este anime.