Esta es una situación real. A pocos minutos de empezar el evento Peek Performance de Apple, el ratón que uso para trabajar se quedó sin batería. Por suerte, no se transformó en un problema porque el MX Master 3 (de oferta en Amazon) tiene un puerto USB-C en un lugar apropiado, por lo que pude seguir usándolo mientras cargaba. Sin embargo, no pude evitar pensar en qué habría ocurrido si, en lugar de en la mesa de la oficina, donde tengo el periférico de Logitech, hubiese estado en casa con el Magic Mouse que tengo en mi escritorio.

El Magic Mouse actual, recordemos, se recarga mediante un puerto Lightning ubicado en la parte inferior del mismo. Es decir: todo mal. En primer lugar, tiene un puerto propietario que, aunque no sea precisamente desconocido gracias al iPhone, va en contra de toda la industria e incluso de los propios ordenadores de Apple, que hace años viraron hacia el USB-C. Y, en segundo lugar, si necesitas recargar el ratón de urgencia, tienes que ponerlo boca arriba para acceder al puerto, lo que implica no poder usarlo durante unos minutos.

He de matizar que ninguno de estos dos problemas representa un problema mayúsculo en el día a día. La autonomía del Magic Mouse es bastante holgada como para no tener que preocuparte de cargarlo en semanas. Además, tras pocos minutos conectado a la corriente, puedes recuperar un porcentaje lo suficientemente amplio como para trabajar varias horas con él. Y creo que no existe mejor prueba de confianza en lo que digo que el haber comprado uno hace meses para tenerlo personalmente en casa.

Magic Mouse

Apple ha tenido varias ocasiones para rediseñar el Magic Mouse

Lo que me sorprende es que Apple, a estas alturas, no solo no le haya buscado solución a estos problemas, sino que lance nuevas versiones del mismo –en distintos colores– sin solventar estas carencias de su producto. Lo vimos hace un año con el iMac de 24" –que llegó acompañado de nuevos Magic Mouse en distintos colores– y, ayer, también con el Mac Studio –que llegó de la mano de un nuevo Magic Mouse en color negro–.

El Magic Mouse en su forma actual se lanzó hace aproximadamente seis años. Y ya entonces levantó polémica por la ubicación de su puerto y el uso de Lightning en lugar de USB-C. Era una época en la que Apple hizo prevalecer el diseño un poco por delante de la funcionalidad –véase el MacBook Pro, que prescindió de todo tipo de puertos en favor del USB-C y levantó polémica entre los profesionales o la búsqueda incesante por la delgadez–.

Magic Mouse de Apple en oferta

El Magic Mouse es inalámbrico y recargable, con una nueva base que se desliza perfectamente sobre el escritorio. Y con la superficie Multi‑Touch podrás hacer gestos sencillos, como pasar de una web a otra o desplazarte por tus documentos.

Por suerte, la empresa de Cupertino ha ido corrigiendo esas controvertidas decisiones con el paso del tiempo. El MacBook Pro ha traído de vuelta esos puertos tan demandados por los profesionales; el Mac Studio también está repleto de conectores; los iPhone ganaron algunos milímetros de grosor para montar baterías más grandes; etc. Sin embargo, el citado Magic Mouse no ha tenido la misma suerte, siendo uno de esos reductos que Apple, por alguna razón, todavía no ha querido cambiar.

Y es una pena, porque, pese a los citados defectos, este sigue siendo el ratón ideal para macOS. Ningún otro se integra tan bien con el sistema operativo ni permite hacer gestos con la naturalidad del Magic Mouse. Lo único que queremos es que, en esas situaciones esporádicas pero críticas –como la que casualmente se produjo ayer antes del evento–, no tengamos que sortear un obstáculo claramente eludible.

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