Las gemínidas son el patito feo de las lluvias de estrellas. No son tan conocidas como las esperadas perseidas. Quizás porque en el hemisferio norte tienen lugar en una época de noches muy frías. No obstante, quienes se atreven a salir a mirarlas pueden ver cómo ese patito feo se convierte en un deslumbrante cisne que rocía el cielo de brillantes luces de colores.

Es una lluvia de estrellas muy intensa y llamativa, que este año tendrá lugar las noches del 12 y el 13 de diciembre. Desgraciadamente la Luna en cuarto creciente dificultará ver los meteoros más débiles, pero precisamente por su intensidad no habrá problema para disfrutar de otros mucho más potentes.

Solo hace falta un lugar oscuro, paciencia y, si estás en el hemisferio norte, ropa de abrigo. De todos modos, si por ser entre semana o por el frío no te atreves a salir esas dos noches, podrás disfrutar del directo que emitirán desde el Observatorio del Teide del Instituto de Astrofísica de Canarias. Será a partir de las 23:30 UTC (00:30 hora peninsular española) del día 13 de diciembre. Y vale, no es lo mismo que verlo en vivo y en directo, pero se puede disfrutar con una estufita cerca.

¿De dónde vienen las gemínidas?

Tanto las gemínidas como el resto de lluvias de estrellas son eventos astronómicos formados por la caída de desechos cósmicos, que cruzan nuestra atmósfera a velocidades muy altas. El rozamiento generado en este proceso provoca que se calienten y se vaporicen, total o parcialmente, dando lugar a esas partículas encendidas con estelas luminosas a su paso. 

A menudo proceden de cometas, cuyo encuentro con la Tierra durante su viaje alrededor del Sol es responsable de la periodicidad con la que podemos observarlas. Se ven mirando a cualquier punto del cielo, aunque todas cuentan con algo conocido como radiante, que es el lugar concreto del que parecen brotar. De hecho, esta radiante suele ser la que les da nombre. Por ejemplo, en el caso de las gemínidas, es la constelación de Géminis, muy cercana a Orión.

Las gemínidas tienen su origen en un asteroide muy especial

En cuanto a su origen, esta lluvia de estrellas en concreto no procede de un cometa, sino de un asteroide, el (3200) Phaeton. Este es un cuerpo celeste de lo más curioso, pues en 2010 se comprobó que podía experimentar un aumento de la intensidad de su brillo. Fueron científicos de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), los que se percataron de esta cualidad, por la que catalogaron al asteroide como un cometa rocoso. En realidad, reúne cualidades de cometa y de asteroide. Y es que, aun siendo un asteroide, se acerca tanto al Sol cada año y medio que el calor de este quema los residuos de su superficie rocosa, generando una cola de grava parecida a la de los cometas. 

¿Cómo podemos ver esta lluvia de estrellas?

Este año, la Luna en cuarto creciente dificultará un poco la visión de las gemínidas. Pero no la hará imposible.

La mejor forma de verlas será precisamente al final de la noche, cuando nuestro satélite se encuentre más bajo en el horizonte. También será importante buscar un lugar alejado de la contaminación lumínica, aunque las luces navideñas lo hagan un poco más difícil que en otras épocas del año.

El mejor momento será al final de la noche, cuando la Luna se encuentre baja en el horizonte

Una vez ubicado el punto perfecto, basta con fijar la vista en un punto del cielo, no necesariamente la radiante, y tirar de paciencia.

Se espera que se vean hasta 100 meteoros por hora. Los más débiles quedarán ocultos por la luz de la Luna, pero el resto nos ofrecerán un magnífico espectáculo lleno de luz y color.

Y es que, si bien la mayoría de las gemínidas son amarillas, por la posible presencia de hierro y sodio en los escombros, esta lluvia de estrellas también puede ofrecer reflejos verdosos o rojizos sobre el cielo nocturno. En general, habrá muchas y muy brillantes. Por eso, seguro que salir a la intemperie de una de estas frías noches de final de otoño en el norte vale la pena. Si no, siempre nos quedarán las imágenes en directo del Instituto de Astrofísica de Canarias. Si ya estás de vacaciones, este puede ser un planazo. Y si no, una excusa para madrugar un poquito más. Esta vez no se trata precisamente de trasnochar.