Intel construirá una nueva megafábrica de semiconductores en Magdeburgo, Alemania, como parte de su muy ambicioso plan de inversiones en Europa. La compañía estadounidense anunció que destinará 17 mil millones de euros para construir instalaciones de vanguardia en territorio teutón, y en simultáneo expandirá su inversión y presencia en otros países de la región.

Además de la nueva planta alemana, Intel abrirá un centro de diseño e investigación y desarrollo en Francia. Mientras que España, Irlanda, Italia y Polonia también se verán beneficiadas, pues parte de ese dinero servirá para ampliar su infraestructura dedicada a la fabricación de chips, a los servicios de fundición, y a la I+D.

En esta primera fase de su plan, la firma norteamericana se propone invertir más de 33 mil millones de euros. Es que al dinero destinado a la nueva megafábrica en Alemania se le sumará un desembolso de 12 mil millones de euros para ampliar sus instalaciones ya existentes en Leixlip, Irlanda. Y también se está negociando la posibilidad de abrir otra factoría en Italia, aunque se desconoce qué tan avanzado está ese proceso; de concretarse, se volcarían otros 4.500 millones de euros en el territorio europeo.

Vale destacar que todo esto forma parte del proyecto oficializado por Intel en septiembre del año pasado, y con el que pretende invertir 80 mil millones de euros a lo largo de esta década para fortalecer su presencia en Europa y cortar la dependencia con la cadena de suministros asiática. "Nuestras inversiones planificadas son un paso importante tanto para Intel como para Europa. Esta amplia iniciativa impulsará la innovación en I+D de Europa y llevará la fabricación de vanguardia a la región en beneficio de nuestros clientes y socios de todo el mundo", dijo Pat Gelsinger, el CEO de la empresa.

Intel da el primer paso en su proyecto europeo a largo plazo

Intel

Algo importante a considerar es que la inversión que realizará Intel en Europa no tendrá un impacto inmediato en la industria de los semiconductores. La megafábrica en Alemania consistirá de dos instalaciones que, de acuerdo con la empresa, serán las primeras en su tipo. Se espera que la construcción de las mismas se inicie en 2023, con miras a comenzar a producir allí en 2027; para ello esperan el visto bueno de la Comisión Europea.

En el caso del hub de diseño e investigación y desarrollo, la proyección es que esté en funcionamiento pleno en 2024. Mientras que la hipotética fábrica en Italia comenzaría a operar "entre 2025 y 2027", según la propia Intel.

Así, los estadounidenses no pretenden apaciguar la escasez de chips actual, pero sí buscará impedir nuevos episodios de este tipo en el futuro. Es una postura muy parecida a la que tomaron Sony y TSMC cuando se aliaron para instalar una nueva fábrica en Japón, que estará operativa a partir de fines de 2024.

En el caso de Intel también será interesante ver qué papel juega Tower Semiconductor en la concreción de este plan de inversiones millonarias. Recordemos que los dirigidos por Gelsinger recientemente desembolsaron 5 mil millones de dólares por la citada compañía israelí, que, si bien para muchos puede parecer ignota, tiene casi 30 años de experiencia en el sector.

¿Cuáles son los planes en España?

Como mencionamos en el comienzo del artículo, Intel también pretende profundizar su presencia en España. La compañía ratificó su alianza con el Centro Nacional de Supercomputación, y planean establecer nuevos laboratorios en conjunto en Barcelona. Así como en su momento han trabajado en el desarrollo de una arquitectura de exascala para superordenadores, ahora la mira está puesta en la zettaescala. Se espera que los resultados se vean "para la próxima década", según indicaron.