Tras la autorización de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para su uso de emergencia, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha anunciado hoy su decisión de hacerse ya con reservas de paxlovid, la píldora contra el coronavirus de Pfizer. Lo ha hecho en una entrevista concedida a La Ser, en la que también ha tocado otros temas relacionados con la pandemia, como la regulación de los precios de los test de antígenos. Pero, volviendo a la píldora contra el coronavirus. ¿Qué implicaciones tiene que nuestro país cuente con este fármaco antiviral de emergencia?
El político lo ha planteado como una herramienta más para la “gripalización” del virus. Con ello, en realidad, hace referencia al paso de pandemia a endemia. Esto es algo de lo que se ha hablado mucho últimamente y que, de hecho, tiene sentido si se toma con cautela. Sí, parece que la pandemia, con el escenario de variantes actual, camina hacia un declive que podría desembocar en endemia.
Pero eso no quiere decir que estemos por fin ante la ansiada comparación con la gripe. Sigue sin serlo, no hay más que remitirse a las cifras de hospitalizaciones y fallecimientos. Y lo sería todavía menos si no tuviésemos un porcentaje tan alto de vacunación; pues no es que la ómicron sea leve. Al menos no es lo único que debemos tener en cuenta. Nuestro principal motivo de celebración es que nuestro sistema inmunitario está preparado para combatirla. Pero, de todos modos, no está de más contar con más armas como esa píldora que, según Pedro Sánchez, estará pronto a disposición de los hospitales españoles.
344.000 dosis de la píldora contra el coronavirus de Pfizer
Si bien muchos países europeos se hicieron con reservas del antiviral paxlovid poco después de la aprobación para uso de emergencia de la EMA, España aún no había anunciado cuándo haría lo propio. Hasta hoy.
Pedro Sánchez ha anunciado que a lo largo de este mes de enero el gobierno de España se hará con 344.000 dosis de la píldora contra el coronavirus de Pfizer.
Este fármaco es un inhibidor de la proteasa. Es decir, su función es cortar la larga cadena proteica en la que se encuentran las proteínas que deben ensamblarse para formar nuevas partículas virales. Si este corte no se produce, el ensamblaje no podrá darse correctamente, de modo que el virus no podrá replicarse tras la infección. Básicamente, no tiene las piezas necesarias para hacerlo. En ensayos clínicos ha mostrado muy buenos resultados, ya que de los pacientes que tomaron paxlovid en los primeros días de síntomas, solo el 0’8% tuvo que ser hospitalizado por empeoramiento de la enfermedad. Y ninguno murió.
Este es precisamente el motivo por el que serán las personas de riesgo, por edad o comorbilidades, las que tengan prioridad para recibir este fármaco, que ya se está administrando en otros países como Reino Unido.
Una nueva arma antiviral contra la pandemia
Asegurar ya que estamos entrando en la fase de endemia es aventurarse demasiado. Pero sí que es verdad que todo parece apuntar a ello por diversos motivos. Y uno de ellos es que, por primera vez, tenemos un arsenal bastante variado de armas contra el coronavirus.
En un inicio se usaron como último recurso algunos antivirales dirigidos a otras enfermedades. Solo se aplicaban en los hospitales, generalmente en UCI, a pacientes que se encontraban muy graves.
Sin embargo, tanto la píldora contra el coronavirus de Pfizer como el antiviral de Merck, ambos con sus ensayos clínicos finalizados por las mismas fechas, suponen otro recurso de gran utilidad. Y es que pueden ser tomados directamente por los pacientes en su casa, antes de que los síntomas se agraven. Eso, unido a que las vacunas están ayudando a que los síntomas en general sean mucho menos graves, es una clara victoria frente a la COVID-19.
Por eso es una buena noticia lo que ha anunciado hoy Pedro Sánchez. Sin embargo, ahora más que nunca, debemos tener muy presente el modelo del queso suizo. Este presenta las medidas de seguridad como lonchas de un queso suizo con agujeros. Si solo cogemos una, puede que el virus se adentre por los huecos. Si colocamos otra encima, algunos de esos huecos quedarán cubiertos, pero aún habrá más agujeros por los que pueda escapar. Pero si ponemos más y más lonchas, cada vez se lo pondremos más difícil. El antiviral de Pfizer es una capa de queso más. Como lo son las mascarillas en interiores, la ventilación, la reducción de aforos o la distancia de seguridad. Y, por supuesto, las vacunas. Con esta píldora contra el coronavirus nuestro modelo del queso suizo se hace más fuerte. Eso siempre será un motivo para celebrar.