The Batman tiene algunas diferencias y puntos en común con otras entregas del hombre murciélago. Pero lo que no cambia es que, como buen millonario, Bruce Wayne dispone de multitud de truquitos que le hacen sus tareas de superhéroe mucho más sencillas. En esta película se unen a su arsenal unas lentillas con cámara que le permiten grabar todo lo que ve con sus ojos. Está claro que es solo una película, pero lo cierto es que en la vida real hay inventos similares a este. Varias compañías, como Google, Samsung o Sony han patentado ya las suyas. Sin embargo, su uso sigue sin extenderse.

Cabe pensar que sea por motivos económicos. Está claro que no todos somos Batman. Pero también podría ser por razones más bien técnicas. No debemos olvidar que unas lentillas con cámara deben ser aparentemente como unas lentes de contacto, pero incluir toda la electrónica de una cámara. Las cámaras hoy en día pueden hacerse muy pequeñas, ¿pero tanto?

Además, es importante tener en cuenta que, aun sin fabricarse con un objetivo médico, para poder introducirlas en el ojo de un ser humano deben pasar una serie de controles sanitarios. No es fácil llevar las lentillas con cámara de Batman a la realidad. ¿Pero quién sabe? Quizás estemos cada vez más cerca.

Lentillas con cámara, de The Batman a las grandes compañías tecnológicas

En la película vemos tanto a Batman como a Catwoman usar las lentillas con cámara para grabar situaciones que no contaremos para no hacer spoiler.

Se ven aparentemente como unas lentillas normales. Sin embargo, en un ordenador en la Batcueva puede verse a tiempo real lo que están grabando. En realidad este tipo de dispositivos han sido una idea recurrente, tanto de la ficción como de la vida real. Ya no solo por poder usarse para espiar o almacenar vivencias. También por cómo podrían ayudar a las personas invidentes, por ejemplo.

Algunos de los diseños patentados pueden hacer una foto con solo un parpadeo

Sus aplicaciones son –o serían– inmensas, por eso tantas compañías se han interesado en ellas. Google fue una de las primeras en lanzar su propuesta de lentillas con cámara. Fue en 2014 cuando el gigante tecnológico anunció que había inventado unas lentes de contacto que incluían un pequeño sensor de cámara CMOS justo debajo de la pupila, para que no entorpeciera la visión. Además, incluía un circuito de control y una fuente de energía aún por determinar. Esta fue la que Google reconoció como su principal limitación. Las lentillas con cámara son demasiado pequeñas para poder incluir una batería, por lo que habría que recurrir a métodos inalámbricos, pero al colocarse en un órgano tan sensible como el ojo esto podría complicar un poco la optimización del dispositivo.

Dos años después llegó el turno de las lentillas con cámara de Samsung. Fue la oficina de Corea del Sur la que entregó a la compañía la patente de un dispositivo consistente básicamente en lo mismo que las que usa Batman: lentes de contacto con cámara, pantalla y hasta una antena y varios sensores. Estos últimos servirían para detectar los movimientos del ojo, con los que el usuario podría activar diferentes funciones del dispositivo. Por ejemplo, al parpadear se podría tomar una foto de la escena que se está observando. 

Parecía que había nacido la fiebre de las lentillas con cámara, por lo que a estas dos empresas no tardó en unirse una tercera: Sony. De hecho, fue muy poco después, también en 2016, cuando anunciaron su patente. En su caso, se incluía un sensor que diferenciaba un parpadeo consciente de otro inconsciente para poder activar las funciones de la cámara. Concretamente, se señalaba que se consideraría consciente aquel que excediera los 0,5 segundos.

Para ello, se usarían materiales piezoeléctricos, que transforman la energía asociada al movimiento en electricidad. Aquí también daban una solución para la fuente de energía, que procedería de la inducción electromagnética. Se reconocían algunas limitaciones, como qué ocurriría si se quieren descansar los ojos o si el usuario se queda dormido accidentalmente. Sin embargo, insisten en que podría ser viable. Mucho más que otro de los aparatitos de última generación de Batman.

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Limitaciones en la vida real

A día de hoy no podemos adquirir todavía ni las lentillas con cámara de Google, ni las de Samsung o Sony. Solo Batman tiene el honor de usarlas.

¿Cómo puede ser que aún no esté en el mercado si hace tantos años que se patentaron? Pues, para empezar, debemos recordar que no todo lo que se patenta es rentable o técnicamente viable para su uso. Simplemente se registra una idea, pero después habría que dar muchos pasos.

