No importa si hablamos de Robert Pattinson, Christian Bale, Ben Affleck o Michael Keaton. Para muchos Bruce Wayne es todo un narcisista, lo interprete quien lo interprete. Quizás algunos actores hayan ahondado más en esa faceta de Batman, pero en general todos tienen algunos rasgos que cuadran con la descripción de este trastorno. Al fin y al cabo, así es el personaje de DC. O eso dicen. ¿Pero es esto realmente cierto?

Partamos de la base de que Bruce presenció cómo asesinaban a sus padres cuando era un niño. Esto le generaría un gran trauma infantil, que podría haber desembocado en ciertos rasgos narcisistas. De hecho, hay incluso un estudio que ahonda en esta faceta de su personalidad, señalando a Batman, más concreto al de la película de Lego, como un buen ejemplo para que los psiquiatras puedan estudiar el narcisismo. 

Sin embargo, el estudio detalla que para llegar a dicha conclusión se han basado en el psicoanálisis. Es cierto que a día de hoy sigue habiendo psicólogos y psiquiatras que usan estas técnicas, pero está más que demostrado que son una pseudociencia. Por motivos de lo más diversos. Veamos entonces, simplemente, qué es el narcisismo y si, con esos datos, podemos considerar que Batman sea un narcisista.

Las diferencias entre el narcisismo y el trastorno narcisista de la personalidad

Lo primero que debemos entender cuando hablamos de narcisismo es que este en realidad es un rasgo de personalidad que no tiene nada de patológico. Es más, en un artículo sobre este tema publicado en Psychcentral, se explica que es en cierto modo saludable. Al fin y al cabo, una pequeña dosis de narcisismo no le va mal a nuestra autoestima.

Y es que el narcisismo es simplemente eso: amor a uno mismo. De hecho, le debe su nombre a Narciso, un personaje de la mitología griega que se enamoró hasta tal punto de su imagen reflejada en el agua que al intentar besarla se ahogó. El propio Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, fue de las primeras personas en hacer referencia a este rasgo, que catalogó como narcisismo primario y secundario. El primario hacía referencia a cuando un niño invierte toda su energía en su propia satisfacción. Usando la terminología freudiana, catectiza la libido. En el secundario, comienza a externalizar esa satisfacción, buscando los objetos que le generan placer. Pero ya hemos visto que en el siglo XXI no deberíamos tomarnos muy en serio lo que dijo Freud sobre esto. Volvamos, por lo tanto, al rasgo de personalidad frente al trastorno de personalidad.

Narciso era un personaje de la mitología griega que se enamoró de su reflejo en el agua y murió ahogado al intentar besarlo

Alguien que se gusta a sí mismo no tiene ningún problema. Alguien como Batman, que cuida su imagen y disfruta del protagonismo, aunque sea ocultando su verdadera identidad, podría considerarse en cierto modo narcisista, sí. ¿Pero hasta el punto de tener un trastorno?

Según la Clínica Mayo,  el trastorno narcisista de la personalidad se define como “una afección mental en la que las personas tienen un sentido inflado de su propia importancia, una profunda necesidad de atención y admiración excesivas, relaciones problemáticas y una falta de empatía por los demás”.

Entre los síntomas más característicos de este trastorno están la necesidad de una admiración constante y excesiva, la exageración de sus logros y talentos, la creencia de que son superiores y solo pueden relacionarse con personas igualmente especiales, la monopolización de las conversaciones, el desprecio a las personas que consideran inferiores, la envidia, los comportamientos arrogantes y la insistencia en tener el mejor coche, la mejor casa, etc. No tienen que darse necesariamente todos esos rasgos, pero sí muchos de ellos.

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DC | Warner Bros.

¿Cómo catalogamos a Batman?

Sería raro pensar que Batman es una persona carente de empatía, teniendo en cuenta que pone en peligro su vida para luchar contra el mal. Aunque todo empieza como una venganza por la muerte de sus padres. Y, en cierto modo, esa lucha contra el mal le permite inflar su arrogancia.

También podríamos pensar que sí que se preocupa por los demás si observamos que a lo largo de los diferentes cómics y películas acoge a varios jóvenes bajo su tutela. Pero les convierte en Robin y pone sus vidas en peligro. Esto, de hecho, es uno de los rasgos que podrían considerarse un problema de salud mental, según describe la psicóloga Robin Rosenberg en su libro What's the Matter With Batman?: An Unauthorized Clinical Look Under the Mask of the Caped Crusader. No obstante, ella no hace referencia concretamente a un trastorno narcisista de la personalidad.

Toma a algunos jóvenes bajo su tutela, pero les convierte en Robin y pone sus vidas en peligro

Sí que es cierto que Batman disfruta del reconocimiento de sus logros. No lo hace como Bruce Wayne, pero sí como Batman y con eso le vale. También es arrogante y podría considerarse reacio a relacionarse con personas que no son como él. ¿Pero qué pasa por ejemplo con Alfred? A pesar de ser un simple mayordomo, le trata con mucho respeto. Aunque siempre manteniendo la jerarquía. Una jerarquía que se puede permitir gracias a su altísimo nivel adquisitivo, que no solo le permite financiarse su carrera de superhéroe. También el mejor coche, la mejor casa…

Ahora bien, en La Liga de la Justicia, por ejemplo, vemos cómo ayuda económicamente a la madre de Clark Kent, una simple granjera. ¿Lo hace como apoyo a Superman, por ser de los pocos seres a su altura? ¿Por disfrutar del reconocimiento de su beneficencia? ¿O porque sí que es un ser empático? Cada cuál que lo interpreto como quiera.

En definitiva, sí que podemos prácticamente asegurar que Batman es un narcisista. Y podríamos sospechar que tiene un trastorno narcisista de la personalidad, aunque hay matices que lo ponen en duda. Sin embargo, como bien explica también Rosenberg en un artículo para Psychology Today, no se puede saber todo a ciencia cierta porque no se le puede entrevistar. Un psicólogo o psiquiatra no puede hablar con él para estudiar su personalidad. Solo se pueden hacer acercamientos al personaje en base a lo que sabemos de él por los cómics y las películas. Y, así, obtener un diagnóstico aproximado, sin olvidar que no deja de ser un personaje de ficción y que estos artículos, en general, no son más que una simple curiosidad.

Pero lo que sí debemos tener claro es que, en la vida real, no es lo mismo ser un narcisista que tener un trastorno narcisista de la personalidad. Es algo de lo que a menudo nos olvidamos a la hora de describir a ciertas personas. Y es que todos tenemos un poco de Narciso en el interior. Lo importante es que no lleguemos al extremo de morir ahogados en nuestro reflejo.