Just Eat amplía su línea de negocio y entra en uno de los mercados más solicitados del momento: el reparto de compra a domicilio. Lo hace, además, de la mano de uno de los iconos en el sector desde hace algunos meses: Gorillas. La enseña delivery se abre, con este paso, a un sector altamente competido por muchos protagonistas. "Este sector está en los albores y aún tenemos tiempo para conquistar a los clientes", apunta Patrik Bergareche, managing director de Just Eat en España a Hipertextual.
La nueva línea de negocio, que ya está disponible en Madrid, Barcelona, Valencia y Alicante (y que pronto ampliarán a nuevas geografías), no difiere de la actividad que Glovo, Dija, Getir o el propio Gorillas ofrece a sus clientes directos. Productos de primera necesidad de todas las verticales que se integran en la propia aplicación de Just Eat.
Desde la propia compañía apuntan que el acuerdo con Gorillas es el primero de muchos que esperan que estén por llegar. Lo que no quiere decir que ya tengan sobre la mesa algún pacto más alguno de los líderes de la última milla y entregas inmediatas. Pero no cierran la puerta a que Just Eat se asocie a otros proveedores de riders. "Existe un ejercicio comercial a dos velocidades y lo más seguro es que en los próximos meses podamos anunciar nuevos socios", explica Bergareche.
Sin 'dark stores' para Just Eat
Just Eat lo tiene claro, al menos de momento: no quieren entrar en el negocio de las dark stores en España. Al igual que ocurre en el sector delivery, donde llevan operando durante 11 años, la compañía se posiciona como una simple pasarela. No tienen previsto entrar en el negocio de la restauración con las dark kitchen, pero tampoco en su versión para la compra a domicilio.
No descartan, eso sí, importar el modelo que ya vienen probando en Canadá como proyecto piloto. "Como grupo estamos muy dispuestos a probar modelos nuevos y estamos muy pendientes de lo que pase en Canadá", explica Bergareche. No obstante, no hay fecha ni previsión de competir en el ajustado negocio de las dark store en España.
De esta manera, Just Eat opta por un negocio en varias líneas. Por un lado, la asociación con Gorillas a través de sus propios riders. Por otro, acuerdos con establecimientos locales con los que Just Eat operará con sus propias flotas de repartidores y en los que rigen sus pactos comerciales.
Y decíamos que Just Eat no tiene sus propias dark store, pero sí que tendrá las de Gorillas. Su nuevo socio, conocido como el unicornio alemán en este sentido, ofrecerá toda su actividad a través de la aplicación de Just Eat. Diferenciado dentro de la propia aplicación de la compañía delivery, los precios de producto y gastos de envío serán los propios de Gorillas. Just Eat solo cobrará una comisión por intermediario.
No es una mala estrategia. Además del mantenimiento de los riders –más caros desde la entrada de la Ley Rider–, la gestión de las dark store se ha convertido en un quebradero de la cabeza para los players del sector. Estos establecimientos necesitan de muchas variables para triunfar. Un gran número de locales y una posición estratégica que en las grandes ciudades, a menudo, no son rentables. Con ciudades enormes, y si el servicio quiere superar el centro de las urbes, es necesario hacer una gran inversión en locales por todo el mapa. Just Eat opta, de momento, por los ya establecidos.
El segundo modelo, el de los acuerdos con establecimientos y reparto con sus riders, no es nuevo, ni mucho menos, en el mercado español: la asociación con mercados de proximidad, pequeños establecimientos de ultramarinos y supermercados. Según la compañía, unos 250 comercios de barrio entre Madrid y Barcelona. Ciudades en las que la entidad delivery tiene más presencia.
El modelo de Just Eat no es nuevo para el sector tech. Lola Market, propiedad de Glovo desde septiembre del año pasado, ya entró con fuerza en el mercado de la compra en grandes superficies. Carrefour Market, Alcampo, Sánchez Romero o Lidl formaban parte de su listas de selección. DeSuper hace lo propio con comercios similares. En cuanto a los mercados y comercios de proximidad, tampoco es una novedad. La división de cesta de la compra de Amazon Prime Now ya opera con algunos de los mercados más importantes de las capitales.
Los 'riders', la clave del sector
La cuestión rider es, hasta la fecha, uno de los mayores caballos de batalla del sector delivery. Ya sea para la compra diaria, de última milla y rápida o para el negocio de la restauración. Desde la inauguración de la Ley Rider en verano de 2021, y mucho antes en sus negociaciones, el sector de los repartos de la mano de las tecnológicas ha estado en píe de guerra. Una ley que no gusta a ninguna de las partes es la que rige la actividad en este momento. Meses después, la situación no ha mejorado demasiado.
Con un Glovo que mantiene su modelo de autónomos, el total del sector se encuentra en pie de guerra contra el unicornio español. Justo ayer, Uber Eats publicaba una carta en la que solicitaba a la cartera de Yolanda Díaz que tomase medidas contra Glovo. Según Uber, por la poca mano de obra rider que existe, se va la compañía que más facilidades otorga a sus riders. Just Eat, por su lado, siempre se ha mantenido de perfil en esta batalla. Con un modelo de externalización y algunos riders de contratación directa, Just Eat ha preferido no entrar en debates.
La asociación de Just Eat con Gorillas abre una nueva puerta a una contratación externalizada ya no solo del servicio, también de los riders. Con una compañía, además, que ha venido pisando fuerte en España. Una campaña de marketing que ha empapelado las grandes ciudades y un gran número de riders bajo su enseña que, además, controla el negocio de la última milla y las entregas rápidas. Supone, además, una nueva vía de monetización para un servicio que ya empezaba a adolecer de los estragos de una entrada fuerte y una caída que empezaba asomar con el fin de las promociones de captación de usuarios.