No todo lo que se patenta es rentable o técnicamente viable para su uso

Unos pasos que, según ha explicado a Hipertextual el doctor en óptica, optometría y visión Jorge A. Calvo Sanz, no son sencillos. Y es que, por mucha tecnología que se le introduzca, las lentillas con cámara no dejan de ser un producto sanitario y, como tal, deben regirse a unos estándares muy específicos. “Debe ser adaptada por un profesional de la salud, como un óptico-optometrista o un oftalmólogo”, recuerda el experto. “Además, antes de salir al mercado requieren de unos estudios y ensayos clínicos previos que justifiquen su uso, demostrando lo que puedan aportar respecto a tratamientos ya disponibles, con efectividad, seguridad y posibles complicaciones”. 

Si los mecanismos reguladores (DEKRA en Europa, FDA en EEUU) no conceden la aprobación pertinente, no se puede comercializar. Y eso es lo que podría haber pasado con las patentes de Google, Samsung y Sony. “Todo eso supone años de investigación y burocracia, así como costes económicos. Si no hay una oportunidad clara de negocio, las empresas no invierten en ello”.

Pero incluso dejando a un lado el tema de las autorizaciones, fabricar unas lentillas con cámara como las que usa Batman tiene varias limitaciones técnicas. En primer lugar, está el tema de su composición. “Una lente de contacto es una prótesis fabricada en un material biocompatible que entra en contacto con el epitelio corneal e interactúa con la lágrima y los párpados”, recuerda Calvo Sanz. “Por tanto, es necesario que mantenga unas cualidades físicas de biocompatibilidad, transmisión de oxígeno, humectabilidad y transmitancia óptica para cumplir su función”. Las hay más o menos rígidas, de diferentes materiales; pero, de un modo u otro, “una lente de contacto se mantiene pegada a la córnea por capilaridad con la lágrima, por lo que debe ser ligera”. 

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Además, “están sujetas a fuerzas de rozamiento con el párpado, por lo que en ocasiones puede ser necesario que lleven algún sistema de estabilización”. Y, para terminar, es lógico que “tienen que ser delgadas”. Todo esto está más que contemplado en la fabricación habitual de lentes de contacto. Sin embargo, a la hora de  usar materiales piezoeléctricos o modificarlas para incluir una cámara en su interior, podría ser más complicado mantener todas esas condiciones.

Por otro lado, están las dificultades técnicas a las que hizo referencia Google en su día. “Un dispositivo que permita la grabación de vídeo requiere como poco de un sistema óptico y un sensor, aparte de un sistema de almacenamiento de datos y energía”, relata el doctor en óptica. “Si bien el almacenamiento de datos y energía podría lograrse de forma inalámbrica, la óptica y sensor no podrían ser transparentes: algo transparente no interactúa con la luz, por lo que no podría ser sensible a ella y por tanto no grabaría imágenes”. Esto es algo que ya contempló Google y que se señaló que podría solventarse usando materiales del color del iris. No obstante, Calvo Sanz aclara que “si no fueran transparentes impedirían la visión a través de ellas, con lo que no tendrían utilidad como lentes de contacto”. 

Lentes de contacto biónicas, la ciencia ficción de la vida real

Aunque de momento no parece que las lentillas con cámara sean algo viable, sí que es cierto que en biónica se está logrando desarrollar lentes de contacto dignas de cualquier película de ciencia ficción. ¡O incluso de The Batman!

Hay de todo, desde lentillas capaces de detectar cambios alarmantes en los niveles de glucosa de pacientes diabéticos hasta otras que miden la presión intraocular. Incluso las hay que pueden liberar fármacos de forma controlada a través de cambios en la temperatura.

Hay lentillas capaces de detectar cambios alarmantes en los niveles de glucosa, medir la presión intraocular o liberar fármacos

Algunas cuentan con el apoyo de las mismas compañías tecnológicas que las lentillas con cámara. Por ejemplo, Google se encuentra detrás de unas de las que se desarrollaron para medir la glucosa. Generalmente todas estas se encuentran solo en investigación y tampoco hay un acceso amplio a ellas. No obstante, para Calvo Sanz esto puede ser viable antes que las lentillas con cámara. 

“En los últimos años han salido algunos artículos en revistas indexadas y revisadas por pares con los resultados y diseños, por lo que sí creo que en un futuro cercano podremos usar este tipo de dispositivos. ¿Por qué no se utilizan ya en el público general? Pues imagino que los costes serán un problema, además son productos sanitarios y requieren de aprobaciones de los sistemas sanitarios reguladores de cada área... etc”.

Jorge A. Calvo Sanz, doctor en óptica, optometría y visión

Tampoco están al alcance de nuestra mano aún. Ni siquiera al alcance de la oscura capa del mismísimo Batman. Pero todo se andará. Al fin y al cabo, parece que en la vida real ese futuro está mucho más cerca.